Una creación periodística de Luis Pedro Toni

PREMIERE MUNDIAL DE “TETRO” DE COPPOLA EN CANNES

El Festival de Cannes asistió al estreno mundial de “Tetro”, el último filme de Francis Ford Coppola, rodado en Argentina, que hoy inauguró la 41a. Quincena de Realizadores, la principal reseña paralela no oficial de la manifestación.

Considerado como uno de los acontecimientos del festival, “Tetro” es un nuevo viaje del director de “El padrino” en torno a su tema habitual de la familia vista como una versión reducida de la sociedad con todos sus conflictos y sus reconciliaciones.

Filmada en gran Scope y un refulgente blanco y negro del iluminador rumano Mihai Malaimare Jr. (que firmara el filme precedente de Coppola “Youth Without Youth”), la película cuenta la historia de dos hermanos distanciados desde hace años que vuelven a reunirse en Buenos Aires para hacer frente a un secreto que cambiará para siempre el modo de vivir su relación.

Protagonizado por Vincent Gallo, el debutante Alden Ehrenreich, las españolas Maribel Verdú y Carmen Maura, el austríaco Klaus Maria Brandauer y un elenco de valores argentinos (los actores Rodrigo de la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena, el compositor Osvaldo Golijov, el escenógrafo Sebastián Orgambide, la figurinista Cecilia Monti), el filme gustó mucho al público que llenaba la sala del Hotel Stéphanie pero no convenció del todo a la crítica.

La culpa fue de un guión que se alarga en peripecias (hasta llegar a dos horas siete minutos excesivos de filme), de una actuación desigual en la que sobre todo los argentinos quedan librados a sus propios medios, prisioneros de personajes desdibujados cuando no inútiles, y de algunos pasajes coreográficos, que si bien son de gran calidad (los firma Ana María Stekelman) son también totalmente gratuitos.

La más convincente de todos los actores es Maribel Verdú que sabe llegar al espectador con su dolida figura de amante sacrificada del protagonista, Tetro, interpretado por un Vincent Gallo monocorde mientras el debutante Ehrenreich aporta tan solo la frescura de su juventud.

Carmen Maura y Brandauer caen, como muchas veces les ha pasado en sus carreras, en las caricaturas de sí mismos mientras totalmente desaprovechado resulta ser un actor habitualmente de gran espesor como Rodrigo de la Serna.

Fue el mismo Coppola que confirmó en un encuentro con el público después de la proyección que prefirió presentar el filme en apertura de la Quincena y no en la reseña oficial.

“Me habían ofrecido participar fuera de concurso como ya lo habían hecho con “Apolcalypse Now” pero ya en esa ocasión había dicho que figurar en el programa era estar en competición y para estar fuera de ella prefería inaugurar la Quincena”, declaró Coppola acompañado por su esposa Eleanor, madre de sus cuatro hijos, Ehrenreich y Verdú (Gallo llegará a tiempo para la velada oficial).

“Además, creo que una reseña como la Quincena se presta más a recibir un filme independiente como el mío”, agregó Coppola que dijo que por fin se ha podido dar el gusto de poner su propio nombre antes del título.

“Lo que sucede es que las películas más importantes de mi carrera se basaban en libros preexistentes como “El padrino”, “Dracula” o “The Rainmaker” y me parecía justo poner los nombres de los autores antes del título como hago ahora con “Tetro”, aclaró Coppola.

El director negó que el filme contenga rasgos autobiográficos (“la trama no es para nada real pero todo lo que cuento es verdad”, dijo) y la única diferencia que ve entre la familia pintada en “Tetro” y la de “El Padrino” “es que aquí no hay estrangulamientos, puñaladas, tiroteos, sangre ni violencia”.

“La idea de filmar en Argentina me vino cuando me di cuenta de la importancia que ha tenido Italia en la cultura de ese país y cuando comprobé la calidad de sus actores y de sus técnicos” declaró Coppola que confesó haber creado una dinastía de cineastas “porque no quería separarme de mi familia durante los largos meses de rodaje”.

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