Una creación periodística de Luis Pedro Toni

VIRGINIA WOOLF SIGUE VIVA EN EL TEATRO

George y Martha se sienten frustrados y tienen graves problemas de alcoholismo. Una noche invitan a su casa a un nuevo compañero de
trabajo y a su esposa.

La presencia de esta pareja no evita que Martha
y George se humillen y maltraten como de costumbre. A través de este cruel juego sale a relucir la verdad tanto sobre los anfitriones como sobre los invitados. Este es el planteo de ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, despiadada pieza teatral de Edward Albee.

Todos recordarán la versión cinematográfica, protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton, que ganó cinco de las trece nominaciones a los Premios Oscar en 1967. Además, se han hecho puestas en escena en todo el mundo. Con ese poderoso precedente, el dramaturgo y director argentino Daniel Veronese se enfrentó al desafío de
realizar esta adaptación confiando en que aún hay terrenos que no han sido visitados, le gusta pensar en el teatro como un dardo lanzado en la oscuridad.

La obra fue “acelerada” por Veronese y la complicidad de un elenco encabezado por Carmen Machi en el Teatro La Latina. Esta puesta llega
a Madrid luego de haber sido calificada en Barcelona como la mejor de 2011. La crítica ha dicho: “Devastador. Daniel Veronese se ha ganado un excelente cum laude. Un gran triunfo. Poderosa verdad escénica. La
habilidad del director deslumbra sin parar” (La Vanguardia).

Para Machi, esta obra es “un clásico contemporáneo muy atractivo” al que se suma la mirada de Veronese. “Consigue que parezca la vida misma y que te olvides de que es teatro lo que estás haciendo. Te deja mucha
libertad y por eso tienes que atarte más. Es muy inteligente y generoso. Esto le define como director”, apunta la actriz que acaba de
filmar junto a Pedro Almodóvar “Los amantes pasajeros” mientras pasea su “Juico a una zorra” por los teatros de media España.

Veronese dice que ha “tratado de ser radical, de que lo que el público vaya a ver se le haga necesario por inesperado, revelador de algo”.
La fuerza de este montaje radica en la mano del director, que la lleva a un ritmo trepidante, sin pausas. El espectador casi no tiene tiempo de pensar: padece con los personajes, se envuelve en el vértigo y la
emoción.

En setiembre el IVA de los espectáculos subió del 8 al 21%, una medida ante la que representantes de distintos sectores culturales
expresan su preocupación. Pese a los aumentos en los precios de las entradas, las plateas de La Latina estaban colmadas. Parece que el público español no se resigna a dejar de soñar.

DESDE MADRID, MARCELA SILVA NÚÑEZ