Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Esmeralda de Kerstin Gier, el cierre de la saga Los viajeros del tiempo

¡¡Imprescindible en tu biblioteca!! Es la primera frase que te voy a decir sobre este maravilloso, hermoso y perfecto libro. El final de la saga de Kerstin Gier que sorprende y te deja pidiendo más, mucho, mucho más. Ahora, con Esmeralda, la autora cierra la trilogía de Los viajeros del tiempo de una forma bien lograda.

El libro continúa donde los dejamos al final Zafiro, lo que te da la sensación de no haber dejado de leer en ningún momento. Este segundo libro no podía acabar de mejor forma y por lo tanto, Rubí, el tercero tiene un inicio que hace que te enganches directamente a la historia. En esta tercera entrega vemos como los personajes acaban de definirse poco a poco y como se van atando cabos a medida que vas pasando las páginas. La autora ha sabido cerrar la trilogía sin dejar nada al azar.

Nuestra protagonista Gwen, va madurando paso a paso. La autora consigue que te sientas identificada con ella, riendo cuando ella ríe y soltando alguna lagrima cuando ella está triste. Si bien es cierto que al principio la novela se endurece con su no-relación con Guideon, la cosa cambia con el paso de los capítulos, y Gwen vuelve a ser nuestra protagonista valiente y directa.

Guideon, que sigue con bipolaridad “no tratada”, se convierte en un personaje capaz de sorprenderte de escena a escena. Tiene un carácter fuerte y se nota, que aunque al principio intenta mantener el amor a distancia, esté se hace cada vez más difícil de alejar.

La historia se desarrolla de una manera ágil y rápida, convirtiendo el libro en una lectura agradable y ligera. Los giros argumentales están excelentemente logrados y los ambientes muy bien descritos, además, los personajes secundarios acaban de dar el toque final a una historia redonda.

Sinopsis:

«¿No podríamos seguir siendo amigos?» Seguro que muere un hada cada vez que en algún lugar del mundo se pronuncia esta pregunta…

Pero el perfectísimo Gideon de Villiers —a quien Xemerius prefiere llamar «el innombrable»— no tiene suficiente sensibilidad ni para pensar en las hadas ni para dejar de pisotear mi corazoncito. Si no fuera porque cuando le miro se me corta la respiración y me tiemblan las piernas, le hubiese soltado un bofetón que le habría mandado directo al siglo XIX sin necesidad de cronógrafo… Aunque, en lugar de hacer eso, solo le fulminé con la mirada y me alejé. Al fin y al cabo, éramos los dos últimos viajeros en el tiempo y en pocas horas saltaríamos juntos a 1782 con una misión a vida o muerte…

Paginas: 491. Sello: Montena. Editorial: Penguin Random House