Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Las argentinas que pisan fuerte en el festival de San Sebastián

Gran expectativa sigue despertando el cine argentino en la 61° edición del Festival de Cine de San Sebastián. Luego de la apertura oficial con la proyección de Futbolín (la versión española de Metegol), este sábado se presentó la película de Lucía Puenzo, Wakolda, protagonizada por Natalia Oreiro y Diego Peretti, que ocupa un lugar privilegiado dentro del segmento Horizontes latinos.

Además, en la sección oficial se proyectó la película Enemy, del canadiense Denis Villeneuve, que está basada en la obra de José Saramago El doble; y Pelo malo, de la venezolana Mariana Rondón, sobre un niño que quiere alisar su cabello.

La programación también ofreció dos imperdibles: Le Week-End, dirigido por Roger Michell (Notting Hill), que narra la historia de una pareja de maestros británicos quienes vuelven a París, muchos años después de su luna de miel, en un intento de rejuvenecer su matrimonio; y Las brujas de Zugarramurdi, una comedia delirante y frenética, dos adjetivos acordes a la filmografía de su director, Alex de la Iglesia. En la trama, tres hombres desesperados, tras robar un local de “Compro oro” inician una loca huida camino a Disneylandia.

Verónica Chen, otra argentina sorprendente

En el marco de la sección Zabaltegi, tuvo su debut mundial la película Mujer conejo, de la argentina Verónica Chen. Es un filme de múltiples texturas que bien fue descripto en su presentación como un trabajo que comienza como cine social, vira al documental, pero lleva un toque de ciencia ficción y desemboca en un thriller sin tregua.

La historia tiene como protagonista a Ana, una mujer de raza china que trabaja en un Centro de Gestión y Participación de la Ciudad de Buenos Aires y tiene a cargo la inspección para la habilitación de ciertos locales en el barrio chino. Entre ellos, un hotel que es en realidad la tapadera para el tráfico de inmigrantes, con vínculos a otras actividades como los restaurantes y la cría de conejos. El inmueble no cumple con los requisitos legales mínimos y ante el rechazo de la joven de firmar el expediente, se ve enfrentada a una mafia muy compleja y con más alcance del que creía.

“Quería hacer una película mixta de lenguajes y de formatos porque la película habla de la mezcla y la asimilación, y de los roces que aparecen cuando Oriente y Occidente se juntan”, aseguró la directora al término de la proyección de la película.

También Chen contó cómo fue creciendo la llegada de chinos a nuestro país: “Lo que la película representa, llevado al extremo, es la realidad de una cierta inmigración china. En un momento, incluso, los chinos tenían la posibilidad de obtener visa en Argentina y de allí pasar a los Estados Unidos, y esto provocó que hubiera mucha inmigración y también un negocio ilegal con esa inmigración”.

Por último, explicó la analogía que hizo entre los conejos y los chinos en la trama de Mujer conejo: “La analogía con los conejos tiene que ver con la productividad china. En el fondo, sí, son como conejos y funcionan como una especie de invasión. Esta no es una película racista. Muestra una realidad, con un humor, pero muestra una realidad que existe. Además, creo que tengo derecho a hacer esta lectura de la comunidad porque yo misma soy cincuenta por ciento china, por parte de padre”.

Gentileza: Miriam Molero/Teleshow