Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Récord de público para las películas argentinas en festival de cine de La Habana

La pantalla argentina sigue interesando a los cubanos y el 35to. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinomamericano es una de esas oportunidades para ponerse en contacto con sus directores, actores e historias.

Fue el caso de “Metegol”, de Juan José Campanella, que agotó las entradas en sus dos exhibiciones, pese a que el fútbol se ha popularizado sólo en forma reciente gracias a la televisación de partidos extranjeros, y también el de “Tesis para un homicidio”, de Germán Golfried, con el inevitable imán de Ricardo Darín.

El Festival, que se edita desde 1979, se diferencia de otros de su tipo en cierta informalidad que en principio puede desorientar, como que no existe una grilla total de exhibiciones y ruedas de prensa: todo se anuncia día a día a través del Diario Festival, unas valiosas ocho páginas rigurosamente escritas y con temas sumamente atractivos, junto a la programación.

Cualquier visitante puede sorprenderse ante la convocatoria del encuentro anual, con larguísimas colas frente a las salas a las 9 y media de la mañana, a pleno sol habanero -que no es precisamente clemente-, de público de todas las edades y mujeres que se protegen con coloridas sombrillas.

Yaharey Medina Cueto es una ciudadana que suele reservarse algunos días de sus vacaciones anuales para aprovechar el Festival, lo mismo que su marido, y en la víspera egresaba de la función de las 10 de “Habi, la extranjera”, de la argentina María Florencia Alvarez, en el tradicional cine Charles Chaplin, de la calle 21.

“Ustedes siempre se llevan muchos premios, el cine argentino me interesa mucho por su forma de mostrar la vida, es muy natural y bien filmado; se ve que los realizadores argentinos están muy formados, incluso los más jóvenes”, comentó a Télam, con una sonrisa incanjeablemente cubana.

A Yaharey -un nombre compuesto por sus padres a partir de los suyos- le interesó el asunto de “Habi…” y su relación con ese mundo extraño que puede ser el islam que impacta a la protagonista (Martina Juncadella) inserto en un ámbito urbano de Suramérica.

Para los cubanos de La Habana la palabra “palestino”, que se vincula con el filme, significa aquel habitante de la ciudad llegado desde otros lugares de la isla en busca de mejores oportunidades y a quienes se reconoce por su forma de hablar y manifestarse.

Disgresión: los “palestinos” suelen vivir en las casas semiderruidas cercanas a La Habana Vieja y es un sector social vulnerable, aun en una sociedad donde la vivienda, el trabajo, el estudio y la salud están asegurados por ley.

Ellos son quienes se acercan a los que creen turistas para ofrecerles el mejor restorán, los “mejores” habanos y ron, y a veces sus modales se confunden con la auténtica afabilidad del cubano medio, siempre presto a cualquier gauchada -solucionar equis problema, indicar una calle- que al desconfiado visitante de otros países puede parecer indiscreto.

Otra argentina que interesó ayer fue el drama rural “Los dueños” y sus directores Agustín Toscano y Ezequien Radusky, explicaron hoy en rueda de prensa las particularidades de su realización y las dificultades y colaboraciones que encontraron al tratarse de una producción independiente oriunda de la provincia de Tucumán.

En el conjunto latinoamericano fue muy elogiada la chilena “Las analfabetas”, de Moisés Sepúlveda, con Paulina García en el papel principal, la misma sorprendente actriz de “Gloria”, vista en la gala de apertura, sobre el encuentro entre dos mujeres en apariencia muy distintas, con una de ellas que a los 50 años aún no aprendió a leer ni a escribir. (Télam)