EXTRAÑA CEREMONIA EN MADRID PARA PRESENTAR LA ULTIMA PELI DE RICARDO DARIN
En la “Parroquia roja” se comulga con trozos de pan mientras suenan las voces de Nacha Guevara, Serrat o Mercedes Sosa. El padre Javi acerca el lenguaje “de la misa a la mesa”.
Son los mismos asistentes a las “misas” quienes interpretan los textos bíblicos trasladándolos a su problemática personal. San Carlos Borromeo, en el madrileño barrio de Vallecas, se ha convertido en un espacio de integración de aquellos que son expulsados a los márgenes: presos, menores pobres, homosexuales, niños privados de libertad, enfermos de Sida, enganchados a las drogas, inmigrantes sin papeles…
Esta plataforma, asamblea, comunidad… (el obispado de Madrid dijo que debe dejar de llamarse Parroquia) ha sido el espacio elegido para realizar el pre estreno con entrada libre de Elefante Blanco, la película protagonizada por Ricardo Darín.
Con libro y dirección de Pablo Trapero, Elefante Blanco narra la historia de amistad de dos curas que tras sobrevivir a un intento de asesinato por parte del ejército en Centroamérica, se asientan en una villa miseria de Buenos Aires para desarrollar su apostolado y labor social.
Con la presencia de Darín, Trapero y la actriz Martina Guzmán, los asistentes habituales de San Carlos, se convirtieron en espontáneos periodistas que con conmovedora naturalidad le decían al director que no les gustó su anterior película o pedían al prota que les explique una escena.
A golpe de abanico en la calurosa noche madrileña, escuchábamos a Ricardo Darín decir que lo suyo fue “una cuestión de fe en el director del film” ya que se declara fuera de toda religión, pero admite que este rodaje le planteó dudas de su falta de fe. Uno de los espectadores elogió su forma de rezar, “mejor que la de algunos curas” y Ricardo destacó que tuvo la ayuda de un sacerdote que lo guió con libertad.
Esa misma mañana el actor había acompañado al párroco Javi Baeza y su gente en un desayuno mientras se realizaba un reportaje de Televisión Española y preparaban las instalaciones para el evento. Una vez concluída la proyección compartieron con el público un refrigerio preparado por las Madres que colaboran en la capilla. Sin proyectos a la vista, Darín se mostró relajado y divertido en compañia de su mujer Florencia, esperando el estreno comercial de Elefante Blanco. Se da por descontado el éxito en taquilla dado la devoción que despierta el intérprete entre el público español.
La película fue filmada con la participación de los habitantes de Ciudad Oculta y la Red de Madres contra el Paco. Piensa Darín que a través de ese trabajo, estas personas han podido tener otra visión de sus posibilidades y que la implantación de Talleres de Arte podría ayudar a encontrar un camino a los más jóvenes.
Elefante Blanco, lanza un comprometido mensaje que pone en valor la labor e importancia del cooperante y la necesidad del desarrollo cultural y social de todos los pueblos. Lo que ocurre en la película es ficción, aclaraban los artistas, pero tanto Trapero como Martina Guzmán se han dedicado en otros tiempos a este tipo de trabajos con la gente necesitada. Es por eso que ahora rinden un homenaje a las personas que se ocupan de esas comunidades.
A pesar de haber sido un rodaje difícil, siempre con muchísima gente y complicaciones técnicas, todos concuerdan en que el trabajo con la gente de la villa ha sido lo más transformador de esta experiencia totalmente enriquecedora.Desde Madrid, Marcela Silva Núñez