Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Brochero fue beatificado ante una multitud, octavo argentino que llega a los altares

Villa Cura Brochero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): El Cura Brochero fue beatificado este4 de septiembre, en una multitudinaria celebración presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado papal, cardenal Angelo Amato, en el pueblo de las sierras de Córdoba que lleva el nombre del sacerdote que llevó a lomo de mula el Evangelio y el progreso a los más necesitados de la región. 

“Concedemos que el venerable siervo José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote diocesano, pastor según el corazón de Cristo, fiel ministro del evangelio, testigo del amor de Cristo a los pobres, sea llamado beato de ahora en adelante”, leyó el purpurado el decreto firmado por el papa Francisco. 

A las 10.27 una gigantografía con la imagen del primer sacerdote argentino beato fue desplegada en el altar, en medio de vítores y aplausos de una multitud reunida en el predio ubicado en el Cerro de la Cruz, del poblado de Traslasierras.

El cardenal Amato indicó, además, que el Papa estableció que la fiesta litúrgica del Cura Brochero sea el 16 de marzo “en los lugares y modos establecidos”. 

Carta de Francisco y campanas 
En ese marco, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, leyó una carta en la que el Papa destacó la figura del flamante beato como “pastor con olor a ovejas” y aseguró que Brochero fue un “pionero” de la evangelización al llevar el mensaje de Cristo a las “periferias existenciales” y al hacerse “pobre entre los pobres”. 

También se difundió allí un video del momento en que el Papa bendice en el Vaticano una campana con la leyenda “Brochero, un cura con olor a oveja”, que será colocada en la parroquia del pueblo. 

Reliquias 
Al terminar el ritual de beatificación, Nicolás Flores, el niño del “milagro” que permitió la beatificación del “cura gaucho”, acercó al altar las reliquias del beato junto con sus padres, un sacerdote del lugar y una religiosa, y el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, agradeció al Papa por este momento culminante para la Iglesia. 

Previamente, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, solicitó al enviado papal la inscripción del Cura Brochero en el libro de los beatos, mientras Silvia Correarle, postuladora de la causa, hizo una semblanza de su vida y el sacerdote jesuita Julio Merediz reseñó su “espiritualidad sacerdotal”. 

Homilía 
En la homilía, el cardenal Amato dijo que en el decreto de beatificación se describen los “rasgos esenciales que retratan a este héroe cristiano, sembrador a manos llenas en estas tierras. Su beatificación es un acontecimiento de suma relevancia tanto social como religiosa” y comparó a Brochero con Santo Cura de Ars, patrono mundial de los párrocos. 

“Verdadero bienhechor del pueblo argentino, promovió el progreso de la sociedad y el bienestar de la comunidad. Trabajó a favor de la dignificación de la personas humana provenían de su santidad, un rasgos que todo reconocía en el ya en vida. 

“Su trabajo en pos de la dignificación de la persona humana provenía de su santidad, un rasgos que todos reconocía en él ya en vida”, subrayó. 

El purpurado relató la conversión que Brochero logró de dos delincuentes, para luego interpelar: ¿Quién era este sacerdote y qué fue lo que hizo para ser tan querido y venerado?” “La respuesta es simple fue un sacerdote completamente dedicado a las almas, todo lo que hizo tuvo como horizonte al hombre y sobre todo de los más necesitados”, aseveró. 

El cardenal Amato definió al Cura Brochero como un “verdadero comunicador que con su predicación tocaba los corazones convirtiendo, incluso, a los pecadores más empedernidos”. 

“Se transformó en un difusor del reino de Dios y abanderado de Cristo”, indicó, y sostuvo que difundió los ejercicios espirituales, a los que movilizaba a multitudes, porque estaba “convencido de su eficacia como instrumento para comunicar la luz de la libertad divina y que triunfo de la gracia, aún en los más rebeldes”. 

“Su caridad pastoral generaba comunión era un pastor para todos sus predilectos los enfermos, los pequeños, los pobres”, precisó. 

Por último, el cardenal Amato exhortó a los sacerdotes a practicar lo que Brochero enseñó y a no olvidarse de ser generosos y ejercitar el ministerio sacerdotal con serenidad y alegría como él lo hacía. “La presente beatificación es sólo un comienzo para conocer al Cura Brochero, este sacerdote santo, sigamos imitándolo y pidiendo por las necesidades espirituales y materiales”. 

Autoridades 
Las autoridades municipales estimaron que unas 200.000 personas llegaron hasta Villa Cura Brochero para participar de la ceremonia religiosa, entre unos 60 obispos y 1.200 sacerdotes. 

De la Sota agradeció al Papa por la beatificación del Cura Brochero y pidió que este sea el “paso inmediato” de la santificación de este sacerdote que llevó educación, trabajo, progreso y felicidad a los pobres de Traslasierra. 

“Cada tierra tiene los hombres y santos que se merecen. Pucha, que lindo es que Brochero haya nacido en Córdoba y más lindo que nos siga acompañando en la fe y con su ejemplo inquebrantable de lucha para llevar a los pobres educación, trabajo, progreso, felicidad”, subrayó desde el altar. 

También asistieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Dominguez, en representación de la Presidenta, el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri. 

La vida de Brochero 
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte de Córdoba. 

El 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote y desde 1869 se instaló en Villa del Tránsito, localidad de traslasierra que desde 1916 lleva su nombre. 

Brochero movilizaba a miles de hombres y mujeres -campesinos, delincuentes, olvidados- a través de caminos inhóspitos para participar de ejercicios espirituales, primero en la capital cordobesa, lo que demandaba tres días de marcha, y después en una casa propia en Villa del Tránsito. 

El sacerdote tuvo un fuerte protagonismo social, al realizar gestiones ante las autoridades que hicieron posible la apertura de caminos, acequias, diques, una estafeta postal y un telégrafo. También supo cuestionar a legisladores cordobeses que “no se interesaban por el progreso de sus comprovincianos”, decía, al no promover leyes para que el tren llegara a estos poblados. 

Brochero tuvo un papel activo en la epidemia de cólera que afectó a la población de la provincia de Córdoba. Enfermó de lepra por compartir el mate junto a pacientes con esta enfermedad, quedó sordo y ciego. Murió en 26 de enero 1914. 

Venerable y reconocimiento del milagro 
Juan Pablo II lo declarado venerable en febrero de 2004 y Benedicto XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto que reconoce el “milagro” atribuido a la intercesión de Brochero. Se trató de la recuperación sin explicación médica de un niño con pronóstico de “vida vegetativa” y problemas neurológicos severos tras sufrir un grave accidente vial.+

El Papa sobre Brochero: “Fue un pionero en salir a las periferias existenciales”
Villa Cura Brochero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): “El Cura Brochero tiene la actualidad del Evangelio, es un pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios. No se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe. Esto es lo que Jesús quiere hoy, discípulos misioneros, ¡callejeros de la fe!”, destacó el papa Francisco en una carta enviada al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo. 

“Me hace bien imaginar hoy a Brochero párroco en su mula malacara, recorriendo los largos caminos áridos y desolados de los 200 kilómetros cuadrados de su parroquia, buscando casa por casa a los bisabuelos y tatarabuelos de ustedes, para preguntarles si necesitaban algo y para invitarlos a hacer los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Conoció todos los rincones de su parroquia. No se quedó en la sacristía a peinar ovejas”, subrayó. 

El prelado santafesino leyó la carta en el marco de la ceremonia de beatificación en Villa Cura Brochero que presidió el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado papal. 

Texto completo de la carta 
Que finalmente el Cura Brochero esté entre los beatos es una alegría y una bendición muy grande para los argentinos y devotos de este pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente, que hizo y continúa haciendo tanto bien como caricia de Dios a nuestro pueblo sufrido. 

Me hace bien imaginar hoy a Brochero párroco en su mula malacara, recorriendo los largos caminos áridos y desolados de los 200 kilómetros cuadrados de su parroquia, buscando casa por casa a los bisabuelos y tatarabuelos de ustedes, para preguntarles si necesitaban algo y para invitarlos a hacer los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Conoció todos los rincones de su parroquia. No se quedó en la sacristía a peinar ovejas. 

El Cura Brochero era una visita del mismo Jesús a cada familia. Él llevaba la imagen de la Virgen, el libro de oraciones con la Palabra de Dios, las cosas para celebrar la Misa diaria. Lo invitaban con mate, charlaban y Brochero les hablaba de un modo que todos lo entendían porque le salía del corazón, de la fe y el amor que él tenía a Jesús. 

José Gabriel Brochero centró su acción pastoral en la oración. Apenas llegó a su parroquia, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba para hacer los ejercicios espirituales con los padres jesuitas. ¡Con cuánto sacrificio cruzaban primero las Sierras Grandes, nevadas en invierno, para rezar en Córdoba capital! Después, ¡cuánto trabajo para hacer la Santa Casa de Ejercicios en la sede parroquial! Allí, la oración larga ante el crucifijo para conocer, sentir y gustar el amor tan grande del corazón de Jesús, y todo culminaba con el perdón de Dios en la confesión, con un sacerdote lleno de caridad y misericordia. ¡Muchísima misericordia! 

Este coraje apostólico de Brochero lleno de celo misionero, esta valentía de su corazón compasivo como el de Jesús que lo hacía decir: «¡Guay de que el diablo me robe un alma!», lo movió a conquistar también para Dios a personas de mala vida y paisanos difíciles. Se cuentan por miles los hombres y mujeres que, con el trabajo sacerdotal de Brochero, dejaron el vicio y las peleas. Todos recibían los sacramentos durante los ejercicios espirituales y, con ellos, la fuerza y la luz de la fe para ser buenos hijos de Dios, buenos hermanos, buenos padres y madres de familia, en una gran comunidad de amigos comprometidos con el bien de todos, que se respetaban y ayudaban unos a otros. 

En una beatificación es muy importante su actualidad pastoral. El Cura Brochero tiene la actualidad del Evangelio, es un pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios. No se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe. Esto es lo que Jesús quiere hoy, discípulos misioneros, ¡callejeros de la fe! 

Brochero era un hombre normal, frágil, como cualquiera de nosotros, pero conoció el amor de Jesús, se dejó trabajar el corazón por la misericordia de Dios. Supo salir de la cueva del «yo-me-mi-conmigo-para mí» del egoísmo mezquino que todos tenemos, venciéndose a sí mismo, superando con la ayuda de Dios esas fuerzas interiores de las que el demonio se vale para encadenarnos a la comodidad, a buscar pasarla bien en el momento, a sacarle el cuerpo al trabajo. Brochero escuchó el llamado de Dios y eligió el sacrificio de trabajar por su Reino, por el bien común que la enorme dignidad de cada persona se merece como hijo de Dios, y fue fiel hasta el final: continuaba rezando y celebrando la misa incluso ciego y leproso. 

Dejemos que el Cura Brochero entre hoy, con mula y todo, en la casa de nuestro corazón y nos invite a la oración, al encuentro con Jesús, que nos libera de ataduras para salir a la calle a buscar al hermano, a tocar la carne de Cristo en el que sufre y necesita el amor de Dios. Solo así gustaremos la alegría que experimentó el Cura Brochero, anticipo de la felicidad de la que goza ahora como beato en el cielo. 

Pido al Señor les conceda esta gracia, los bendiga y ruego a la Virgen Santa que los cuide.

 
Cura Brochero, el primer sacerdote beato y el octavo argentino
Buenos Aires, 14 Sep 2013 (AICA): El Cura Brochero se convirtió hoy en el octavo argentino en ser declarado beato, el primer sacerdote connacional en esa instancia previa a la santidad y el primero beatificado por el papa Francisco. 

La Iglesia abrió casi medio centenar de causas para canonizar a religiosos y laicos argentinos que dieron testimonio de su fe o murieron por su fidelidad al Evangelio, pero el único en alcanzar la santidad es Héctor Valdivielso Sáez. 

También son beatos las monjas Crescencia Pérez, Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas o Madre Maravilla) y María Ludovica De Angelis, el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá. 

Santo 
El calendario litúrgico de la Argentina incluye un santo: San Héctor Valdivielso Sáez, mártir, joven religioso lasallano nacido en la Argentina y asesinado en España con otros compañeros de congregación. Su memoria litúrgica es el 9 de octubre. 

Beatos 
Beata Laura Vicuña, laica (Viedma), beatificada en Roma por el papa Juan Pablo II el 3 de septiembre de 1988. Se celebra el 22 de enero. 
Beata Nazaria Ignacia March Mesa, religiosa, (Buenos Aires), beatificada en Roma el 27 de septiembre de 1992 por Juan Pablo II. Su memoria litúrgica es el 6 de julio. 
Beato Artémides Zatti, coadjutor salesiano, (Viedma), beatificado el 14 de abril de 2002 en Roma, por Juan Pablo II. Se conmemora el 13 de noviembre. 
Beata María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas), religiosa (Córdoba), beatificada en Roma el 14 de abril de 2002 por Juan Pablo II. Se conmemora el 25 de agosto. 
Beata María Ludovica De Angelis, religiosa, (La Plata), beatificada en Roma el 3 de octubre de 2004. Su fiesta el 25 de febrero. 
Beato Ceferino Namuncurá, laico, (Viedma), beatificado en Chimpay (Río Negro) lugar de su nacimiento, el 11 de noviembre de 2007 por el delegado de Benedicto XVI, cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano. Su fiesta el 26 de agosto. 
Beata María Crescencia Pérez, religiosa (San Nicolás de los Arroyos). Beatificada el 17 de noviembre de 2012 en la ciudad de Pergamino, provincia de Buenos Aires por el prefecto de la Congregación vaticano para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato. Su memoria es el 20 de mayo. 
José Gabriel del Rosario Brochero, presbítero (Cruz del Eje). Beatificado el 14 de septiembre de 2013 en Cruz del Eje, Córdoba. 

Venerables 
María Antonia de Paz y Figueroa, o Beata María Antonia de San José, más conocida como Mama Antula, religiosa argentina (Buenos Aires). El 2 de julio de 2010 Benedicto XVI la proclamó Venerable. 
Madre Catalina María, religiosa (Córdoba), fundadora de las Esclavas del Corazón de Jesús. El 18 de diciembre de 1997 Juan Pablo II la declaró Venerable. 
José León Torres, religioso mercedario (Córdoba), fundador de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús. El 26 de octubre de 1993 Juan Pablo II lo proclamó Venerable. 
Mamerto Esquiú, franciscano. Obispo (Córdoba). El 16 de diciembre de 2006, el papa Benedicto XVI lo declaró Venerable. 
Camila Rolón, religiosa (La Plata). El 2 de abril de 1993 el papa Juan Pablo II la declaró Venerable. 
Eleonora López de Maturana, religiosa (Mercedes-Luján). Fue declarada Venerable el 23 de diciembre de 1993 por el papa Juan Pablo II. 

Siervos de Dios 
Cecilia Perrín de Buide, laica (Bahía Blanca) 
Emanuel Pascual Perrín, laico (Bahía Blanca) 
Luis María Etcheverry Boneo, presbítero (Buenos Aires) 
Antonio Solari, laico (Buenos Aires) 
Alfonso Lambe, laico (Buenos Aires) 
Enrique Shaw, laico (Buenos Aires) 
María Agustina de Jesús, religiosa (Buenos Aires) 
María Benita Arias, religiosa (Buenos Aires) 
María Eufrasia Iaconis, religiosa (Buenos Aires) 
María Mercedes del Niño Jesús Guerra, religiosa (Buenos Aires) 
Mercedes del Carmen Pacheco, religiosa (Buenos Aires) 
Martha María Pereyra Iraola, religiosa (Buenos Aires) 
Isabel Fernández, religiosa (Buenos Aires) 
Pascual Pirozzi, sacerdote Misionero de los Sagrados Corazones (Buenos Aires) 
Leonor de Santa María Ocampo, religiosa (Córdoba) 
Pura Rosa del Carmen Olmos, religiosa (Córdoba) 
Victorina Rivara de Perazzo, laica (Goya) 
María Antonia Cerini, religiosa (Mercedes-Luján) 
Tarcisio Rubín, sacerdote religioso (Jujuy) 
Pedro Ortiz de Zárate, presbítero, y Juan Antonio Solinas, sacerdote jesuita, Mártires de Zenta (Orán) 
María Lourdes del Santísimo Sacramento, religiosa (Rosario) 
José Gregorio Bunader, laico (Eparquía Maronita) 
José Américo Orzali, obispo (San Juan de Cuyo) 
Mauricio Giménez, sacerdote jesuita (San Miguel) 
José Marcos Figueroa, religioso jesuita (Santa Fe de la Vera Cruz) 
Sofronia Serafina Erdely, religiosa (Eparquía Ucrania) 
Isidoro Zorzano Ledesma, laico Opus Dei (Madrid) 
José Canovai, presbítero (Roma) 
Eduardo Francisco Pironio, cardenal (Roma) 
Jorge Gottau, obispo de Añatuya (Buenos Aires).+ 

 
Dirigentes políticos destacaron el legado de Brochero
Villa Cura Brochero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): Funcionarios nacionales y provinciales destacaron el ejemplo y testimonio del beato José Gabriel Brochero al concluir la celebración eucarística en la que el “cura gaucho” dio el primer paso en el camino a la santidad. 

Antes de concluir la Eucaristía, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, subió al escenario y agradeció a Dios en nombre de los cordobeses sea reconocido por su santidad. Evocó al papa Francisco, y animó a rezar para que pronto sea declarado santo. 

“Es un beato que por un lado repartia rezos y bendiciones, y por el otro lado trabajaba por los pobres y los humildes. Lo amamos”, sintetizó el mandatario provincial al ser consultado por AICA

¿Qué ejemplo toma usted de Brochero, como dirigente político? 
De la Sota:
 Recién monseñor Santiago (Olivera) comentaba que Brochero es la imagen del Papa, porque hoy uno lo ve con su autenticidad, siendo signo para los pobres y de la paz. Creo que es un ejemplo para todos, para que hagamos las cosas mejores.
 

Quien también se hizo presente fue el gobernador de la provincia de San Juan, José Luis Gioja. “Tengo el corazon hinchado de la emoción -declaró al terminar la misa-. Estoy muy cerca de acá y no quise faltar. La verdad que me gustó tanto todo que con el calor de la ceremonia ni he sentido el frio”. 

En representación de la Presidenta, llegó hasta el predio del Cristo Blanco el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez. El legislador transmitió el saludo de la mandataria nacional al cardenal Ángelo Amato, delegado papal para esta beatificación. También lo acompañó el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri. 

Domínguez aseguró que la Cristina está “en constante comunicación” con el Santo Padre y valoró el legado de Brochero para el pueblo argentino: “Nuestro pueblo es eminentemente religioso y católico, y la figura del Cura Brochero servirá para unirnos a todos”.+

 
Enviado del Papa a la beatificación: “Brochero es signo de esperanza”
Mina Clavero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): El cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, afirmó que el padre José Gabriel del Rosario Brochero es un “signo de esperanza” por su fe, su esperanza y su fidelidad al Evangelio de Jesús, y transmitió, en nombre del papa Francisco, un saludo afectuoso a todos los argentinos. 

El purpurado italiano habló con AICA en la tarde del viernes 13, en la que fue distinguido por la comuna de Mina Clavero como visitante de honor y concelebró una misa junto al cardenal Estanislao Karlic, arzobispo emérito de Paraná, y decenas de obispos argentinos. 

El delegado pontificio para la beatificación del Cura Brochero recibió las llaves de la ciudad de Mina Clavero en un acto en el que se lo declaró visitante iluste. Al hacer uso de la palabra, destacó el “bello aire” que se respira en esta localidad serrana y deseó que esta localidad turística “continúe regalando a cuantos la visitan la posibilidad del encuentro con Dios aprovechando la belleza del valle de Traslasierra y el testimonio del Cura Brochero”. 

El cardenal Amato reveló que estuvo reunido con el Santo Padre el martes 10 para comentarle en detalle el programa de su visita a la Argentina. El obispo de Roma le contó que había enviado una carta con motivo de la ceremonia de beatificación del Cura Gaucho para ser leída durante la misa. “Y después me ha pedido que envíe saludos a todos los argentinos por esta beatificación del Cura Brochero. Y también que pruebe el asado”, contó. 

El prefecto también se permitió esbozar un perfil del sacerdote cordobés que misionó en el departamento de San Alberto: “El padre Brochero es signo de esperanza para todos por su fe, por su esperanza, por su fidelidad al Evangelio de Jesús, por su vida buena y por su ejemplo de santidad. Es un ejemplo no solo para sacerdotes, sino también para los laicos”. 

El cardenal Amato también aseguró que el papa Francisco es un tesoro para la Argentina, para la Iglesia y para el mundo. “La oración por la paz ha sido un evento extraordinario”, opinó. También reveló el porqué de su breve visita al país: “Siempre hago así. Para mí, lo importante es la celebración de la beatificación. Otras cosas no me interesan. Luego, vuelvo a trabajar a Roma”.+

 
La fe de Brochero, eje de la vigilia previa a su glorificación
Villa Cura Brochero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): El cardenal Estanislao Karlic presidió en la noche del viernes 13 una concelebración eucarística para miles de fieles que llegaban en la víspera de la beatificación del Cura Brochero, a quienes animó a santificar las realidades que les tocan vivir, a ejemplo del nuevo beato. 

El cardenal Karlic, nacido en Oliva, provincia de Córdoba en 1926, concelebró junto al prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, cardenal Ángelo Amato; el obispo de Cruz del Eje y delegado episcopal para el mencionado dicasterio, monseñor Santiago Olivera, y decenas de obispos argentinos venidos de las diversas regiones del país. Bajo el altar, cientos de sacerdotes acompañaban la Eucaristía, y en la plaza del pueblo, los fieles seguían la liturgia por pantalla gigante. 

El purpurado cordobés reflexionó en torno al Año de la Fe que vive la Iglesia universal, y aseguró que el padre Brochero “celebró la fe, profesó la fe y rezó la fe”. Destacó su asidua tarea de formar al pueblo en la vida sacramental, en su celo por bautizar, por vivir la Eucaristía y por llevar la reconciliación a los hombres que se morían. ” 

“¡Brochero creyó en Dios y pudo decir como san Juan, ‘hemos creído en el Amor’. 
Quiso convencer a todos los hombres de su entorno con la misericordia, y como él, queremos vivir este espíritu en la historia de nuestra Iglesia”, aseguró. 

“No solamente Brochero vivió el misterio de la fe, sino que Brochero rezó la fe. Y agregó, “Educó a su gente en la intimidad con el Señor. La sierra le enseñó a subir a Dios. Los caminos le enseñaron a buscar a Dios en los campesinos, en las familias, en los jóvenes, en los alumnos y en los inmundos. Los ejercicios espirituales lo templaron en la fragua cotidiana de Cristo. Supo que solo lo que es asumido es redimido”. 

El celebrante también destacó el amor que Brochero profesó a María. “La amó tiernamente -dijo-, y Ella educó su capacidad de pastor para reconocer la santidad de cada hombre”. 

“Brochero ea nuestro como el pan casero. Nació de Dios para nosotros. Cada uno nació para la santidad y el testimonio de muchos. Estamos celebrando la Eucaristia; pidamos que Jesús nos capacite para ser los continuadores de la tarea extraordinaria que Brochero tuvo, en esta tierra, en este tiempo y en este lugar. Roguemos a Dios para que podamos santificar nuestro tiempo”, concluyó el purpurado. 

Vigilia brocheriana. Luego de la celebración eucarística, las monjas de la congregación Abba Padre compartieron una hora de oración animada con cánticos, citas evangélicas y extractos de los mensajes del Cura Brochero. 

A la medianoche se abrieron las puertas del predio de la beatificación, y apenas despuntó el sol, los miles de fieles que llegaban pudieron rezar el rosario de la aurora, guiado desde el escenario central. En espera y en oración aguardaron hasta las 10, momento en el que empezó la celebración eucarística en la que el Cura Gaucho fue elevado a la gloria de los altares.+

 
La profunda fe de la familia del milagro de Brochero
Mina Clavero (Córdoba), 13 Sep 2013 (AICA): Sandra Violino y Osvaldo Flores son los papás de Nicolás, el niño sobre quien el Cura Brochero obró un milagro que lo llevará al honor de los altares este sábado 14 de septiembre. Recién llegados a esta villa serrana, revivieron la historia de sus vidas para AICA, entre mates, idas y venidas de monjas por la pequeña casa de Mina Clavero y otros tantos detalles de la ceremonia de beatificación, que se desarrollará en el predio del Cristo Blanco. 

En pocos días, se cumplirán 13 años del accidente automovilístico que los involucró para siempre con la glorificación de Brochero: una camioneta Ford Apache sin luces chocó de frente al Volkswagen Polo en el que viajaba con los padres de Sandra. Nora, la abuela, sobrevivió, pero no así su esposo; Sandra, en tanto, quedó con las piernas fracturadas, y Nicolás, con 11 meses, quedó tendido en la cinta asfáltica con la cabeza muy lastimada y apenas con vida. Su papá, Osvaldo, lo socorrió, y en la desesperación, pidió la intercesión del venerable José Gabriel del Rosario Brochero. 

Luego de semanas difíciles para la familia, en las que se conjugaba la pérdida del abuelo y la extendida cadena de oración por Nicolás, el doctor Vicente Montenegro, que atendió al niño de menos de un año, les informó que cumplieran las promesas que habían hecho, porque lo sucedido con la evolución del niño superaba toda intervención científica. Sus padres contaron a AICA que siempre supieron que en Nicolás había algo diferente, pero fue un milagro “que hubo que perseverar”, como recuerda su madre: “Me entregaron un hijo en estado de vida vegetativo al cual hubo que trabajar”. 

Hoy Nicolás tiene casi 14 años, y solo presenta una disminución de la movilidad en la parte derecha de su cuerpo, pero sin llegar a la parálisis. El diagnóstico que le habían dado era de completa discapacidad. Pero no fue así, porque el Cura Brochero intercedió. 

¿Cómo fue evocar en estos días la historia que les tocó vivir? 
Sandra Violino: 
En realidad, es una resignificación del dolor y de la cruz. A pesar de que ha sido un camino difícil, con alegrías pero con mucho dolor y trabajo, hemos reencontrado el sentido de la cruz con alegría y con gozo, lo que nos permite estar muy emocionados. Sentirnos que hemos sido parte de este proceso, con un granito de arena, nos da una alegría inmensa. 

Osvaldo Flores: Gente que nos ve nos pregunta de dónde sacamos fuerza. Creemos que viene de Dios, del Espíritu Santo, y también de Brochero, porque sin ellos creo que no se hubiera conjugado esta historia de la manera que se dio. Es Dios el principal artífice y es la fuerza que emana de Él lo que nos lleva adelante. Brochero trabaja y hace trabajar… Brochero ha trabajado mucho, y creo que aún lo sigue haciendo a través de Nicolás y muchas otras personas. Así que si es para gloria de Dios, hay que trabajar y salir adelante. 

La historia de la familia está trazada por los camino brocherianos. Sandra cuenta que sus bisabuelos trabajaron junto a Brochero, y que su abuela fue catequista de la capilla de Pampa del Pocho. Los varones, cada año, asistían a los ejercicios espirituales que se predicaban en la Casa de Ejercicios. Su mamá, Nora, el “pilar” de la fe en la familia, fue a la escuela primaria del colegio de las Esclavas y, según su hija, “ha sido como el poncho casero de Brochero en la fe”. Por estos días, con su grupo de oración, la abuela del “niño del milagro” borda, cocina y plancha; presta camas y catres para los peregrinos y se hace tiempo para rezar y recibir en su casa a las religiosas de la Sociedad de María y otras congregaciones, que llegan a ella como si fuera una madre superiora. 

¿Cómo fue crecer en una familia que respira a Brochero? 
SV:
 . Nos identificamos en el trabajo de Brochero de la entrega, de no bajar los brazos hasta no conseguir el objetivo. Quizás somos muy insistentes. Sin duda, el camino de la comprobación del milagro ha sido un camino de Brochero, en el sentido del esfuerzo y de la perseverancia. A mí me llama la atención la perseverancia que tiene Nicolás por la recuperación. Uno como papá lo alienta y lo empuja para que siga creciendo, pero se nota que tiene un empuje y una fuerza de perseverancia que es muy particular. Y creo que esto es un reflejo de lo que da Brochero. 

 

Al igual que ocurrió con María Sara Pane, la mujer por quien la beata Crescencia Pérez obró un milagro de curación, la familia Flores-Violino vivió días atrás una situación de prueba y de resignación, de depositarse en las manos de Dios. Nicolás debía someterse, tarde o temprano, a una cirujía. Pero hace un mes, el médico les indicó que debían someterlo a una operación quirúrgica correctiva del pie, mucho más compleja de lo que esperaban, y que implicará probablemente quebrarle la cadera y el fémur. 

¿Cómo sobrellevaron la situación? 
OF:
 Vinimos varios kilómetros desde Buenos Aires mudos. Pero a los poco días se nos pasó la conmoción, rezamos, pedimos y ahora estamos con la fuerza que nos da Dios… no es fácil. Pero lo estamos sobrellevando. 

SV: Como mamá me afectó durante todo el viaje y media jornada del día siguiente. Pero le dije a Brochero que se ocupe, le rezamos en familia y se lo dijimos a Nicolás para que tenga presente este momento en el que se esperan y se reciben tantas gracias. Lo hablamos con monseñor Santiago Olivera, que es para nosotros un pastor y guía espiritual en la familia. En estos momentos te quebrás, pero luego salís adelante. Yo digo que el “coludo” no nos va a vencer y menos en este momento. 

¿Y cómo vive esta jornada “el niño del milagro”? 
SV:
 En realidad, vos hablás con él y lo toma muy naturalmente. Él sabe que el centro es Brochero. Si le preguntás qué es lo más importante o qué estamos celebrando, él sabe que se trata de la beatificación y está feliz que así sea. Es un niño muy simple, no es rebuscado en su expresión y lo vive como es. Sabe de todo lo que ocurrió y es consciente, y él se sienta con nosotros en cada nota. Revive la historia, nos corrige y realmente lo vive con la naturalidad propia de un niño. 

Es más fácil ser santo que hacer un santo, dijo alguna vez una postuladora. Para preocupación de muchos y suspiro de otros tantos, la causa de beatificación del Cura Brochero estaba parada en 2008. Años antes, un 26 de enero, Sandra escribió una carta a mano alzada al arzobispado de Córdoba contando la evolución que había tenido Nicolás, y recibió una contestación. Más tarde, hicieron lo mismo con la diócesis de Cruz del Eje, pero no obtuvieron respuesta. Para ese entonces, Nora, la abuela de Nicolás, viajó a Tierra Santa con el entonces obispo de Cruz del Eje, monseñor Omar Félix Colomé, y le contó la situación del niño, y de la necesidad que tenía de comulgar: con apenas 8 años, cuando llegaba el momento de la Eucaristía se ponía a llorar, se aferraba a sus padres y les pedía que lo lleven hacia el sacerdote o el ministro. 

Luego de esta charla, monseñor Colomé pasó de regreso por Roma y comenzó a movilizar la causa, que hasta el momento estaba parada. Cuando llegó monseñor Olivera a la diócesis, el 7 de septiembre de 2008, “la causa empezó a tomar su cauce con otra impronta”, aseguran los Flores-Violino. Para Sandra, fue un verdadero milagro: “Realmente abrazó la causa”. Con una nueva postuladora, la doctora Silvia Correale, especialista en derecho canónico y residente en Roma, comenzaron a recuperar los testimonios, las pruebas médicas y otras documentaciones. 

Hubo que someterlo a Nicolás a muchos estudios, hubo que buscar fotos, hablar con los médicos y contactar a gente que había estado presente en la noche del accidente. 

“Uno tiene que comprender que los tiempos de Dios no son los nuestros. Y uno tiene que aceptar que Dios sabe el cuándo y el porqué. Ahora, todos estuvieron en la misma sintonía para que Brochero sea beato”, cuenta Sandra.. 

La postuladora de la causa, Silvia Correale, se quedará unos días más en la Argentina para escuchar la comunicación de otras gracias que podrían llevar a la canonización de Brochero… 
SV:
 Son tantas las gracias que se reciben, y a veces no se comunican, o no se saben, o se cree que no tienen la entidad suficiente. Cuando me piden una opinión, les dijo que recen al Cura Brochero, que tienen un amigo en quien confiar y que puede pechar allá en el Cielo, y después les digo que la comuniquen porque eso es lo que nos está faltando. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo. Si uno no lo pide, no lo manifiesta, no se da. Creo que esto va a impulsar a que otros cuenten y me parece fantástico que así sea porque, a mi entender, Brochero tendría que estar en los altares desde hace tiempo. Estoy convencida de que va a salir muy rápido el segundo milagro para que Francisco lo pueda proclamar santo… ¡esa sí sería ponerle la frutilla al postre! 

El episcopado y el clero argentino siempre han insistido en Brochero por ser un ejemplo de sacerdote discípulo y misionero. ¿Qué puede rescatar de él un laico? 
SV:
 Creo que el modelo de Brochero es un ejemplo para todo el mundo. Para los políticos, para los líderes, para todos los cristianos, porque ha cubierto todas las áreas, primero con la promoción humana desde la evangelización, y también por esa entrega al necesitado, compartir hasta el último centavo… creo que, en definitiva, no hay ningún aspecto que no sirva de ejemplo. Sobre todo, saber que era un hombre común, un hombre santo, y que es ejemplo para el obispo, para el dirigente, para el contador, para cualquiera… En todo sentido, es un ser a imitar.
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El médico del milagro: “Brochero me utilizó”
Villa Cura Brochero (Córdoba), 14 Sep 2013 (AICA): Vicente Montenegro es neurocirujano del Hospital de Niños de Córdoba, y según él mismo destaca, un instrumento que utilizó Brochero para obrar el milagro sobre el niño Nicolás Flores Violino, que llegó a sus manos en una noche de septiembre del 2000 con politraumatismos severos y pérdida de masa encefálica, y que hoy en día lleva una vida normal luego de una recuperación que la ciencia no pudo explicar. 

Aunque permaneció cercano a la familia, estudiando el proceso sorprendente que iba teniendo Nicolás, y por quien Brochero fue proclamado beato este sábado 14 de septiembre, supo que Brochero se había valido de él mucho tiempo después. “Aclaro que yo hablo de Brochero con mucho entusiasmo, pero es algo que he aprendido del 2009 a esta parte”. 

Durante años, Osvaldo Flores y Sandra Violino mantuvieron el secreto de que en la fatídica noche del accidente, el padre de familia había pedido a Brochero que se valga del doctor Montenegro para que Nicolás tuviera las menores secuelas posibles. “Pasé nueve años sin advertirlo, y ellos bajo juramento, habían prometido no contarle a nadie. Tiempo después, en una de las tantas consultas que me hicieron, muy emocionados, me contaron lo que sucedió”, contó en Villa Cura Brochero, a donde llegó para participar de la ceremonia de beatificación. 

“Cuando Nicolás tenía tres años -recordó-, venía caminando a mi consultorio y me decía ‘Hola Vicente’. Realmente a mí me sorprendió su recuperación”. Montenegro, en esos días, había asegurado al joven matrimonio que su hijo permanecería en estado vegetativo, sin capacidad de ver ni de hablar. Sin embargo, pronto notó que algo distinto sucedía con este niño. 

“Yo creo que Brochero me utilizó a mí. Creo que lo hizo porque me he sentido siempre como una persona con más conocimiento sobre un tema que otras, y que en situaciones de dificultad podía ser de utilidad, pero sin soberbia”, destacó. Sobre la solapa de su saco, el converso médico exhibía una broche con la imagen del Cura Gaucho. 

Montenegro conoció la situación luego de recibir una carta del arzobispado de Córdoba que lo convocaba bajo juramento a presentarse en la curia. Allí le entregaron un expediente médico y le pidieron que reconozca si al pie se hallaba su firma. Aún sorprendido, asintió, y desde allí comenzó un largo proceso, que lo llevó junto a otros profesionales a comparecer ante la Junta Médica del Vaticano sobre el suceso. 

En conferencia de prensa, el médico también destacó el trabajo de los padres del niño Nicolás, que días atrás declararon a AICA que el milagro de su hijo “hubo que perseverarlo”. Y al igual que los padres, destacó que Brochero sigue actuando, sobre todo cuando moviliza a los alrededores para actuar, como lo hizo durante su vida terrenal. 

“Han superado todos los obstáculos que se imaginen: sean de tiempo, de estrés o de angustia. Sandra estuvo dos años en silla de ruedas, y Osvaldo tuvo que lidiar con una esposa postrada, un niño enfermo, un suegro fallecido, y así y todo trabajar y llegar a fin de mes para pagar la luz. Todo esto hace esta historia muy brocheriana: se trata de esfuerzos e ir sacando piedras del camino”, aseguró. 

“Sobrepasa la explicación científica”. El perito médico que intervino en la causa, Carlos Rezzónico, fue el responsable de establecer si la historia clínica de Nicolás Floers Violino está fuera del alcance de la medicina. Recordando el expediente, aseguró que no hay dudas de que se trata de un acontecimiento anormal. 

“[Nicolás] quedó afectado en su hemisferio cerebral izquierdo, y no se explica que haya podido hablar al tener un accidente antes de haber desarrollado esa capacidad. Tuvo cuatro paros cardiorespiratorios, y se lo asistió en condiciones precarias inobjetables, lo cual debió producir un daño irreversible.En esas condiciones, iba a un estado de vida vegetativo”, aseguró este médico ya mayor, y que asistió, en 1973, a la exhumación de los restos del padre José Gabriel del Rosario Brochero, a quien hoy, luego de muchos años, la Iglesia Católica lo proclama beato.+

 
El Cura Brochero, una figura entregada al servicio del Evangelio
La Rioja, 13 Sep 2013 (AICA): El flamante obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Daniel Colombo, destacó la importancia que tiene para los católicos argentinos la beatificación del Cura Brochero, a quien describió como “una figura entregada generosamente al servicio del Evangelio de Jesucristo” y “propuesta por la Iglesia como modelo de vida cristiana”. 

“La pasión por evangelizar constituyó la identidad más honda del Cura Brochero quien procuró a través de un estilo pastoral creativo y chispeante, anunciar a Jesucristo y la transformación de la vida social de su región con numerosas iniciativas”, subrayó en una carta circular, la primera desde el inicio del gobierno pastoral de la diócesis. 

“José Gabriel del Rosario Brochero, signo de la vitalidad fraterna del buen Pastor Jesús, lejos de quedarse en un lugar de tranquilidad privilegiada, sale al encuentro de todos para anunciarles la Buena Nueva del Reino de Dios. Así, se hace apóstol de la misericordia del Padre para acercar a los más alejados, especialmente los más pobres de su tiempo, y proponerles a través de la predicación de los ejercicios espirituales una nueva forma de vida con Dios en el corazón”, subrayó. 

“Numerosas tandas de ejercitantes, en su mayoría personas simples de su pueblo participaron de intensos días de renovación espiritual por medio de catequesis sencillas de los grandes misterios de la fe, gracias a este sacerdote sencillo y llegador”, agregó. 

El prelado también resaltó “su preocupación por la vida concreta de sus paisanos, sus vecinos-hermanos de los pueblos abarcados por su ministerio sacerdotal. Problemas tan importantes como la provisión del agua, el trazado de caminos, la posibilidad de un tren que los acercase a los grandes centros urbanos y permitiera la circulación, fueron temas prioritarios de este evangelizador-civilizador, para quien el bien integral de las personas, su vida plena, incluyendo el bienestar material y el desarrollo, era fundamental”. 

Por último, monseñor Colombo sostuvo que este sábado “nos uniremos estrechamente para dar gracias a Dios por este don para la Iglesia argentina, lo cual constituye una invitación renovada a hacernos, a ejemplo del Cura Brochero, evangelizadores felices y plenos en nombre del Señor Jesús” e invitó a quienes no participarán de la ceremonia, en la localidad cordobesa que lleva el nombre del futuro beato, a “acompañarnos con la oración y a seguir las celebraciones a través de los distintos medios de comunicación. Será la oportunidad de vibrar como un solo corazón en este momento tan esperado de la Iglesia argentina”.+ 

 
Brochero está en el caracú de mi corazón…
Cruz del Eje (Córdoba), 13 Sep 2013 (AICA): El padre Carlos Bazara es un sacerdote cordobés, oriundo de Traslasierra donde el padre Brochero desplegó su intensa y ejemplar labor misionera entre los habitantes serranos. Como miembro de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), una congregación cuya finalidad es la evangelización en África, especialmente la primera evangelización, desde hace cinco años está en la República de Níger, después de haber estado seis en Costa de Marfil, ambas en África Occidental. 

Con motivo de la beatificación de Brochero, el padre Bazara envió una carta a la diócesis de Cruz del Eje, en la que comparte su experiencia misionera y celebra profundamente este tiempo de gracia viviendo la fiesta de beatificación del Padre Brochero en comunión con toda la Iglesia desde su tierra de misión porque, afirma, “Brochero está en el caracú de mi corazón”. 

El siguiente es el texto de la carta del padre Bazara que envió hace unos días y que hizo pública la oficina de prensa de la beatificación: 

Carta de un misionero argentino en la República de Tíger 
“Faltan días para la beatificación del Cura Gaucho. Mi corazón se retoba por no poder participar de esa fiesta popular y eclesial. Un 14 de septiembre también, hace cinco años, llegaba yo al Níger para continuar anunciando y testimoniando a Jesús en la primera evangelización. El próximo sábado 14 estaré uniéndome a ustedes en mi aldea con mi gente, celebrando la Eucaristía en esta tierra africana y festejando a un apóstol latinoamericano. Allí hablaré del Padre Brochero, y de lo que él significa en mi vida sacerdotal y misionera. 

Nací y viví en Mina Clavero hasta los 18 años, y la vida de este santo aparece tímidamente en mi adolescencia cuando participaba de los retiros espirituales en Cura Brochero. Aprendí rápido la oración por su beatificación y la recé fielmente durante añares. Con el tiempo, y en el seminario, la vida de este hombre de Dios fue ganando mi corazón y marcando mi religiosidad. Me impresionaba su fe sólida y su capacidad de inculturarse en medio de nuestra gente. Y en aquel tiempo, que sólo se hablaba de salvación de “las almas”, este cura misionero y profético se preocupaba de la vida íntegra de los serranos. 

Al inicio de mi ministerio sacerdotal, en la parroquia del Barrio Comercial, alguien me regaló una foto suya que aparentemente él mismo se la habría dado a un pariente. Esa foto me acompañó cinco años en el barrio Oña, seis años en Costa de Marfil y está ahora en la puerta de mi dormitorio aquí en Níger. Pero no es un amuleto el que llevo, sino el “recuerdo-incentivo” de este gran misionero de las Sierras. 

Son dos los “beatos” que viven en el caracú de mi corazón: José Gabriel Brochero y Carlos de Foucauld. El testimonio de los santos es importante para mí porque nos aseguran que la propuesta de Jesús es posible. Que se puede amar desinteresadamente y dar la vida por los demás (cf. Jn 15,13). El Cura Gaucho fue “gaucho” y “santo” porque amó profundamente a la gente del lugar, valorizándola, respetándola y caminando codo a codo con su pueblo. 

Siento que la “Comunión de los santos” que rezamos en cada “Credo” se encarna ahora concretamente en la vida de un Santo que nos es tan cercano, por ser “santo”, por ser “argentino”, por ser “nuestro”, porque se donó a “nuestra” gente de Traslasierra. Los santos ya no están ahora lejos físicamente de nuestra historia y geografía, sino que están allí y casi los podemos “tocar”. Los santos te remueven las tripas del amor para mostrarte el único camino de la realización humana: amar a los hermanos y a Dios en sus corazones. 

Siento vivamente que los santos te invitan además a buscar un corazón planetario, porque la naturaleza de la Iglesia es ser misionera. Estoy ligado fraternalmente a tres diócesis, la de origen (Cruz del Eje); la de Córdoba, en la que estoy incardinado; y la de Niamey, donde vivo como misionero. 

Pienso que esta fiesta nos invita asimismo a desempolvar un signo de los tiempos: con el incentivo de “nuestro” papa Francisco que quiere una Iglesia pobre junto a los pobres, con la beatificación del “tan nuestro” Cura Brochero, nuestra opción debe ser cada día más sincera y más transparente: dejar nuestro mundo para entrar “esencialmente” en el mundo de los más pobres. Esa fue siempre la opción de todos los santos en la vida de la Iglesia. Por eso le pido a Brochero un espíritu misionero “desde lo más profundo del corazón” y una capacidad más grande y auténtica para amar a los pobres y evangelizar con medios pobres. 

Como dijo el gran eclesiólogo Congar: “Las alas nos permiten enraizarnos y las raíces volar”, para mí, José Gabriel Brochero es esa raíz y nueva ala en mi vida misionera. 

Y no estoy contento por tener una “cuña” allá “Arriba”, sino porque tenemos una bellísima y original estrella brillando en el cielo de Traslasierra, que nos indica el camino del Evangelio. ¡Feliz fiesta a todos! 

Padre Carlos Bazzara SMA, Kankani, 24 de agosto de 2013, fiesta de San Bartolomé apóstol.+