El viaje de Zoe por el fin del mundo
El fin del mundo comienza con una tinaja…
Zoe, a sus treinta años, lleva una vida absolutamente normal: tiene una familia a la que adora. Con un historial horrible de citas, y un trabajo en el que hace las veces de chica de la limpieza en la compañía farmacéutica Pope Pharmaceuticals.
Pero su vida entera se tambalea cuando de la noche a la mañana aparece en medio de su casa una tinaja con apariencia antiquísima que le provoca un miedo y una curiosidad exacerbada. Zoe no la toca, no la abre, ni mira en su interior, y aterrada, decide acudir a un psicólogo convencida de que se está volviendo loca. El Doctor Nick Rose no es lo que Zoe estaba esperando. Es un hombre cálido, bueno y divertido, que la hace reír y la convence de que no está perdiendo la cabeza, provoca en ella unos sentimientos que van mucho más allá de la relación doctor-paciente.
En un principio ella no confía tanto en Nick y le habla de la aparición de la tinaja mediante sueños. Él la incita a que se anime a investigar el significado de la tinaja en su vida, ella tiene en claro que dicho objeto es la muerte.
Pronto Zoe se dará cuenta de que no son invenciones de su mente: la tinaja oculta algo maligno. Todos los que han estado en contacto con ella (el gato del vecino, el vecino, sus amigos) comienzan a morir presos de una enfermedad desconocida e implacable. En apenas semanas, el virus bautizado como Caballo Blanco infecta a miles de millones de personas… algunos mueren, y otros mutan en algo distinto a los humanos, algo salvaje, visceral y hambriento de muerte, los posthumanos, mientras que unos pocos afortunados como Zoe parecen inmunes al peligro que encierra la tinaja.
Tras la enfermedad, llega la guerra: el fin de las telecomunicaciones, la electricidad, del suministro regular de alimentos, de la civilización… y por último, la naturaleza se rebela contra los seres humanos: tornados, terremotos y demás fenómenos climáticos son el golpe de gracia para la civilización. Zoe abandona una Nueva York fantasmal, infestada de muerte, y se embarca en un desesperado viaje con la esperanza como único combustible, y la supervivencia como meta. Y no estará sola: se cruzarán en su camino personas dignas a las que proteger, como la pequeña Lisa, una niña ciega con un traumático pasado, y otras a las que temer, como el Suizo, la maldad personificada, frío como un témpano de hielo, sin piedad alguna a la hora de cometer toda clase de atrocidades, tanto por el puro placer de ver sufrir a otros como para conseguir sus oscuros propósitos.
Zoe descubrirá en su viaje que la desesperación hace aflorar lo mejor y lo peor de los seres humanos, y que incluso en un mundo cruel, mortal e irreconocible donde la muerte parece tener las de ganar, queda espacio para la esperanza.
La prosa de “Caballo Blanco de Alex Adams es ágil, con vuelcos inesperados, y con ese gustito a excelencia que suelen tener este tipo de libros apocalípticos. La historia está narrada en dos tiempos: «fecha: antes» y «fecha: ahora». En el presente, nos encontramos a unasuperviviente atravesando lo que un día fue Europa armada cuchillos robados, latas de conservas y una esperanza inquebrantable, que será puesta a prueba con toda clase de monstruos (humanos y no humanos) que encontrará en su camino. Sangre, disparos, fuego, explosiones, persecuciones, mordiscos, tajos, peligro mortal cada dos por tres… No hay un segundo de descanso para el lector, las páginas vuelan solas. La capacidad de la autora para crear es sobresaliente. Ha logrado construir un futuro espantoso con elementos de la vida cotidiana actual: los experimentos de los laboratorios farmacéuticos, las tensiones con las economías emergentes, la dependencia tecnológica, el cambio climático… Son un montón de revólveres apuntando a la sien del mundo y con el gatillo temblando bajo un pulgar inquieto, eso es lo que Alex Adams nos vaticina. La verosimilitud del apocalipsis de Caballo Blanco le da realismo a la novela.
Además, no duda a la hora de describir mutaciones cancerígenas siniestras que convierten a los humanos en una especie de humanoides perrunos hambrientos de carne fresca, ni en desparramar vísceras por doquier, ni en matar a personajes…
Es asombrosa la manera en que, con apenas dos pinceladas, como dicen los manuales de literatura, mostrando y no describiendo, logra que conozcamos y amemos a unos personajes profundos y vibrantes, que han tenido que curtirse para enfrentarse a una realidad hostil y de pesadilla, y que sin embargo siguen mostrando destellos de sentido del humor, candidez, humanidad, con Nick Rose a la cabeza. El doctor es un hombre de verdad, con una apariencia de fría profesionalidad, pero con un interior sumamente pasional y oscuro.
Y por supuesto, también crea héroes cotidianos como villanos recién salidos de una película de terror. Y es que el Suizo te pone los pelos de punta, es aterrador, cruel, sanguinario, horripilante, y todos los demás apelativos que puedas imaginar para darte un susto de muerte. Es un personaje muy complejo bajo una capa de acero, hielo y crueldad perversamente calculada. Si Zoe y Nick son lo mejor del ser humano en situaciones de presión, el Suizo es todo lo contrario: la perversión del alma humana cuando le quitas toda la humanidad, los sentimientos, la solidaridad, la esperanza y la compasión, y solo dejas la ambición y el instinto de supervivencia desnudos.
Pero esta historia no podría haber sido tan fantástica sin la presencia omnipresente de Zoe: una mujer valiente, inteligente, que afronta los errores del pasado con entereza y los horrores del futuro con esperanza, que se aferra con tesón al amor, y lucha por seguir viva, por avanzar, y sobre todo, por aferrarse a la humanidad que queda en ella. En una eterna búsqueda de Nick.
Desde el principio el libro es toda una sorpresa: Ya que ni remotamente te imaginas que detrás de ese elegante título te vas a encontrar una novela tan intensa y estremecedora…
Sinopsis:
Un día, Zoe llevaba una vida demasiado común, como trabajadora en una compañía farmacéutica. Al día siguiente, el presidente de los Estados Unidos anuncia que los seres humanos están por extinguirse. Cuando Zoe se da cuenta de que todas las personas a las que amaba han desaparecido, empieza a correr. Asustada y sola en un mundo que se derrumba a su alrededor, Zoe se embarca en un viaje desesperado de supervivencia y redención por un planeta que parece abocado a una inevitable destrucción. En su camino debe enfrentarse con el hambre, la desesperación, la atroz competencia con otros sobrevivientes y la voracidad de un virus irrefrenable, llamado Caballo blanco. Pero también vislumbra algo que parecía tan extinto como el universo: la esperanza.
El primer título de una impresionante trilogía apocalíptica, Caballo blanco nos ofrece una descarnada visión de un mundo roto, pero también la posibilidad de encontrar un brillo de vida en los lugares más inesperados.
Páginas: 382. Editorial: Umbriel