Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Remembranza del Paris ido a cargo de Allen, y un film de cuarentones sin sueños cumplidos desilusiona

Arrancó el 64º Festival de Cannes con la exhibición del film de apertura Midnight in Paris título sugerente para la región, demasiado turístico tal vez, y teniendo en cuenta que el año pasado la inauguración la llevó a cabo Robin Hood de Riddley Scott, película que en sus minutos iniciales esbozaba de un grito “¡Matémos a los franceses!”, una frase desafortunada por tratarse de un festival de cine en Francia.

En el día de ayer las calles de la Croisette se colmaron de periodistas acreditados, todos en el itinerario de recolectar sus credenciales, aquellas que según una clasificación por colores dan menor o mayor prioridad en el acceso a salas y conferencias, poseen un código de barras que habilitan al poseedor de contar con un locker de prensa donde diariamente se va llenando con material publicitario de cada uno de los films destinados a ser exhibidos en la fecha. A su vez, Orange nuevamente es el encargado de la sistematización del wi fi café brindando a la prensa acceso a internet en el Palais des Festival y a una playa exclusiva que sirve como lugar para concretar entrevistas, reuniones de negocios y otros.

Midnight in Paris de Woody Allen (Fuera de Competencia)

Todo tiempo pasado fue mejor…

Es la frase que transmite alegóricamente el film cuyo desarrollo en París se limita nuevamente (como es habitual en la filmografía de Allen) a acceder a un elemento fantástico a partir del cual suscitan los repetidos conflictos de pareja planteados a lo largo de su carrera. Es asi como Gil (Owen Wilson), un escritor que se encuentra de vacaciones junto a su novia (Rachel Mc Adams) y suegros, de “colados” en Paris, brindando los detalles finales a su última novela que trata acerca de una tienda que vende antigüedades; he de allí que Gil declara su fascinación por el pasado, la época del 20 en Francia, o época de oro, donde artistas plástico, escritores, directores de cine renovaron el mundo del arte con sus visiones. Es así como tras una noche de cateo de vinos el elemento fantástico cual una némesis de la Cenicienta, gana un encanto a las doce de la noche: el transporte a ese década tan deseada.

Allen ya incursionó en esta materia con La Rosa Púrpura del Cairo (transporte a partir de una pantalla de cine) y con el plan turístico en una de sus últimas (Vicky Cristina Barcelona) donde se limitaba a mostrarnos cual un guía turístico el territorio español, aquí repite la experiencia con cada uno de los recovecos de la ciudad parisina, sus calles, Versailles, la torre, los cafés, etc.. Owen Wilson, lo más destacado del film gracias a su fluidez actoral también repite a quien otro sino a Allen, en un rol similar a los que éste solía interpretar, balbuceando, tartamudeando y generando todo tipo de encuentros y situaciones repletas de histeria, comicidad y conflicto. Los roles de los suegros dan el pie para poder rematar (como también es costumbre de Allen) los gags, el uso de un padre que no quiere a tal persona como candidato de su hija no es nada nuevo. Quedan olvidadas, pequeñas participaciones de Carla Bruni y Michael Sheen, frente a cada uno de los artistas que rondaban por Paris en la época favorita del escritor, personalidades como Cole Porter, Buñuel, Dalí, Picasso, Man Ray, T.S. Elliot…destacándose Adrien Brody como un insistente y apenas gracioso Dalí.

Allen no encuentra quien lo reemplace en materia actoral en cine, puede seguir buscando, llevar y filmar su cine en el viejo continente, aunque estaría bueno que ya sea la hora de reinventarse y viajar a otras latides, Latinoamérica podría ser una buena excusa.

Link a conferencia de prensa Midnight in Paris:

http://www.festival-cannes.fr/es/mediaPlayer/11068.html

Junto al film de Allen, por el día de hoy solamente se exhibió otro en competencia oficial: Sleeping Beauty de Julia Leigh, un film producido por Jane Campion (La Lección de Piano).

Sleeping Beauty de Julia Leigh

Con Emily Browning, actriz principal del fiasco Sucker Punch, que con tan sólo 23 años, bella y de ascendente carrera, se pone este film al hombro; interpretando a una joven cuya madre alcóholica, dependiente del dinero de su hija, al igual que sus cohabitantes, se ve inmersa en una vida de tener que contar con más de un trabajo para solventar sus gastos aunque a tan temprana edad. Oficinista, camarera en un bar y dama de companía. Una propuesta laboral la involucra en una siniestra y oscura nueva labor, reminiscente al clima de Ojos Bien Cerrados de Kubrick, un grupo especial con pedidos especiales, extravagantes, para muy pocos.

Julia Leigh establece con ésta, su ópera prima, un film con un tono particular, propio, jugado a la hora de mostrar desnudos y situaciones que involucran al personaje de Lucy. El título al que hace referencia el film no es propicio para que contemos acerca de la trama, que basta decir, no tiene absolutamente relación con el cuento de hadas, por suerte.

Dentro del Marché du Film se exhibieron films como el fallido The Nutcracker in 3D de Andrey Konchalovsky por lo que pudimos tener referencia y los que sí nos animamos a ver: Julia X de Philip Pettiette, un slasher que tiene aspectos originales sobre un encuentro fortuito u ocasional entre asesinos seriales de diferentes sexos, con una pequeña participación de Vingh Rhames y I Melt With You de Mark Pellington, un film insalvable con un cast atractivo que cuenta a Rob Lowe, Thomas Jane, Jeremy Piven, Sasha Grey; un encuentro de amigos cuarentones a quienes la vida les ha pegado mal, demuestran todo lo que deja de pasar a esa edad, todas las falencias y sueños que no se han podido cumplir, comenzando con una alta juerga como en Very Bad Things, para terminar en una insolubilidad absoluta de guión.Por JOSE LUIS DE LORENZO,enviado de www.asalallenaonline.com.ar