¿Cómo fue el flechazo entre Juanita Viale y Manguera Valenzuela?
Juana Viale intenta preservar su vida privada y es muy celosa de ella aunque esta vez se animó y contó detalles impensados de cómo comenzó su relación con el actor chileno, Gonzalo Valenzuela.
La nieta rebelde de Mirtha Legrand charló sin censuras con Matías Martin en su ciclo radial “Basta de Todo” y contó como comenzó su relación con su actual pareja y entró en detalles.
“La primera vez que lo vi fue en el trabajo, en “Doble Vida”, en una reunión de elenco, pero nada, no me llamó nada la atención. Y me acuerdo que una persona me dijo está este chileno. Nos volvimos muy amigos al principio, muy compinches, salíamos, comíamos. Él estaba con su perro, solo acá”, comenzó relatando Juana.
Y siguió: “Me invitó a un casamiento en Isla de Pascua y todavía no habíamos curtido. La noche anterior se estrenaba el primer capítulo de Doble Vida, lo vimos en un bar y nos metimos en el baño y nos dimos un besazo”.
“Yo me fui temprano, me fui a dormir a mi casa con una amiga y al otro día a la mañana, me va a matar si cuento esto, pero es genial. A las siete de la mañana, no me llama, no aparece. Lo llamo y no contesta. Él vivía en Puerto Madero, entonces voy a buscarlo. Llego, el de seguridad me conocía, me deja pasar y no avisa arriba. Timbre, timbre y me abre en pelotas, todo dormido y borracho”, continuó.
“Yo entré entusiasmadísima diciéndole nos tenemos que ir a la Isla. Le armé el bolso, voy al cuarto, y en su cama había una acompañante. Me acerco al cuerpo ese y le digo ¿te podés ir? Porque nos tenemos que ir de viaje. Le digo a Gon te espero abajo”.
No conforme, el relato de Viale siguió: “Mi amiga me dice y gorda, fijate que hacés. Al menos conozco la isla, le dije. Llegamos a Ezeiza, nos subimos al avión, nos despojamos de teléfonos e hicimos escala en Chile, ahí estaban todos los amigos y empezaron a tomar. Llegamos en pedo total a la isla, es una isla de aborígenes donde todavía hay tres familias que son de ahí. A Gonzalo lo apadrinó una familia nativa de ahí. Nos fuimos a la casa de esta familia y nunca fuimos al casamiento. Nos quedamos en una luna de miel eterna, nos enamoramos”, culminó el relato de Juana. Impensado.