Crítica a una propuesta artística de Miguel Angel Solá en Madrid
“La Típica en Leve Ascenso es una agrupación de actores, músicos y escritores que escribe sus guiones, textos y música, actúa el cuento que cuenta, diseña luces y sonido, escenografía, edita y produce sus espectáculos. Y, además, crea su propio arte gráfico…”. Así describe Miguel Ángel Solá a esta forma de expresión que presenta el espectáculo “Como por un tubo”. Cuenta que, sin burlarse de nadie, hacen risas con la difícil historia de un enamorado que queda con todo su arte, su obra y su sexo a solas.
Por otra parte, luego de haber anunciado su “distanciamiento personal y artístico”, Blanca Oteiza y Solá se reúnen en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. Él dirige “Antes te gustaba la lluvia”. Esta historia, protagonizada por Oteiza, habla de quienes son incapaces de vivir juntos el momento impensado. A cada frustración hay que responderle con un acto creativo, según las palabras del personaje que interpreta Miguel A Solá, cuando se ve abandonado por Clara, su mujer. La letra pequeña debe decir aquello de cualquier semejanza con la realidad…
La ficción de “Como por un tubo” ocurre en un programa radial. En las butacas del Teatro Lara de Madrid, se ubican los espectadores que asisten a un programa en directo de Radio Cultura de Palermo en los años 50.
Durante diez años, Solá y Oteiza representaron “Hoy: el diario de Adán y Eva, de Mark Twain”, una historia verídica transformada en ficción radial. Si bien ambos tienen como cuna a la radio, son dos espectáculos muy distintos. Luego, en “Por el placer de volver a verla”, un teatro sencillo, comunicativo, con el mínimo de artificio posible, Solá y Oteiza demostraban que cuando hay verdadero talento, un escenario despojado es el único elemento que necesita el actor.
Desafortunadamente “Como por un tubo” (comitragedia musical telefónica, como la definen sus autores) carece del encanto que destilaban aquellas obras. El relato de las peripecias por las que debe pasar Alberto Carlos Bustos, municipal y pájaro, es tedioso y provoca vergüenza ajena más que gracia. Aunque se nota que Solá se divierte haciendo este trabajo, su capacidad actoral queda desdibujada en una propuesta pobre, sin brillo.
Desde Madrid, Marcela Silva Núñez.