Los premios del exitoso festival Pantalla Pinamar
El filme “El secreto de sus ojos”, flamante vencedor del Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa, obtuvo hoy el premio Balance de Oro en la competencia oficial del festival Pantalla Pinamar, que este año se caracterizó por la revisión histórica.Con un promedio de 9,19, la película de Juan José Campanella, que retoma la historia de una violación y asesinato cometidos durante la dictadura militar argentina (1976-1983), se ubicó en el primer lugar de las votaciones de la crítica y el público.
El Balance de Plata fue para “Vikingo”, un controvertido y crudo retrato de las cofradías de motociclistas, de José Celestino Campusano. En tercer lugar se ubicó “La Tigra, Chaco”, de Federico Godfrid y Juan Sasiaín, que se llevó el Balance de Bronce.
La película, que sigue los pasos de Esteban, un joven que vuelve a La Tigra, un pequeño pueblo de apenas 20 cuadras en los que pasó los veranos en su infancia, demuestra cómo las grandes historias pueden relatarse sin estridencias y con sensibilidad estética.
El filme obtuvo, además, el premio SIGNIS, otorgado por la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. La gala de apertura del festival, con la exhibición de la coproducción ítalo-argentina “Cómplices del silencio”, marcó la tendencia de la mayoría de las producciones argentinas, que ofrecieron distintas miradas del país afectado por la dictadura, que diezmó a una generación y dejó heridas abiertas en la sociedad, que aún no han cicatrizado.
La película de Stefano Incerti, que espera su estreno comercial en Argentina, retrata las vivencias de un periodista italiano en el país durante la cobertura del Mundial de Fútbol de 1978, cuyas acciones, guiadas por la ingenuidad, tendrán consecuencias insospechadas.
“Eva y Lola”, el segundo trabajo de Sabrina Farji, es una mirada bastante curiosa de aquel período de la historia argentina, casi en clave de comedia.
La película se centra en la relación de dos jóvenes de 30 años, Eva y Lola, que trabajan juntas en un cabaret.
Eva, cuyo padre desapareció durante la dictadura militar, descubre por un artículo periodístico que el padre de Lola es un ex represor y que su amiga fue apropiada por éste. Eva decide tomar una decisión difícil: ayudar a Lola a que decida ignorar la verdad o descubrirla e iniciar una nueva vida.
También “Fontana, la frontera interior”, de Juan Bautista Stagnaro, bucea en la historia argentina.
Basada en la vida del mayor Luis Jorge Fontana, la película se desarrolla entre 1879 y 1910 y detalla cuatro etapas fundamentales de su vida, que dan cuenta de sus primeros contactos con los pueblos originarios de Chaco, la fundación de la ciudad de Formosa (ambas en el norte del país), su Gobernación del Territorio Nacional de Chubut (Patagonia) y, finalmente, la vejez en la provincia de San Juan (región de Cuyo), donde creó el observatorio Sísmico y Geodinámico, que se propuso anticipar los movimientos telúricos en una de las zonas del país más afectadas por ese tipo de fenómenos.
La programación europea de esta edición de Pantalla Pinamar también optó por revisar los errores de la vieja Europa.
El filme británico “Cinco minutos de gloria”, de Oliver Hirschbiegel, premiado en el festival de Sundance, se centra en la violencia en Belfast y el eterno conflicto entre católicos y protestantes, que intenta ser zanjado en un encuentro en un programa televisivo.
De paso, la película desliza un tema urticante: la banalización del odio religioso, y aún de la muerte, en la era de la televisión, en que la exposición pública y la mirada del otro es lo único que cuenta. “London River”, de Rachid Bouchareb, es un filme intimista que se desarrolla en una Londres devastada por los atentados que sufrió el transporte público el 7 de julio de 2005.
La relación entre Ousmane, un musulmán, y la señora Sommers, cristiana, cuyos hijos desaparecieron en esos ataques, irá construyendo un vínculo impensado durante la búsqueda, que superará sus diferencias raciales y religiosas.
Las discrepancias, que se dejan de lado en las grandes tragedias, también son analizadas en la película española “Retorno a Hansala”, de Chus Gutiérrez.
El relato se desarrolla en los inicios de esta década, cuando en las playas de Rota, en Cádiz, España, se hallan los cadáveres de once jóvenes marroquíes que buscaban llegar a esas costas en una patera.
Por sus ropas, se descubrió que todos pertenecían a una misma aldea, Hansala, ubicada en el norte de Africa. El filme intenta recrear aquel suceso, que unió inesperadamente a Martín, un empresario funerario inescrupuloso que pretendía hacer negocios, y Leila, la hermana de uno de los fallecidos, que desea llevar el cuerpo de regreso a Hansala.
El cine, cuya misión primaria es entretener, demuestra sin embargo que cada film es, fundamentalmente, una gran pregunta que alienta al público a buscar respuestas.
Las producciones exhibidas este año en el festival echan luz sobre las diferencias: las presentan como un capital positivo, fundadoras de experiencias tan ricas como inesperadas, antes que como la raíz de los conflictos, el dolor y la muerte. (ANSA). Por Maria Zacco