Este sábado 4 de enero se cumplen cuatro años de que el ícono de la música popular argentina dejara la vida para pasar a ser mito. Roberto Sánchez, Sandro, había sido sometido a un doble trasplante cardiopulmonar pero la práctica no fue suficiente porque su salud ya venía deteriorada desde hacía mucho tiempo.

Su figura, su baile, su magia, su carisma, sus nenas, son parte de la historia cultural del país que aún llora a un símbolo.

Después de un mes y trece días de luchar por sobrevivir y volver a los escenarios, el 04 de enero de 2010 falleció Sandro en Mendoza, luego de recibir un doble trasplante de corazón y pulmones.

Roberto Sánchez, como era su nombre verdadero, era un fumador empedernido que padecía una enfermedad pulmonar profunda. La misma que, en su último año de vida, le hizo pasar por un calvario: su estado de salud empeoró día a día por lo que vivió conectado a un tubo de oxígeno.

El ídolo de América, el pionero del rock en español y el ícono de la música para millones de latinoamericanos, ingresó al hospital Italiano el 20 de noviembre de 2009, cuando apareció un donante para que fuera trasplantado.

La operación que se le practicó fue un éxito pero Sandro no pudo sobrevivir al post operatorio.

El 12 de diciembre los médicos quisieron practicarle la primera traqueotomía, pero el cantante se negó ya que tenía la esperanza de volver a cantar y no quería que se vieran afectadas sus cuerdas vocales.

A las 11 de la mañana de hoy sábado, en el cementerio Glorian Memorial, ubicado en Longchamps, se rendirá homenaje en la tumba donde descansan sus restos.