Isabel (Kloosterboer) y Segundo (Martínez) están decididos a casarse en secreto. Pero Laureano (André) hará lo imposible para impedirlo. Mientras los novios viajan hacia la Iglesia, muy felices y ansiosos, un macabro plan desbaratará sus ilusiones: en el camino son interceptados por Benjamín (Pfening) y los matones de Gómez Acuña. Segundo alcanza a decirle a Isabel que se escape, pero ella es retenida por su primo. El mecánico sufre una andanada de fuertes golpes y patadas, perpetradas por los sicarios de Laureano, que tienen que cumplir a rajatabla la orden del jefe: matar al novio de su hija.