HORACIO SALGAN LO MIRO POR TV,PERO YA NOS REGALÓ SU MARAVILLOSA MUSICA
No fue una velada de gala ni del Gran Abono del Colón. Pero sí una noche maravillosa, única e inolvidable. Este sábado 3 de marzo, pocos minutos después de las 20,30 -tras la presentación de la conductora Teté Coustarout-, los grandes maestros que integran la orquesta típica junto al Quinteto Real rindieron homenaje al gran compositor, pianista, arreglador y director Horacio Salgán, quien no pudo asistir y lo miró desde su casa por TV, ya que lo transmitió en directo el Canal TN, y por radio la FM 92.7 La 2X4.
Estuvo como fiel representante, su hijo, César Salgán, como director, a cargo del piano y de hacer las presentaciones de cada pieza a ejecutar. Junto a él, Esteban Falabella en guitarra, Juan Pablo Navarro en contrabajo, Carlos Corrales en bandoneón, y Julio Peressini en violín, todos ellos integrantes del Quinteto Real.
Los acompañaron conformando la Típica, Lautaro Greco, Nicolás Perrone, Federico Santisteban en bandoneón, Humberto Ridolfi, Lucas Furno y César Rago en violín, Rubén Jurado en viola, Paula Pomeraniec en cello y Martín Pantyrer en clarinete bajo.
Los maestros especialmente invitados fueron Juan José Mosalini -con quien interpretaron El choclo-; Néstor Marconi -con quien ejecutaron La pulpera de Santa Lucía; Julio Pane y Ernesto Baffa, quien se llevó todos los aplausos y el cariño del público.
La excelencia de los maestros, como la gran maravilla de los arreglos de Salgán, hicieron que el tango se pudiera gozar de manera sublime.
El programa incluyó Canaro en París, Gallo ciego, Recuerdo, La Puñalada, Ojos Negros, Tierra querida, El entrerriano, Responso, Mano Brava, La llamo silbando (fue uno de los bises), El amanecer y al cierre, A fuego lento.
El segundo y último bis fue La Cumparsita.
César Salgán se “animó” e incluyó dos temas propios: Milonga y Milongueros, en homenaje a los bailarines de tango, y “A dos mujeres”. “Le pregunté a papá si podía tocarlos y él me dijo: Hacelo”, fue el risueño comentario de César.
Sin amplificación, y con la impecable acústica del Primer Coliseo, la sonoridad de la orquesta deleitó a todos. Los arreglos extraordinarios de Salgán logran que cada instrumento se luzca potenciado, y en perfecta armonía en su conjunto. Sin perder su esencia, realza el espíritu esencial de nuestra música ciudadana con una riqueza musical que despierta admiración.
Después del agradecimiento de César en nombre de todos y de una sentida ovación del teatro, lleno a tope -con público de pie hasta en el último piso, el popular “gallinero”-, culminó la función. Creemos que muchos, cientos de testigos de esta noche inolvidable del Colón se retiraron con esa maravillosa música en sus oídos.Silvina Rojas,directora de la revista La milonga.