Un festival multitudinario por el 25 de Mayo
El trovador cubano Silvio Rodríguez, el argentino Fito Páez y la prestigiosa Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, con una impronta sonora latinoamericana, encabezaron el multitudinario festival en la Plaza de Mayo.
El festival se clausuró en la noche con el pulso rockero de la banda mexicana Café Tacuba, Os Paralamas do Sucesso, de Brasil, y un impactante juego de luces y fuegos artificiales.
Desde temprano, la jornada tuvo un claro perfil continentalista: por caso, Fito Páez, además de sus propias creaciones, ofreció un repertorio con citas a Víctor Jara y Chico Buarque.
El cantante rosarino irrumpió en el escenario montado frente a la Casa Rosada a las 15.37 acompañado por el esquema sinfónico de la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela, en este caso, bajo la dirección de César Iván Lara.
Inauguró su segmento con “Y dale alegría a mi corazón”; prosiguió con “Canción para mi muerte” (“¿Qué sería de este país sin Charly García?”, lanzó), para continuar con canciones propias como “Un vestido y un amor”, “Tumbas de la gloria” y “Parte del aire”.
Entonces la Sinfónica Simón Bolívar -especialmente su sección de cuerdas- aportó arreglos originales para “Construcción” (Chico Buarque), “Te recuerdo Amanda” (Víctor Jara) y “Mariposa tecnicolor”, del propio Páez y con arreglo de Gerardo Gandini, fallecido este año.
En el cierre, y con inusual gesto rockero, la Sinfónica Juvenil venezolana contribuyó a una vigorosa versión de “Ciudad de pobres corazones”.
Poco después, desde las 17.05, el cubano Silvio Rodríguez, solo con su guitarra, entregó un puñado de las canciones que pertenecen al imaginario colectivo latinoamericano.
“La gota de rocío” y “Playa Girón” inauguraron el set, que luego continuó con “El mayor”, “Te doy una canción” y “El reparador de sueños”.
“Oleo de una mujer con sombrero” significó el cierre de una faena de 23 minutos que dejó al público reclamando bises.
Minutos antes de salir al escenario, Rodríguez había enfatizado que “la Argentina está en un camino de unidad latinoamericana y en un proceso muy esperanzador”.
Más temprano habían pasado por el escenario Andy Chango, Fena Della Maggiora, Ignacio Copani, Banda Trinidad (Paraguay), Falta y Resto (Uruguay), el Ballet Folklórico Nacional y la Orquesta Libertador General San Martín.
La murga Falta y Resto conmovió en las primeras horas con sus alusiones al oscuro pasado de dictaduras del Cono Sur.
Así entregó “Con el mismo corazón”, donde reza: “Rioplatenses, hay algo que nos une en el dolor de un tango que no puedo olvidar/ Los dos pueblos exigen saber que ha sucedido con sus hijos que faltan encontrar”.
La jornada de música, y ya cuando empezaba la cadena nacional, decantó en una versión del Himno Nacional a cargo del acordeonista Chango Spasiuk, el pianista y arreglador Popi Spatocco y la fuerza percusiva de La Bomba de Tiempo, mientras se proyectaban imágenes históricas sobre la fachada del Cabildo.
Después del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el grupo Prix Dami realizó una intervención sobre la fachada del edificio de la AFIP y luego se precipitó el desenlace con las bandas rockeras.
El guitarrista y vocalista de Os Paralamas, Hebert Vianna, antes de conmover con clásicos como “Dos margaritas” o “Track-track”, destacó que América Latina vive un proceso de “apertura cultural y política”.
La clasusura de la noche estuvo en manos de Café Tacuba, una de las bandas líderes del rock latinoamericano.
Rubén Isaac Albarrán le puso voz a “El baile y el salón” y “Cómo te extraño”, “Ingrata”, “Chilanga banda”, “La Chica Banda” y otros éxitos de la banda mexicana, para consumar un poderoso cierre del festival. (Télam)