“La última sesión de Freud”,otro suceso teatral en Buenos Aires
“La última sesión de Freud”, obra dirigida por Daniel Veronese y estrenada en la sala porteña del Multiteatro, convoca al espectador a un encuentro imaginario -rico en lucidez verbal- entre el padre del psicoanálisis, encarnado por el actor Jorge Suárez y el escritor católico Clive Lewis, autor de la saga “Crónicas de Narnia”,(se vio el film este viernes a lñas 212-30 por canal trece) a cargo del rosarino Luis Machín.
La pieza teatral está atravesada por coordenadas históricas precisas, transcurre en Londres el 3 de septiembre de 1939, fecha en que Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a la Alemania nazi, cuyas tropas habían invadido Polonia dos días antes, el mismo año en el que Sigmund Freud falleció con inyecciones de morfina para mitigar el sufrimiento provocado por el cáncer.
Esta metáfora de la última sesión del gran neurólogo austríaco “muestra a un pasional médico de 82 años, quien ya no aguanta más el dolor -su cáncer de mandíbula terminal diagnosticado en 1923 fue causa de periódicas operaciones- pero que está lleno de vida a pesar de una muerte tan próxima”, se entusiasma Suárez.
“Mi personaje (Freud) durante esa jornada especial, entre corridas y bombardeos, invita al joven intelectual irlandés que pasó por una etapa de ateo y se reconvirtió al cristianismo, a conversar un rato”, apunta el actor en charla con Télam.
“Entre ambos -puntualiza el intérprete- irrumpen temas universales como la existencia de Dios, el amor y la muerte”.
Suárez, quien supo meter miedo desde su personaje perverso en la telenovela “El elegido” (Telefé) considera que “Freud traza un antes y un después en la historia tal como hicieron Copérnico o Darwin, y con su descubrimiento del inconciente es el responsable de haber generado una de las grandes heridas al ego del hombre”.
La creación freudiana del concepto de inconciente deja al descubierto la dificultad para conocer del todo las motivaciones de las conductas y saca a las personas de su lugar de privilegio.
El actor afirma que esa creación “es el fruto del trabajo apasionado de alguien dedicado 12 horas diarias a la atención de pacientes y cerca de 4 horas al día a la escritura”.
Quien descolló en piezas teatrales como “El Método Grönholm”, “Gorda” y “El desarrollo de la civilización venidera”, donde también se unió a Veronese, en este caso, eligió envejecer junto con el personaje y teñirse pelo y barba de un blanco estricto que se ocupa de mantener.
“Aunque con Veronese, el director, no quisimos hacer una réplica de Freud desde lo físico sino desarrollar una cabeza que piense como él”, avisa.
La pasión, ese elemento que signó la disciplinada vida del médico austríaco envuelve a Suárez, quien reconoce estar “muy tomado por la pieza, me están convocando para trabajar en el unitario de Telefé, `La dueña` para encarnar al hijo de Mirta Legrand, pero luzco tan viejo y blanco que no creo que pueda”.
“Comencé a ensayar cuando aún estaba haciendo la obra `Espejos circulares` junto a Soledad Silveyra, pero me metí a full con la obra y los dos meses de ensayo cobraron la intensidad de cuatro”, reconoce el también locutor, quien convirtió a las inflexiones de su voz en una marca distintiva.
En medio de los preparativos para el estreno de la pieza, la vida real salió a escena con intensidad: “mi padre falleció el 2 de enero y me toca encarnar a alguien que, al igual que mi papá, no creía en Dios y tenía un total fundamento para su ateísmo”, relata.
Con el tono de voz que lo identifica, Suárez asume frases como `los hospitales están llenos de creyentes a los que Dios no trata mejor´, sentencia que resuena con más fuerza cuando el actor se reconoce como una persona creyente.
“La última sesión de Freud”, que se ofrece en una de las salas del complejo ubicado en la avenida Corrientes 1283, “escata un momento de la vida -indica- después de la anexión de Austria al proyecto germano y, a pesar de estos datos, es una obra fuerte, con humor y nada pretenciosa”
Jorge consigna que la propuesta “está dirigida a la gente ávida de conectarse con los grandes enigmas de la humanidad, lejos de la mediocridad reinante”.Laura Ferré,telam