El Sherlock Holmes que se estrenó viene con agregados ignotos al gran detective inglés, innovado por el ex de Madonna
Guy Ritchie defiende -a capa y espada, sería lo apropiado- la coherencia de su Sherlock Holmes: «Cuando estudié el origen del personaje, me preocupé especialmente por descubrir todas sus facetas, para dotarlo de más dimensiones. Es irresistible para un director».
La propia elección del autor de «Snatch. Cerdos y diamantes» para esta adaptación entre literaria y «cómica» (de cómic) sorprendió a muchos, aunque el aludido sigue en guardia: «Es cierto que es un proyecto diferente a lo que había hecho, pero un director debe pasar página para no resultar tedioso. Además, comparto con el protagonista una identidad inglesa». Ritchie niega que su sello manche la posible fidelidad a las novelas, que asegura leer desde que tenía diez años: «Me gusta pensar que he conseguido las dos cosas (fidelidad e impronta personal), que no son excluyentes. En cualquier caso, la génesis de mi influencia son las historias originales».
En su «Sherlock Holmes», además de las escenas de acción, sorprende que, por primera vez, Watson sea más alto y guapo que su compañero de aventuras. «No le digas eso a Robert Downey», sugiere, «pero me gustaba la idea de que fuera otro héroe, como Butch Cassidy y Sundance Kid -en «Dos hombres y un destino»-. Watson no siempre ha sido bien representado. Quería darle fuerza a la pareja respecto a lo que se había hecho en otras producciones».
Pero la gran novedad de esta versión es la afición de Holmes (nombre de boxeador) a pelear a puño limpio, su forma de involucrarse en las escenas de acción. «Quería hacer una película que gustara al público contemporáneo. Por eso buscaba a un Sherlock Holmes activo en el plano físico, no sólo intelectual. No quería alejarme demasiado de los orígenes literarios, pero creo que mi punto de vista era mucho más ambicioso que algunas de las versiones anteriores, algunas de ellas provincianas. Todo viene de la necesidad de buscar audiencias globales», admite.
A propósito de esto, sale a colación una cita de Tarantino, quien hace tan sólo dos días defendía en la sede de la Academia Británica de Cine y Televisión que «la violencia es la mejor forma de conectar con el público». Ritchie pone en duda que la cita no haya sido sacada de contexto por el periodista, pero puntualiza: «La violencia es parte de la historia del cine; no la he inventado yo ni Tarantino». ¿Y es cierto que usted ha buscado asesoramiento por parte de personas relacionadas con el mundo del hampa para sus películas?. «Claro» es su escueta respuesta, envuelta en una sonrisa poco cómplice.
«No leo periódicos»
Y como él mismo ha insinuado sus diferencias con la prensa, abre un poco más la puerta para preguntarle por su situación actual, ahora que los tabloides británicos ya no pueden llamarlo Mister Madonna. «Soy consciente de mi situación en la sociedad británica, pero no supone ningún problema», afirma. «También es cierto que no leo periódicos ni veo la televisión, pero puedo ir a un restaurante sin tener que esperar para conseguir una mesa. La fama tiene cosas buenas y malas, como los ataques de algunos impostores, y la mejor forma de combatir todo eso es no saltar a la arena».
¿Cómo se ve dentro de quince o veinte años? «Me gustaría conservar el pelo en la cabeza», bromea. «Tampoco estaría mal tener una carrera como la de Clint Eastwood, ser tan prolífico como él y llegar a su edad dirigiendo».ABC.es por Federico Bellon.