Una creación periodística de Luis Pedro Toni

La Enfermedad de Leonardo Favio

Poco se sabe acerca de la salud del mendocino Leonardo Favio. Menos sobre la enfermedad que lo afecta hace años. Un silencio que ha dado lugar a diferentes versiones y rumores. ¿Por qué el cantautor y cineasta tiene picos de fiebre? ¿Qué lo mantiene internado?

La familia y el personal del Sanatorio Colegiales (donde se encuentra internado Favio desde el 4 de mayo) mantienen el hermetismo e incluso piden silencio. Y aumentan, de esta manera las especulaciones.

¿Qué se sabe? De todo un poco. Hace dos años se dijo que Favio tenía una polineuritis melaminosa como consecuencia de una hepatitis C crónica (hay quienes dicen que la hepatitis es B). La polineuritis ataca a los músculos y genera una pérdida de sensibilidad.

En ese momento y en una entrevista con el diario La Razón, Favio aclaró que rezaba por su salud, que se aferraba a la vida y que tenía muchos dolores en una pierna. “Sería jodido que me doliera el alma. Por suerte todavía está intacta”, aclaró en esa entrevista.

Sin embargo, otras versiones hablaron de la posibilidad de un cáncer. E incluso de una enfermedad nerviosa. También se dijo que perdió parte de su motricidad luego de un accidente sufrido en Colombia donde se lastimó parte de su pelvis.

En el 2008 Favio se mostró nostálgico, casi poético en una entrevista con la revista Ñ. Fue ese año el del lanzamiento de “Aniceto”. Ante la pregunta acerca de la eternidad y de eludir lo efímero de la vida, el director relató con bellas palabras: “El sueño de todos es permanecer, pero uno muere cuando se escapa de la memoria de la gente. Mi obsesión es que me recuerden bien en esa momentánea memoria que haya de mí. Yo había incorporado la idea de la muerte a mi vida como algo legitimo y bello pero a medida que se acerca cuido el cuerpo, el artefacto que nos queda, me voy despidiendo de ese cuadrito en la pared, que pena no verlo más, pero esto es solo una fracción de película acelerada, y uno comienza a preocuparse más por lo que puede haber del otro lado. Tal vez la eternidad sea despertar de una siesta bien dormida con los ojos entregados al asombro, por ahora somos la molécula de una hormiga y menos que eso. Soy profundamente religioso, casi místico, puedo gozar de la soledad como un don, un regalo de Dios que me permite estar conmigo”.

Sea lo que sea, Favio se enfrenta a los médicos por una causa que se mantiene en silencio. Hoy los mendocinos rezan por una pronta recuperación.