Mariana Nannis salió del olvido mediático hace un par de semanas, cuando un rumor la llevó a encabezar los titulares y la empezaron a llamar “la primera botinera”. Recluida desde hace algún tiempo en su casa de Marbella, había dejado de ser noticia. Pero Caras fue a buscarla y la “primera botinera” le abrió las puertas de La Madreselva, una mansión de mil metros cuadrados y cinco mil de parque, mostró sus carteras Phillip Plein, sus vestidos y sus animales, y no se calló nada.

“No soy botinera porque no soy una p…”, comenzó por aclarar en una extensa entrevista, indignada con el nuevo mote que le pusieron y con la comparación con las así llamadas esposas de famosos futbolistas, como Evangelina Anderson y Wanda Nara. “Soy mucho más grande que todas esas pirujas. No me llegan ni a la uña de los pies, pobrecitas, porque no pueden”, disparó.
Al parecer, Mariana se siente por encima de todo ese mundo de futbolistas y modelos, porque según ella “son gente que no tiene clase”. ” La Ferrari roja es muy mersa, de nuevo rico”, dijo en referencia a las fotos que se sacó Wanda Nara con un auto con esas características, lo que le valió el título de “la nueva Mariana Nannis”, en los medios. “Wanda tiene que aprender mucho. Si no, será una grasa con plata”, criticó.