Sofía Gala pasada de copas
La hija de Moria Casán asistió al preestreno de una película y a la celebración posterior. Después de ver el film, bailar, escuchar música y tomar bastante, se la vio a Sofia en un estado deplorable.
En el preestreno de la película animada “El sol” y posterior celebración, Sofía Gala se pasó de copas.
El evento se llevó a cabo en el espacio multicultural La Oreja Negra, del barrio de Palermo, y además de exhibirse el filme donde la hija de Moria pone la voz a uno de los personajes, hubo baile al ritmo de Bad Boy Orange, un DJ local que con su música invita a danzar y a degustar más de un trago.Y a eso se abocó Sofía Gala, quien estuvo acompañada de su marido Julián Della Paolera, echando por tierra los rumores de crisis.
Los aplausos y felicitaciones al director de la película, Ayar Blasco, amenizaron los ánimos y el “drum and bass”, una de las tantas variantes de la música electrónica, comenzó a sonar en el lugar. Ahí fue Sofía Gala y aceptó la primera copa de champán.
Luego siguió con los tragos de moda, probó varios de ellos, hasta recalar en el conocido y popular fernet con cola. Mientras el frenético ritmo de Bad Boy Orange seguía a pleno, los efectos de la variada paleta de licores y espumantes hacía efecto en su cuerpo.
Cabe señalar que la inquieta intérprete tiene pocas pulgas con la prensa, por eso cuando le preguntaron por el escándalo de su madre en Paraguay por las joyas desaparecidas, solo atinó a responder que “no podés preguntarme, porque no tengo la más puta idea”, espetó. Incluso agregó que aún no había visto a su madre desde que regresó del vecino país.
Ya entrada la madrugada, el rostro de la hija de Moria dejaba ver a las claras que su estado era lisa y llanamente de una embriaguez total. Recordemos que la actriz fue tapa de un diario el año pasado donde la descubrieron fumando marihuana.
Al parecer, la joven no se priva de nada y esta vez se inclinó por los tragos. En los próximos días, Sofía Gala y Moria será las protagonistas junto a Mario Pasik de “Tres mitades”, una polémica obra teatral dirigida por José María Muscari, que contiene fuertes escenas de sexo y desnudos totales.