Con las obras de Pablo Mezzies, el Teatro Fernán Gómez viene enseñando en los últimos tiempos las excelencias de la escena argentina. Ahora, con una temática y estética muy diferentes llega El cordero de ojos azules, protagonizada por Leonor Manso, Carlos Belloso y Guillermo Barthold.Luciano Cáceres y Gonzalo Demaría, director y autor respectivamente, señalan que la historia se cuenta en un lugar con toda la teatralidad de lo sagrado y la santidad del teatro. El Cordero de Ojos Azules se desarrolla en el Buenos Aires de 1871, ciudad arrasada por la fiebre amarilla.

Allí, en la catedral, se encuentran encerrados un pintor homosexual y una canonesa. Él debe pintar una imagen de Santa Lucía. Y ella, custodiar que se cumpla el encargo. El tercer personaje aparece, o no, desatando la inspiración del uno y la ira en la otra.

La condena que caerá sobre el pintor es el infierno reservado a los estetas: “si la fealdad de la Medusa tenía el poder de convertir en piedra a quien la mirara.

“Entre vigas y andamios, una patria en construcción, se proyectan las sombras de nuestro expresionismo criollo. Una obra que pinta muy bien los dos modelos que son el gen de nuestra argentinidad, mezcla de razas, religiones y bandos políticamente opuestos”, relata el director.

Es de destacar el interesante despliegue de recursos interpretativos que realiza Carlos Belloso para dar piel al pintor torturado.

La obra que fue estrenada en el Teatro Regio de Buenos Aires el pasado agosto y participó además en el 33º Festival Internacional de Teatro de Manizales Colombia, continuará su gira europea durante los próximos meses.
Marcela Silva i Nuñez,desde Madrid