Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Acuerdo entre la Fundación Autores y “La Librería de Avila”

Tras el acuerdo firmado por las autoridades de la Fundación Autores y Miguel Avila, titular de “La Librería de Avila”, los libros editados por ARGENTORES serán vendidos a partir de la fecha, en un importante exhibidor en el entrepiso de la mencionada librería.

Asistieron a la firma del acuerdo por parte de la Fundación Autores, José María Paolantonio (Presidente de la Fundación), Ivonne Fournery (Vicepresidenta), Beatriz Mosquera (Secretaria) y Víctor Agú (Tesorero).

Miguel Ávila, quien fue primero empleado y posterior propietario de la mítica librería teatral Fray Mocho, y es en la actualidad el responsable de “La Librería de Avila”, manifestó su beneplácito por el acuerdo y adelantó que el sitio dedicado a los libros de la entidad tendrá un sector “claramente identificado”. Al mismo tiempo, anticipó que se encuentran muy adelantadas las tratativas para celebrar un acuerdo similar con la Sociedad General de Autores y Editores de España. SGAE.

El Presidente de la Fundación Autores, José María Paolantonio, asimismo ratificó que la totalidad de los títulos editados por ARGENTORES estará en la librería y que, en el caso que alguno de ellos estuviera agotado, se reeditará a la brevedad.

Sobre la historia de la librería, se puede leer en su página web:

“En sus dos importantes plantas ubicada en la esquina de Bolívar y Alsina, en el antiguo solar que ocupara la vieja y querida Librería Del Colegio (la primera de Buenos Aires) ofrece una gran variedad de libros antiguos y agotados en temas indígenas, historia argentina y americana, antropología, lingüística, temas sobre Buenos Aires, tango, folklore y Patagonia, y por supuesto literatura en general y todas las novedades. La historia de nuestra librería que la hace sin duda única, se inicia sobre fines del 1700, cuando la Gran Aldea abría los ojos a la cultura del mundo. Criollos conspiradores gestaban el nacimiento de la patria, dándose cita en el Café Eacute de Marcos, que hacía cruz con el Colegio San Carlos, y en la botica del colegio, emplazada en las antiguas calles Potosí y Universidad (hoy Bolívar y Alsina), que tuvo el orgullo de ser la primera casa de altos allá por el 1785, y el privilegio de convertirse en la primera librería de Buenos Aires. Según cuentan los memoriosos, sobre el fin de la segunda década del 1800 se le asignaría popularmente el nombre de “Librería del Colegio”, con el cual cruzaría victoriosa los dos siglos de vida, y se convertiría en el único comercio que se mantiene, desde la Colonia, en el mismo lugar y con el mismo rubro que sirviera de pilar fundamental a la cultura de La Argentina.”