Adiós a un grande de la música criolla
El compositor y guistarrista salteño Eduardo Falú, figura indispensable de la música popular, falleció este viernes en su domicilio, informó Antonio Rodríguez Villar, presidente de la Academia Nacional del Folklore.
Su voz grave, expresiva; su singular estilo con la guitarra; su enorme talento como compositor -que lo llevó a conformar con Jaime Dávalos una fructífera sociedad artística-, hicieron de Falú un nombre indispensable para la música de raíz folclórica.
“La tonada del viejo amor”, “Zamba de la Candelaria”, “Trago de sombra”, “Canción del jangadero”, “Romance de la Muerte de Juan Lavalle”, “Choro del caminante” y “Camino a Sucre” son algunas de sus obras emblemáticas.
Falú nació en El Galpón, provincia de Salta, el 7 de julio de 1923, pero fue criado en Metán y formado en la capital salteña. En 1945 se radicó en Buenos Aires.
Guitarrista de trascendencia internacional, tuvo la pericia, además, de capitalizar el trabajo en colaboración.
Trabajó con Jaime Dávalos (“Tonada del viejo amor”, “Trago de sombra”, “Milonga del alucinado” y “Zamba de la Candelaria”), Manuel Castilla (“Celos del viento” y “Puna sola”), Ernesto Sábato (“Romance de la muerte de Juan Lavalle”) y Jorge Luis Borges (“José Hernández”), entre más.
“Siempre sostuve -continuó- que la música es importante, pero si no estuviesen estos poetas magníficos que pintaban el paisaje con señorío, hoy mi obra no sería popular”, reconocía el propio Falú.
Su música siempre resultó un enlace natural entre las formas y los aromas de la música de raíz folclórica con las exigencias de la academia, en cuyos ámbitos también fue reconocido.
De hecho, además de los escenarios de mundo que recorrió con su repertorio popular, también compuso suites y realizó conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional o formaciones de música de cámara como la Camerata Bariloche.
“Mis obras tienden un puente entre lo popular y la música culta, a través de la guitarra. Podría decir que con la guitarra no solamente rasgueo, sino que le busco otros elementos”, reflexionaba el propio Falú, años atrás.
Fue uno de los artífices, en las décadas del `50 y el `60, de un reverdecimiento de la música folclórica, que entonces despertó nuevos entusiasmos y cobró un auge excepcional.
Sostuvo una carrera sobre la base del trabajo, sin estridencias ni pretensiones personales.
En 2007, empresarios alemanes financiaron una película sobre su vida y obra. Desde hace años se encontraba retirado de la vida profesional. (Telam)