Liberaron al baterista de Callejeros
El juez de instrucción Eduardo Daffis Niklison ordenó la “inmediata libertad” del baterista del grupo Callejeros, Eduardo Vázquez, en la causa por presunta tentativa de homicidio de su cónyuge, Wanda Taddei, quien permanece internada en el Hospital del Quemado.
El magistrado dictó la “falta de mérito” de Vázquez tras evaluar que los elementos de prueba reunidos en el sumario son insuficientes tanto para procesar como para desvincular al músico del sumario penal.
Hace una semana, cuando fue indagado, el baterista afirmó que su esposa se quemó por tratar de ayudarlo, ya que él, manchado con alcohol, se había prendido fuego involuntariamente cuando, luego de una discusión con su mujer, intentó encender un cigarrillo.
Entre llantos Vázquez contó que la discusión se originó porque la madrugada del 10 de febrero último él volvía tarde de un ensayo y su esposa comenzó a recriminárselo con reiteradas llamadas a su teléfono celular, que él decidió apagar.
Cuando llegó a la vivienda del matrimonio, en Pizarro 7.083, de esta capital, Taddei siguió la discusión, protestando porque el músico priorizaba a sus amigos.
La mujer le habría impedido a su esposo dormir en la pieza matrimonial, por lo que Vázquez optó por hacerlo en un sillón que se hallaba en el comedor del inmueble, cuando, según su relato, Taddei cortó la luz general de la vivienda.
“No hay cosa peor para mí que me puedan hacer, porque después de lo de Cromañon me cuesta mucho estar a oscuras”, dijo Vázquez en su indagatoria, con referencia al incendio de la discoteca en diciembre de 2004, que provocó 193 muertos y centenares de heridos, durante un recital de Callejeros.
En esas circunstancias y de una manera que el músico manifestó no recordar con precisión, la pareja comenzó a forcejear con una botella de alcohol y, como el envase estaba destapado, terminaron ambos impregnados con el líquido. “Yo le decía: – pará un poco.
Pero seguían las patadas, me decía: – vos siempre lo mismo no vas a cambiar nunca”, relató Vazquez quien afirmó que a continuación intentó prender un cigarrillo y, debido a un resoplido, “automáticamente” se le prendieron fuego los brazos.
Un experto de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal, que declaró como testigo, aseguró que “al pitar un cigarrillo se alcanza la temperatura necesaria para iniciar la combustión” del alcohol.
“Ella se me vino encima y no puedo decir cómo fue que los dos nos prendimos fuego” y “al principio me quedé paralizado pero en seguida agarré un cubrecama y tratamos de apagarnos entre los dos”, tras lo cual “inmediatamente llevo a Wanda al Hospital Santojanni” señaló el baterista.
Al declarar como testigos el principal Martín Maldonado y el sargento Juan Ramón Gómez dijeron haber escuchado de boca de la doctora Rossana Martínez Rodríguez, que Taddei señaló que su pareja la había rociado con alcohol y prendido fuego, versión luego negada por la médica que aseguró haber atendido a la joven cuando ya estaba en coma farmacológico.
Otra médica, Dayler Zambrano, manifestó haber escuchado a Taddei decir “me quemé” o “me quemó”, sin poder precisarlo y un tercer facultativo, Víctor La Guardia, que la joven mencionó las palabras “alcohol” y “pucho”.
Daffis Niklison concluyó que, con la prueba reunida, debía ponderar lo expuesto por la Guardia “el único -expresó el juez- que reconoció haber escuchado personalmente a Taddei”, en un testimonio que “no discrepa con la versión de los hechos que presentara Vázquez”.
El magistrado destacó que “tampoco los restantes elementos de prueba hasta el momento colectados en el sumario -como fotografías y elementos hallados durante un allanamiento a la vivienda de la calle Pizarro- permiten construir una versión distinta a la brindada por Vázquez”.
Daffis Niklison lamentó que un informe del Hospital del Quemado no pudiera despejar dudas sobre la mecánica del hecho y remarcó que la conveniencia de ordenar una futura reconstrucción de lo sucedido y efectuar un careo entre Maldonado y Martínez Rodríguez.
“Como se evidencia -consignó el juez- los elementos de prueba hasta el momento colectados no nos permiten reconstruir lo acaecido aquella madrugada del 10 de febrero en el interior de la casa que cohabitaban Wanda Taddei y Eduardo Vázquez en forma distinta a cómo lo relatara el imputado” en su indagatoria.
“Lo que actualmente se mantiene como incertidumbre en la presente causa resulta ser el modo en que se produjeron las lesiones” de la pareja, “vale decir -indicó el juez- si en forma accidental como lo relatara Vázquez o bien como producto de un eventual accionar negligente o doloso por parte del imputado”.