Grave acusación contra las hermanas Xipolitakis
Indignada por las nuevas apariciones públicas de Victoria y Estefanía Xipolitakis, una ex empleada doméstica de la familia, la señora Carmen Juana Da Silva, se comunicó con “Crónica” y propuso contar su verdad.
Abrió las puertas de su hogar y contó todo lo que se vino callando en casi cuatro años de trabajo. “Yo trabajé con ellos desde el 5 de agosto de 2010 hasta el 28 de febrero de 2013. Yo los conocí a través de una amiga, Cristina, que me recomendó con ellas.Tuve mil problemas. Desaparecía algo y decían que yo lo había robado. Tienen una manía de sospechar que alguien les robó. Aguanté muchas cosas hasta que decidí irme”, comenzó narrando Carmen.
A pesar de llevar un par de años junto a la familia, la señora Da Silva colmó su paciencia y decidió renunciar.
“Me dijeron que tenía que ir a Mar del Plata con las chicas y la pase mal. Viernes, sábados y domingos tenía que salir a buscar un baño, porque las chicas no me dejaban entrar. Como el baño estaba adentro de la casa decían que las molestaba, porque hacía ruido. No me daban plata, no tenía para comer. Le pedí 200 pesos prestados a Victoria, con los que me tuve que manejar todo el verano. Después vino Manuel (el padre de las mediáticas figuras) y me dio otros 600 pesos, y con eso me saqué el pasaje de vuelta. Cuando tomé la decisión de irme,Vicky quería borrar todos los contactos que yo tenía en mi celular, para que nadie sepa nada”.
Con asesoramiento legal, Carmen le envió un par de cartas documento a Manuel Xipolitakis, padre de las famosas hermanas, porque según sus palabras, le adeudan los últimos días de trabajo en la costa. Pero el tema económico pasa a un segundo plano cuando la empleada doméstica cuenta por lo que atravesó junto a la familia Xipolitakis.
“Entre las dos me quisieron pegar, no son las chicas que se muestran en la tele.Son mentirosas. Es todo mentira lo que ellas dicen. Ellas, entre las dos, se cubren todo.La madre (Elena) les manda mensajes diciendo lo que tienen que decir”, dijo Carmen, sobre el trato recibido y agregó además que con el padre nunca tuvo inconvenientes: “Con Manuel no tuve problemas”.
Además, manifestó: “Trolas, no me van a decir que no, porque en la misma casa, cuando no estaban los padres, lo hacían. Una vez había como cuatro o cinco personas en la pieza de Victoria”.