Una creación periodística de Luis Pedro Toni

El bandoneón festeja los 80 años de Ernesto Baffa

El bandoneonista y compositor Ernesto Baffa, uno de los próceres de ese instrumento esencial del tango, celebrará este lunes sus 80 años y será saludado por sus colegas de la Academia Nacional del Tango en un Plenario Público, desde las 19.30, en el Salón de los Angelitos “Horacio Ferrer” del Museo Mundial del Tango (Av. de Mayo 833 1er. piso).

Los organizadores del festejo anunciaron que durante el acto se escucharán grabaciones y se proyectarán fragmentos fílmicos de la trayectoria de este músico porteño que con su estilo “cadenero” capaz de arrastrar la sonoridad de las orquestas, brilló en las afamadas formaciones de Horacio Salgán y Aníbal “Pichuco” Troilo.

“Para mí el tango es todo, es un sentimiento”, resume Baffa en una entrevista con Télam donde repasó aspectos de una trayectoria imponente que llega hasta nuestros días.

De hecho, el bandoneonista está terminando de grabar un nuevo disco y participó el martes último en la jornada de apertura del Festival y Mundial de Tango Buenos Aires 2012 que se desarrolló en la Usina del Arte del barrio de La Boca donde exhibió su vigencia como instrumentista en una velada que también incluyó la presencia de la Orquesta Típica Sub 25.

“Mientras tanto y hasta donde pueda y Dios quiera, espero poder seguir arriba de un escenario”, comenta el artista antes de informar que “siempre sigo tocando, estudiando y ensayando porque hay que estar bien de la mano y del cerebro”.

Con esa vitalidad que disimula el paso del tiempo, anuncia que “estoy terminando de grabar un disco que creo que se va a llamar `Ernesto Baffa y sus guitarras`, porque lo hago con un trío de guitarras”.

Con más de 60 discos sobre el lomo, para su nuevo registro combinó obras propias y algunas gemas tangueras para dar forma a un repertorio que incluye títulos como “Responso”, “La Tablada”, “Danzarín”, “Al rojo celeste y blanco” (en solo de bandoneón), “BB”, “Chiqué”, “Chocada” y “Quejas de bandoneón”.

“Además -destaca- los primeros sábado de septiembre, octubre y noviembre, voy a tocar con mi trío de guitarras, un conjunto chico pero que suena bárbaro, en Bien Bohemio (Sánchez de Loria 745, Capital)”.

Del festival tanguero a Bien Bohemio y aún pasando por el estudio de grabación, Baffa siente añoranzas por otros momentos de la escena tanguera porque, comenta con tristeza, “ahora el trabajo brilla por su ausencia”.

“La verdad es que extraño esas épocas (de los 50 y los 60) cuando no faltaba trabajo. Hacíamos confiterías, cabarets, bailes. No parábamos de tocar”, repasa.

Por aquellos años, el creador ya era un requerido intérprete de larga relación con el bandoneón, instrumento que abrazó desde los 8 años y con el que empezó a destacarse en los clubes de su barrio de Floresta.

Capaz de evocar esos primeros pasos, relata que “a los 10 años ya tocaba en un bar” y en 1948, con tan sólo 15 años, pasó a integrar la orquesta de Héctor Stamponi y Roberto Rufino.

A los 18, reemplazó a Leopoldo Federico en la orquesta de Horacio Salgán, con quien permaneció hasta la disolución de esa orquesta, en 1957, pero además pasó por las formaciones de Francini-Pontier, y luego por las de Alberto Mancione, Alfredo Gobbi, Pedro Láurenz y Pedro Maffia.

“Me probaban y quedaba en la orquesta. A uno lo ayudaban: yo era un pibe sumiso, y cuando debuté me estaban escuchando Troilo y Francini, quienes me aconsejaban `pibe, tranquilo`, mientras yo, aunque no se notara, temblaba como una hoja”, recuerda.

El pase a la orquesta de Aníbal Troilo marcó uno de los puntos más altos en su carrera profesional, ya que durante 14 años (entre 1957 y 1971) fue el “fueye cadenero” de la renombrada típica de “Pichuco”.

“Estar en la orquesta de Troilo era como tocar el cielo con las manos, era un fenómeno con un talento tremendo”, subraya con genuina admiración.

Pero para no desairar a otros compañeros y hacerle honor a la verdad, Baffa indica que la posibilidad de haber compartido músicas también con Roberto Goyeneche, Roberto Rufino y Astor Piazzolla, entre otros, “me permitió crecer. Aprendí un poco de todos ellos”.

Por los años 60 además empezó a cultivar una dupla artística con el pianista Osvaldo Berlingieri (nacido el 20 de febrero de 1928) que todavía entrega antológicas maneras de abordar e interpretar la música ciudadana.

“Baffa-Berlingieri es una marca tremenda. Hace más de 50 años que andamos el mismo camino. A veces por la calle me dicen `adiós, Berlingieri`, porque lo asocian a un nombre propio”, concluye con satisfacción. (Télam)