Un film argentino, “El rostro” de Gustavo Fontán, fascinó con su misterio insondable la reseña de cine experimental CinemaXXI del octavo Festival Internacional de Roma.
    
Octavo largometraje en veinte años de este cineasta de 56 que sirve en bandeja filmes misteriosos para que el público los aderece como quiere. “El rostro” es el viaje de un hombre hacia su pasado y su reencuentro con sus seres queridos, muertos o lejanos, reunidos en la casa natal al borde del río.
    
Realizado con material de archivo en 16mm y Super8, donado por el protagonista Gustavo Hennekens, al que el realizador y su iluminador y camarógrafo Luis Cámara han agregado material propio, “El rostro” es también un viaje del espectador hacia un paisaje desconocido del que debe detectar tiempo y espacio.
    
“Mi cine ha sido calificado como poético porque privilegia la percepción a desmedro de la historia”, declara el director.
    
“La idea del film era precedente al hallazgo del material de archivo que usé como armazón donde ubicar el que filmamos con Cámara, tanto en 16mm como en Super 8, restándole el color en laboratorio para que no hubiera estridencias entre los dos tipos de película”, detalla.
    
Fontán acepta la definición de Dr. Frankenstein que le atribuye el cronista visto que utiliza materiales preexistentes para construir una nueva criatura.

    
“Yo creo en el cine como un arte que necesita de la ayuda y comprensión del espectador para completar su sentido”, declara Fontán.
    
“Todas mis películas superan por poco la hora de proyección porque es difícil sostener por más tiempo la atención del espectador hacia un cine que no tiene verdaderamente una trama o un argumento reconocibles” advierte el realizador.
    
“Cada uno de mis relatos es una exploración nueva que se diferencia completamente de las anteriores y es justo que el público reaccione de diversa manera” afirma. “Yo espero que cada espectador adapte su propio rostro o el de sus seres queridos a cada historia y la haga suya”, declara el argentino al referirse al título del film, exhibido en primicia mundial en esta reseña dedicada al cine más innovador y experimental que se hace en el mundo.
   
 “Yo he sido invitado al festival porque el director Marco Muller se enamoró de la película cuando se la presentó el seleccionador para toda América Latina, el crítico argentino Diego Lerer, y yo le estoy muy agradecido y además feliz de estar aquí en Roma, con un público que ama realmente el cine, aún el más difícil y novedoso”, concluye el realizador. (ANSA)