Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Curioso estreno sin la protagonista,donde brilló la suplente Manuela Pal sobre el elenco

Finalmente se estrenó, aunque sin Juana Viale por su operación de urgencia de apendicitis, “La Celebración” en el teatro Lola Membrives. Algo por demás raro, que se estrene una pieza sin uno de sus protagonistas ya que Viale recién se subirá a las tablas para interpretar su papel cuando los médicos la autoricen. Con suerte será dentro de 10 o 15 días. Eso sí, dicen que estuvo detrás del escenario supervisando que todo saliese como lo habían planeado ella junto a su pareja Gonzalo Valenzuela y Benjamín Vicuña, los protagonistas chilenos.
Si nos referimos puntualmente a la obra, debemos decir que se trata de la historia de aquella película danesa escrita y dirigida por Thomas Vinterberg que trata sobre las turbias relaciones entre los miembros de una familia, tan célebre por haber sido el primer film del movimiento Dogma 95.
Pero en esta versión versión teatral la pieza muestra una trama extremadamente compleja como para llevarse a cabo en un sólo escenario físico, la mansión familiar y hotel donde se llava a cabo precisamente la celebración de cumpleaños del jefe de esta familia tan particular (Osvaldo Santoro), que esconde un suicidio, abuso sexual y otras perversiones familiares.
Con un trabajo discreto por parte de los chilenos Valenzuela y Vicuña como dos de los hijos en cuestión, lo mejor de ellos es el acento porteño de Manguera; una actuación interesante por parte de Beatriz Spelzini (la esposa de la familia) y paradójicamente un muy buen trabajo de Manuela Pal, que es quien reemplaza transitoriamente a Juanita Viale en el papel de la mucama que todo lo sabe dentro de ese clan. Además, podemos mencionar los trabajos de Silvana Acosta y Antonella Costa como más que discretos.
Concretamente se trata de una pieza con demasiados actores en escena por momentos, que en lugar de darle dramatismo a la situación propia de la trama sólo la muestran como un gran barullo de gente donde las emociones no quedan del todo claras. Por otro lado, no mantiene un ritmo narrativo constante de manera que no consigue captar el interés del espectador durante la hora cuarenta que dura la historia; sino más bien se transforma en un texto pesado, sin ritmo y por demás sórdido. Realmente, una pieza que no parece reunir los ingredientes necesarios para que se transforme en un éxito de taquilla.
Si bien doña Mirtha Legrand y su familia no se hicieron presentes en el teatro, seguramente lo harán cuando Juana tenga la dura tarea de reemplazar a su reemplazante que tan bien está en su labor actoral, debemos señalar que la mujer de Vicuña Carolina Pampita Ardoahin sí estuvo pendiente de los invitados y sobre todo de la comitiva chilena que se acercó a la sala de la avenida Corrientes a apoyar a sus artistas trasandinos.
Por último, un detalle organizativo por parte de la prensa del experimentado Tommy Pashkus, fue precisamente la desorganización. Desde el momento en que la cita para los periodistas y los invitados famosos era a las 20.30 hs. y las entradas todavía no estaban dado que ellos no habían llegado, hasta la diferencia que se hizo con los periodistas ubicando a los más mediáticos en las primeras filas y mandando a los demás a la pulmán. Como será que a Luisa Valmaggia la mandaron casi atrás de todo. Una verdadera pena en todo sentido.
GABRIELA BENTOLILA