Una creación periodística de Luis Pedro Toni

El film venezolano ganó la Concha de Oro en San Sebastián

La película venezolana “Pelo malo”, de la realizadora Mariana Rondón y que indaga con mirada lúcida las abandonadas vidas de una madre y su hijo en tensión permanente en la Caracas actual, ganó la Concha de Oro a la Mejor Película, máximo premio que entrega el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

A su vez, la cinta española “La herida”, de Fernando Franco fue distinguida con el Premio Especial del Jurado, mientras que el mexicano Fernando Eimbecke por “Club Sandwich” se llevó la Concha de Plata al Mejor Director, en un palmarés dominado por el cine hablado y pensado en castellano.

La premiación del jurado presidido por el norteamericano Todd Haines e integrado entre otros por el actor mexicano Diego Luna, el músico David Byrne y el realizador español Cesc Gay, falló de modo casi perfecto en esta 61ra edición de San Sebastián, que arrancó el viernes 20 y hoy entregó los premios.

El grupo colegiado, del que también tomaron parte la realizadora Valeria Bruni Tedeschi y la actriz Paulina García, privilegió con fallos certeros un cine de cuerpos y riesgo, que puso el foco en miradas pequeñas y relatos íntimos por sobre otras cinematografías reiterativas, redundantes y edulcoradas.

“Hice esta película para librarle de la angustia de ver tanta intolerancia; pensar distinto a los otros, ser diferente, no es un problema, al contrario es lo más hermoso que tiene el ser humano sobre todo cuando hay encuentro”, aseguró Rondón al recibir el premio.

La frase viene a cuento de su filme, que habla de la tensión permanente entre una madre sola y su hijo de 10 años que podría estar expresando ciertas tendencias homosexuales y sobre cómo esto crea de a ratos un abismo sobre dos almas desoladas, bajo una dura situación social y cuando se tienen solamente uno al otro.

“No te quiero”, le dice el niño a su madre, “yo tampoco”, le contesta ella sobre el final de “Pelo malo”, sellando una unión que tiene de amor, odio y que se transita bajo una continua frustración de uno hacia el otro.

El segundo premio importante del palmarés fue para “La herida”, que también ganó la Concha de Plata para la mejor actuación femenina, a manos de la excepcional Marian Álvarez, para un relato de seguimiento de una vida angustiada por desórdenes y neurosis pero decidido a estar presente, filmado con mucha cámara en mano, planos secuencia y un rostro (el de la actriz) casi omnipresente.

Para Fernando Eimbecke, que entregó la encantadora “Club Sandwich”, también sobre una madre y un hijo que sostienen una relación pegajosa que necesita despegar con el ingreso del niño a las adolescencia y su despertar sexual adulto ante la excitación que le provoca el primer amor juvenil, fue la Concha de Plata al mejor director.

Realizador de “Temporada de patos” y “Lake Tahoe”, ambas vistas en festivales argentinos, Eimbecke vuelve a poner el pulso de su humor inteligente e irónico, eligiendo historias chicas y llegando a la cercanía de los personajes, en este caso a lo largo de una semana en un hotel casi desierto en unas aburridas vacaciones fuera de temporada.

El inglés Jim Broadbent (“Pandillas de Nueva York”, “Harry Potter”, entre infinidad de títulos) fue distinguido con el premio al mejor actor, en la inteligente comedia “Le Week-End”, sobre una pareja mayor que vuelve a París para interrogarse sobre su relación amorosa.

El premio a la mejor fotografía fue para el español Pau Esteve Birba, que consigue una cierta magia en “Caníbal”, un filme que fuera de este rubro es olvidable.

Mientras que el Mejor Guión recayó en la inteligente comedia francesa “Quoi D` Orsai”, de Bernard Tavernier, que narra el exorbitado clima que vivía la Cancillería francesa bajo el ministerio de Dominique de Villepin.

Contado primero en un comic novelado muy masivo en Francia (de título homónimo) y que el realizador de “Más allá de la justicia” llevó al cine con el aporte de los dos autores originales, uno de ellos que vivió en carne propia aquella administración en tiempos de la invasión norteamericana a Irak.

Para la Argentina, que tuvo a su cargo la apertura del festival con “Metegol” de Juan José Campanella pero no presentó películas en la Competencia Oficial le quedó el consuelo de llevarse el premio Cine en Construcción, para películas en proceso, que recayó en “La Salada” de Juan Martín Hsu. (Télam)