Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Se viene la segunda temporada de Violetta

En abril comenzará a emitirse la segunda temporada de Violetta, la telenovela adolescente que ha tenido un éxito impresionante en Latinoamérica y Europa, y que en julio tendrá su versión teatral.

“La verdad es que todo esto pasó tan rápido -cuenta Martina Stoessel, hija del director de televisión Alejandro Stoessel (ex hombre fuerte de Tinelli y de Telefe) al diario Clarín- que estar hoy frente a tantos chicos que te demuestran tanto amor es muy fuerte. Imaginate que empezamos con talleres, ensayábamos las escenas, y cuando salíamos del estudio no nos conocía nadie. Hoy salimos y nos esperan como 80 nenas todos los días, con regalos, con carteles diciéndote que te quieren; es increíble”.

Violetta es la primera co-producción entre Disney Channels de América Latina y de Europa que, con un elenco internacional compuesto por actores de Argentina, México, Brasil, España, Italia y Ucrania, ya se emite en Disney Channels de Latinoamérica, España, Italia, Francia, Israel, Rusia, Rumania, Bulgaria, Ucrania, Polonia y Turquía. Hasta ahora, la telenovela teen fue doblada a cinco idiomas distintos.

Se graba en los estudios Baires, donde los decorados, que ocupan 1200 metros cuadrados, esperan silenciosos. Divididos en dos sectores, el primero es la mansión de la familia de Violetta, con un living enorme donde destaca un piano alemán de media cola, y una escalera que conduce a las habitaciones, en una planta alta. A su vez, cada habitación está replicada en la planta baja, pero es la habitación de Violetta, esa con la que sueña cualquier chica de su edad, la que concentra la atención de los visitantes por su combinación de objetos decorativos de colores brillantes y su conjugación de detalles infantiles y adolescentes.

El segundo sector es el estudio -que para esta nueva temporada ha cambiado de nombre: se llamará Estudio Onbeat-, que se divide en las áreas de danza, música y grabación. Los decorados son hiperrealistas y la verdad es que en ningún momento dan la sensación de estar en una estructura de utilería. Hay detalles como que cada exterior que se ve por alguna ventana está diseñado a imagen y semejanza de un enclave real, por el sencillo motivo de que tanto el estudio como la mansión fueron diseñados a partir de lugares reales.

El eje de la historia, claro, es la música y el romance: Violetta es una chica llena de talentos, que después de vivir en el extranjero vuelve a Buenos Aires, encuentra el amor y afianza su pasión por cantar y bailar.

“Para mí ha sido un cambio en mi estilo de vida también -analiza Martina-: empecé con 13, casi 14 años, y ahora ya tengo casi 16: crecí muchísimo, maduré, conocí gente súper profesional que me enseñó un montón de cosas”. Ese crecimiento de todo este grupo de chicos de distintos países se ha dado durante las grabaciones. Tres cámaras en HD los siguen durante las escenas, en dos unidades -una de interiores y otra de exteriores- que reúnen a un equipo de 140 personas a un ritmo de diez horas por día, excepto los menores de edad, que solo graban seis horas diarias.

Las normas de Disney son muy estrictas respecto de los contenidos, y todo es rigurosamente revisado: no pueden verse tatuajes, ni partes de la ropa interior de los actores, y otra serie de controles que apuntan a resguardar los valores, fundamentalmente.

La segunda temporada traerá consigo nuevas canciones, nuevos profesores, nuevos amigos. Pero ya la primera le cambió la vida a la actriz protagónica.

“Me tuve que cambiar de colegio: yo iba a uno de doble turno y tuve que irme a uno de un solo turno. Salgo como cualquiera los fines de semana con mis amigas, más que nada con mis mejores amigas, porque una de las cosas que aprendí es que cuando te empezás a hacer conocido mucha gente sólo se acerca para pedirte favores -cuenta la joven actriz-. Yo creo que es muy importante tener a tu familia cerca, los afectos de toda la vida, y yo tengo una familia que me apoya en todo, y que me contiene y me aconseja. Mis papás son personas increíbles y han sido mis pilares en todo este proceso. Este siempre fue mi sueño, y estoy muy feliz”. Más allá del impacto que pueda causar una fama repentina en una adolescente, a Martina se la ve muy entusiasmada.

“Ya estamos a full con las grabaciones y con los ensayos para los Gran Rex (según se dice, serán 60 shows) que vamos a hacer en las vacaciones de julio. Yo viví por primera vez esto de hacer shows en vivo cuando estuvimos en el Luna Park, y si bien uno está en contacto con la gente a través de las redes sociales la energía del vivo es muy fuerte. Yo antes cantaba sola frente al espejo y ahora canto frente a miles de personas”, se entusiasma. La producción no descansa para llegar a la emisión de la segunda temporada con unos 40 capítulos ya editados, listos para salir al aire. Pero los actores, según cuenta Martina, ahora corren con una ventaja.

“Creo que en la primera temporada nos pasó un poco a todos. Grabábamos sin ver los capítulos, medio a ciegas, no veías ni la respuesta del público ni a vos mismo. Yo acabo de empezar en esto y no tengo experiencia, así que eso era lo más raro. Ahora, para esta segunda temporada, como ya pude verme en la primera, puedo jugar a meterle al personaje más cosas mías. Aprendo un montón viéndome, y gracias a eso ahora puedo jugar mucho más, estoy muy enganchada con la historia y con Violetta. Va a haber un montón de personajes nuevos, canciones, y realmente me divierto mucho”. Diversión y aprendizaje son comunes a todos los chicos de este elenco. Solo que, al ser la protagonista, Martina concentra la admiración del público.

“A veces no puedo creer lo que me está pasando. El otro día iba en la camnioneta con mi papá, miré por la ventanilla y vi a tres nenitas que tenían la remera de Violetta. Le dije a mi papá: ¡Mirá! Frenamos la camioneta, bajé la ventana y les dije: ¡Hola! Y se emocionaron… Es loquísimo. Mi papá siempre me dice: Violetta no va a durar para toda la vida. Todo pasa. Así que lo más importante para mí ahora es disfrutar cada momento que vivo”, concluye Martina, con los pies en la tierra.