sábado, 10 de mayo de 2025
Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Murió Raúl Alfonsín, la historia dirá si fue un gran politico, ahora afirmamos que fue un hombre público honesto

El ex presidente falleció el martes a los 82 años. Se encontraba recluido en su departamento de Recoleta desde que su estado de salud se debilitó a causa de un cáncer de pulmón, hace más de un año. La última aparición pública del histórico dirigente radical fue el 1 de octubre de 2008, cuando en un acto encabezado por Cristina se descubrió un busto suyo en la Casa Rosada.

El ex presidente Raúl Alfonsín falleció pasadas las 20,30 horas en su domicilio de la avenida Santa Fe, de esta Capital.

Así lo confirmó su médico, personal Alberto Sandler a la prensa.

Su vida política comenzó a los 27 años al ser elegido concejal de Chascomús. También fue diputado provincial y nacional. En 1983 llegó a la Presidencia.

Padecía cáncer de pulmón. Según indicó el médico mencionado, el líder radical murió “tranquilo, acompañado de sus familiares y en mucha paz”.

“Estaba dormido. Todo ocurrió en un marco de suma tranquilidad”, indicó Sadler en la puerta del domicilio de Barrio Norte, donde se concentró un nutrido grupo de simpatizantes para vitorear al ex mandatario.

La salud de Alfonsín había sufrido una fuerte desmejoria el pasado domingo y su estado había ido empeorando con el paso de los días: este martes los médicos habían notado “mayor tendencia al sueño y dificultades para la respiración”.

“No vemos mejoría, está peor que a la mañana, en un estado realmente delicado”, había indicado Sadler luego de visitar por la tarde el domicilio de Alfonsín, donde permanecía con “aporte de oxígeno por vía nasal”.

El ex presidente, quien cumplió 82 años el 12 de marzo pasado, sufría un cáncer de pulmón con metástasis ósea y tuvo una recaída a causa de una “neumonía bronquioaspirativa” con fiebre.

Sin embargo, los familiares del ex presidente decidieron no hospitalizarlo, sino que prefirieron que el ex mandatario pasara sus últimas horas acompañado por sus seres queridos.

“Queremos que él realmente esté en su casa”, señaló su hijo Ricardo al hablar con la prensa en la puerta del edificio, donde montaron guardia numerosos periodistas, junto con algunos seguidores que se acercaron para darles fuerza a sus familiares.

En el momento en que se conoció su muerte, en el departamento de Santa Fe al 1668 se encontraba el vicepresidente Julio Cobos, quien tenía una relación muy estrecha con el legendario caudillo radical que gobernó el país luego de 8 años de dictadura militar.

También se encontraba el ex ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra.

Además, durante la jornada, el ex mandatario recibió la visita del titular de la UCR, Gerardo Morales, del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y del obispo Justo Laguna, quien pidió a los argentinos que “rezaran por él”.

Laguna confirmó que a fines del año pasado le había dado la “unción de los enfermos”, sacramento destinado a las personas que están en estado terminal.

>”Les di todos los sacramentos a él y a la mujer. Fue en diciembre antes de irme a Roma. Mi función como sacerdote ya la cumplí”, destacó Laguna.

La última aparición pública de Alfonsín fue a principios de octubre del año pasado para la inauguración de un busto con su imagen en la Casa Rosada, oportunidad en la cual estuvo junto a la presidenta Cristina Kirchner.

El principal referente de la UCR ya había pasado por un grave episodio de salud en 1999, cuando sufrió un accidente de tránsito al volcar la camioneta en que viajaba en Río Negro.

La vida

Raúl Alfonsín era el mayor de los 6 hijos de Raúl Serafín Alfonsín y Ana María Foulkes.
Su padre era un reconocido comerciante minorista radicado en Chascomús,a 120 kilómetros de Buenos Aires.

Desde fines de 1982, una vez abierto el proceso de transición a la democracia, bajo la presidencia del general Bignone, Alfonsín se convirtió, primero en presidente Universal de la Unión Cívica Radical al imponerse el Movimiento de Renovación y Cambio en las elecciones internas partidarias.

Poco después fue nominado candidato a presidente de la Nación, cuando el otro precandidato radical, Fernando de la Rúa, declinó su candidatura ante el amplio apoyo que estaba recibiendo Alfonsín en todo el país. Como candidato a vicepresidente fue nominado Víctor H. Martínez.

Los dos principales candidatos presidenciales eran el peronista Ítalo Lúder por el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) y el radical Raúl Alfonsín, por la Unión Cívica Radical (UCR). Existía entonces un generalizado sentimiento de que el peronismo sería un claro ganador, incluso entre los propios dirigentes radicales.

Democracia

El 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín asumió la presidencia de la Nación. Su gobierno enfrentó dos grandes grupos de problemas: la consolidación de la democracia y la difusión de la misma hacia todos los ámbitos de la sociedad y la relación con las Fuerzas Armadas; y la obra general de gobierno condicionada por la inflación y la crisis de la deuda.

El gobierno de Alfonsín tenía detrás de sí una fuerza nueva: la civilidad que había votado su propuesta de construir un Estado de Derecho, al cual los poderes corporativos (FF.AA., Iglesia y Sindicatos) deberían someterse y consolidar un sistema político que resolviera los conflictos de una manera pacífica, ordenada, transparente y equitativa. La civilidad vivió la euforia y la ilusión de que la democracia por si sola resolvería los problemas económicos y sociales imponiéndose pacíficamente a los poderosos intereses establecidos que se le oponían.

El recuerdo de Mirtha y Otros artistas

El gobierno en su diagnóstico de la crisis consideró que los problemas económicos eran menos significativos que los políticos: lo fundamental era eliminar el autoritarismo y encontrar los modos auténticos de representación de la voluntad ciudadana: se propendió a la libertad de expresión, a la libertad de opinión, se buscó una sociedad de participación, el pluralismo y el rechazo de los dogmatismos. Se realizó un programa de alfabetización masiva, el congreso pedagógico, la eliminación de la censura en las actividades artísticas, aúnque Mirtha Legrand le recordó cuando almorozó varias veces con ella al dejar de ser presidente de la Nación, que durante su gobierno sus funcionarios le prohibieron trabajar en televisión. También Pinky, Cacho Fontana,Velazco Ferrero y otros artistas fueron censurados por ferreos alfonsinistas.

Pero por sobre el político estaba el hombre, y como hombre público que fue nadie pudo poner en tela de juicio la honestidad de sus actos, virtud esta última que es ajena a la gran mayoria al espectro politico argentino.

Hubo profundas transformaciones en la universidad y en el sistema científico. Volvieron los intelectuales del exilio ocupando los medios de comunicación y se los empleó como asesores o funcionarios técnicos.

En el campo de las relaciones individuales se promovió la ley de divorcio vincular y la patria potestad compartida. (Referencia bibliográfica: Luis Alberto Romero, Breve Historia Contemporánea de la Argentina, Ed: Fondo de Cultura Económica).

Punto Final

El abierto enfrentamiento con las Fuerzas Armadas le costaría al por entonces Presidente levantamientos y reclamos desde ese sector.

El poder uniformado todavía contaba con los resortes suficientes como para ser considerado una amenaza para la democracia. Alfonsín debió resistir los embates y negociar.

Ese fue uno de los máximos desafíos que debió enfrentar el histórico dirigente como Primer Mandatario: la Ley de Punto Final, como consecuencia del levantamiento militar de la Semana Santa de 1987, fue el mayor “reproche” que los sectores progresistas le endilgaron a su gobierno.

El enrarecido “clima” que vivía el país esos años dio la excusa perfecta a los extemporáneos terroristas del ERP de Enrique Gorriarán Merlo que ensangrentaron al país el 23 de enero de 1989, cuando coparon el Regimiento 3 de Infantería de La Tablada.

La dignidad de irse

A la violencia se le sumaron los datos económicos. El equipo que Alfonsín había designado no encontraba salida a la crisis que proyectaba al país hacia el derrumbe total. Desde el comienzo de su gestión, el Ministerio de Economía vio cambiar de jefe cuatro veces: Bernardo Grinspun, Juan Vital Sourrouille, Juan Carlos Pugliese y Jesús Rodríguez no encontraron nunca una solución a la inevitable catástrofe económico-financiera que terminaría sepultando al gobierno alfonsinista.

Jaqueado, sin respaldo y con los resultados electorales en la mano, la crisis económica terminó por derrumbar su administración: el 9 de julio de 1989 entregó el bastón y banda presidencial a Carlos Saúl Menem (Partido Justicialista), quien sería Presidente por más de 10 años. Una hiperinflación galopante e imágenes de saqueos en toda la Argentina precipitaron su final.

Pacto con Menem

Los años siguientes lo tuvieron como protagonista de pocas noticias hasta que un polémico acuerdo con Menem por la reforma constitucional provocó que las críticas se multiplicaran sobre su figura. El “Pacto de Olivos” fue criticado por todos los sectores políticos de la Argentina: desde el peronismo hasta el radicalismo vieron como un “acuerdo de pocos” ese entramado que permitió la reelección presidencial del caudillo riojano.

Los “correligionarios” castigaron ese pacto en la quinta presidencial y castigaron a la UCR en las elecciones para nombrar a los convencionales de 1994. El centenario partido acusó el golpe, el más fuerte hasta entonces y del que quizás aún hoy no logró reponerse.

Sin embargo, la capacidad de Alfonsín por conducir y “reinventar” a la UCR logró colocar a sus dirigentes al frente de una nueva “esperanza” democrática. Fue así que nació la “Alianza” entre el Frepaso y el radicalismo.

Ese frente opositor al Partido Justicialista ganaría las elecciones legislativas de 1997, en el histórico triunfo de Graciela Fernández Meijide sobre Hilda “Chiche” Duhalde en territorio bonaerense. Sería el preanuncio de los comicios presidenciales de 1999 que llevarían a Fernando De la Rúa al sillón de Rivadavia, por sobre Eduardo Duhalde.

En octubre de 2001, Alfonsín volvería a presentarse a elecciones, pero esta vez como candidato a senador nacional por la Provincia de Buenos Aires.

Allí compitió con Duhalde, quien en enero del años siguiente llegaría a la Presidencia tras la caída de De la Rúa.

Poco común en años de tanta crispación política, los homenajes para Alfonsín fueron en vida: el más importante fue el año pasado, cuando el 1º de octubre en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada se descubrió una imagen con su rostro. Producto de su enfermedad, ese día estaba visiblemente debilitado y debió leer su mensaje a pesar de ser uno de los grandes oradores de la política de los últimos años.

Poco después, la Juventud Radical también le rindió homenaje en el Luna Park.

Su decaída salud no le permitió salir de su departamento de la Avenida Santa Fe.

Sólo pudo enviar un mensaje grabado en video a sus seguidores.

Después de ser presidente fue de los pocos argentinos que llegaron al sillón rivadaviano que no fue preso, igual que don Arturo Illía que se fue de la casa de gobierno en un automóvil de alquiler.Y tanto el uno como el otro gozaron del cariño de la gente, cuando sin privilegios caminaron las calles de Cruz del Eje o de Chascomus, sus respectivas tierras de origen, o cualquier sendero de nuestro territorio.