“Debemos desmitificar la cultura y la ciencia”, dijo José Nun
Con las exposiciones del secretario de Cultura de la Nación, José Nun, de Álvaro Marchesi, secretario general OEI, y Eduard Miralles, presidente Fundación Interarts, el viernes 27 de marzo concluyó el VI Campus Euroamericano de Cooperación Cultural, que, bajo el lema “Gestión cultural y ciencia: una relación imprescindible”, reunió a 250 expertos de América y Europa.
“Lo que ha dificultado desde siempre la relación entre la ciencia y la cultura es el excesivo respeto a la ascepcia de la ciencia. Max Weber ya había explorado esta relación y demostró que no hay ciencia sin juicio de valor. Debemos desmitificar la cultura, pero también a la ciencia y señalar los límites, incluso, de la tecnología”, señaló el secretario de Cultura argentino, José Nun, en el cierre del encuentro.
“En este momento, donde vivimos una de las crisis más profundas por las que ha atravesado el mundo occidental, las premisas que antes se consideraban verdaderas han caído y claramente han surgido a la superficie los juicios de valor que estaban detrás de los análisis de tantos economistas que ganaron premios Nobel. Debemos, entonces, desarrollar más encuentros que tengan como eje a la ciencia y la cultura para que la gente de la cultura no solamente le pierda el miedo a lo científico, y viceversa, sino que debemos darnos cuenta de que ambas son parte de la cultura”, concluyó el funcionario.
Por su parte, el director académico del Campus, Alfons Martinell, explicó las conclusiones más importantes del encuentro: “En primer lugar, hemos visto durante el Campus la oportunidad de tratar la relación entre cultura y ciencia en un momento de crisis donde, a más conocimiento, más capacidad de reacción y donde la investigación científica nos puede aportar muchas cosas”.
En las disertaciones, Marcelino Cereijido, especialista en fisiología celular, habló de la importancia que se le asigna a la ciencia. “Una de las peores calamidades que ha enfrentado la humanidad es lo que se llama ‘analfabetismo científico’, es decir, cuando el conocimiento acerca de las ciencias permanece invisible a la sociedad. Este fenómeno ha dividido al planeta en el primer mundo y en el tercer mundo. Creo que los gobiernos deben invertir más recursos y darle más importancia a este tipo de conocimiento para crear una cultura compatible con la ciencia”, dijo el especialista. El miembro del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del IPN (México) criticó además la escasa divulgación que existe sobre el conocimiento científico. “Los museos de ciencias del primer mundo sueñan con ser Disneylandia y no transmiten a la sociedad la importancia de poseer este conocimiento. Ojalá que este campus sea una especie de lucha contra el analfabetismo científico”, sostuvo.
En tanto, el subsecretario de Gestión Cultural, Alí Mustafá, también se refirió a la importancia de la ciencia: “El desafío está en saber comprender, valorar y manejar la proliferación de la innovación científica y ponerla al servicio del sector cultural y de los intereses generales de la ciudadanía”.
“Por medio de la innovación tecnológica aplicada a actividades culturales, estamos perfeccionando nuestra forma de gestionar, por ejemplo, a través de la digitalización de archivos, que nos garantiza la preservación del patrimonio material valiosísimo que tenemos”, agregó el funcionario.
En este sentido, Eduard Miralles, presidente de la Fundación Interarts, planteó la necesidad de formular verdaderos laboratorios culturales y utilizar ese conocimiento producido en favor del desarrollo de la cultura. El director de la oficina regional en Buenos Aires de la OEI, Dario Pulfer, también destacó que la relación entre cultura, ciencia y tecnología es necesaria para el desarrollo de un país: “Para salir de cualquier crisis es necesario apostar a la democracia, a la educación y a la implementación de nuevas tecnologías al servicio de la cultura”.
Por su parte, Antonio Nicolau, director de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID, criticó el desinterés que se le da en general al conocimiento científico. “La ciencia y la tecnología deben estar integradas junto a los otros saberes y formar parte de las políticas culturales de nuestros gobiernos”, señaló.
El encuentro, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación; la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); y la Fundación Interarts, se celebró desde el martes 24 en la Universidad Católica Argentina (Av. Alicia Moreau de Justo 1700).
El Campus forma parte de un proceso de cooperación que se inició en el año 2000 a partir de la toma de conciencia, por parte de distintos actores, de que las relaciones e intercambios culturales entre América y Europa constituyen un espacio abierto con grandes potencialidades basadas en las estructuras existentes, la cooperación multilateral y la emergencia de una sociedad civil cada vez más activa.
Las ediciones anteriores del Campus se celebraron en Barcelona (España, 2001) en Cartagena de Indias (Colombia, 2001) Sevilla (España, 2003), Salvador de Bahía (Brasil, 2005) Almada (Portugal, 2007).