El crimen del siglo de Miguel Torres
Con una impresionante prosa, Miguel Torres nos describe “El crimen del siglo” desde una mirada no habitual en el género policial. En vez de centrarse en la personalidad de Gaitán, la víctima, la novela fija su atención en el victimario, el sombrío y gelatinoso Juan Roa Sierra. Este último confiesa que va a asesinar al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, y se lo confiesa en princio a un astrologo, pero no por mera indiscreción, sino para pedirle que lo detenga. Se lo suplica.
Miguel Torres se inventa un Roa Sierra densamente humano, ambiguo, verosímil de principio a fin, un muchacho desanimado por el miedo, la pobreza y la desolación, al que uno, sin querer, llega a querer.
Zambullido en las páginas puede que el lector lance una plegaria para que no mate a Gaitán. Implorará para que, por azar de la ficción, logre escapara vivo. Pero los deseos del lector no siempre pueden cumplirse. El remolino del texto arrastra al infeliz desenlace que todos nos imaginamos.
Lo decisivo en literatura no es el qué, sino el cómo. Miguel Torres sobresale en el intrincado arte de escribir. Y cada personaje, desde Tribeca hasta El Pote, brilla con luz propia. Imposible no citar las escalofriantes frases finales: “Y todos lo arrastran como se arrastra una res sacrificada, todavía palpitante, sin dejar de golpearlo, en la cara, en las piernas, en el estómago, con palos, con piedras, con zapatos, sin dejar de punzar su carne adormecida con chuzos, con navajas, con varillas, echándole su vaho de muerte encima, sus gritos de dolor, sus sollozos, sus lágrimas”.
“El crimen del siglo” está dotado de originalidad, belleza, riqueza y armonía. Además es una de las sobresalientes obras de la literatura colombiana contemporánea. No se la pierda.
Sinopsis:
Desde aquel viernes 9 de abril de 1948, Juan Roa Sierra viene interpretando en la historia de Colombia el papel del asesino del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. Nadie sabe quién era realmente este hombre. Pero, sobre la base de una investigación extraordinaria y respaldada por una prosa envolvente que es el rescate de una lengua, Miguel Torres ha conseguido retratarlo en esta magistral novela que se ha ido convirtiendo en un nuevo clásico de la literatura del país.
El Roa Sierra que camina cabizbajo en estas páginas es un pusilánime bogotanísimo de veintiséis años que mientras fracasa una y otra vez en la búsqueda de algún trabajo que saque a su familia del hambre, malgasta el tiempo y la energía que no tiene entre sus folletos de rosacrucismo, sus visitas al astrólogo y la delirante sospecha de ser la reencarnación del general Santander. El día en que Gaitán, su ídolo, se niega a ayudarlo, toman los dos el camino que los reunirá definitivamente con la muerte.
Páginas: 389. Editorial: Alfaguara