Apoteótica velada de Julio Iglesias frente al Provincial ante millares de turistas
Con el maravilloso marco del mar en el fondo y las estrellas alumbrando la escena, ayer Julio Iglesias se despidió de Mar del Plata con un show que quedará para el recuerdo. Miles de personas se dieron cita para ver al gran romántico, que como no podía ser de otra manera, inició su recital cantando “Quijote”, tema que no por repetido deja de impactar en la gente, al punto tal que desencadenó la primera ovación de la noche.
El escenario, montado de espaldas al Atlántico sobre la plazoleta Almirante Brown, ubicada entre el NH Gran Hotel Provincial y el Teatro Auditorium, fue el marco ideal para esta verdadera fiesta camino al Bicentenario que presentó en el Día de los Enamorados la Secretaría de Turismo de la Nación y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, con el auspicio de Telefónica.
Tras concluir las estrofas de su primer tema, saludó a la ciudad con el cariño de siempre y le dedicó unas palabras, mostrándose feliz por el encuentro con sus seguidores, provenientes de todo el país, con esta característica tan propia de Mar del Plata en verano.
El show también contó con la presencia del Ballet Brandsen, grupo que interpretó magistralmente la epopeya de Juana Azurduy con cuarenta bailarines en escena, todos dirigidos por Mabel Pimentel y Oscar Murillo.
Este impactante espectáculo cosechó cerca de doscientos premios en todos los escenarios en los que se presentó, desde 1979, fecha de su estreno mundial. Ya lo vieron públicos de toda América Latina, de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra y ayer tuvo el privilegio nuestra ciudad.
Esta especial heroína de la historia argentina, rescatada a través de la danza y la música en un show coreográfico de inusual calidad coreográfica, calentó el ambiente para recibir al gran romántico.
Con enormes hits que pusieron al público a bailar y a cantar junto con el ídolo, tal lo ocurrido con “Me olvidé de vivir”, Julio disfrutó sereno de la contagiosa atmósfera generada con sus fans en un espectáculo que diseñó un elíptico viaje al pasado con parcelas compositivas muy impactantes, tal como ocurrió al sonar “Mamy Blue” con un francés arrabalero, la operística y heroica “Caruso” regenerada en soft-ballad con toques bohemios y la inconfundible “Manuela”, tema donde las manos ardieron suscitando coros en una audiencia que fascinada lo premió con una extensa ovación.
Hacia el final, como siempre, “Always on my mind” y “Cant help falling in love”, cerrando con el tradicional y muy solicitado “Me va la vida”, con el público ya a esta altura frenético y pidiendo más.
Julio Iglesias se despidió de la ciudad dejando el sabor de la nostalgia. Aunque como lo afirmó en la despedida, “volveré”. Seguro que habrá de volver.Foto Lacapitalmdp.com