La gala abrió con la noticia de Juan Manuel y su deseo de abandonar el juego. Rial se comunicó con la casa para charlar con el participante mendocino acerca de por qué quería tomar esa decisión. A pesar de que durante la comunicación Juan Manuel dijo que no estaba del todo seguro, minutos después de las 22.30hs ingresó al confesionario y presionó el botón rojo.

Allí armó sus valijas se despidió de sus compañeros y salió de la casa para dirigirse al estudio donde lo esperaba Rial. Allí, el ex participante confesó que necesitaba cruzar la puerta para encontrarse con él mismo, ya que sentía que no era él dentro de la casa y hacía tiempo que no estaba cómodo.

Después de que el participante saliera de la casa y se encontrase con Jorge Rial, llegó el proceso de nominaciones. Florencia y Agustina quedaron en la placa con nueve votos cada una. Y como sucedió en la gala anterior, la salvación estuvo en manos de los participantes menos votados. Victoria, Ornella, Alex, Rodrigo, Víctor y Jorge fueron convocados al confesionario y la mayoría decidió salvar a Florencia.

La producción modificó nuevamente las monedas que les dan poderes especiales a los jugadores en las galas. Esta vez hubo sólo una: el veto a la salvación. Y le tocó a Juan Cruz, el que juega al noviecito justamente con Florencia.

Gran Hermano llamó a Juan Cruz y, como era de esperarse, el participante resolvió no anular la decisión de sus compañeros.

El destino de Agustina y Nazareno, que subió a placa automáticamente con ocho votos después de que Florencia fuera salvada, quedó en manos del público.El domingo, uno se irá.