La fiesta de casamiento de Victoria Vannucci y Matías Garfunkel se caracterizó por la creatividad y el lujo. En medio del Palacio Duhau donde habitualmente cenan se realizó la ceremonia.

Algunos detalles: la torta era una réplica de la del príncipe William con Kate Middleton con 12 pisos, más de 350 flores talladas a mano sobre fondant de azúcar, pesaba 35 kilos y su preparación demandó una semana de trabajo.

El regalo recibido por Vicky fue nada menos que un anillo con una gran esmeralda que fue propiedad de Libertad Lamarque y unos exquisitos pendientes de perlas, que la modelo (embarazada de seis meses) lució en la noche.

Y por si esto fuese poco, cerca de las dos de la mañana ingresó Nacha Guevara al salón personificando a Eva Perón cantando “No llores por mí Argentina” y al final del tema musical le entregó a la novia un broche de diamantes que perteneció a la mítica figura del peronismo valuado en una cifra millonaria en dólares.

Ese broche codiciado por Madonna y Susana Giménez (años atrás pujaron por adquirirlo en una subasta) ahora está en poder de Victoria que en el mismo momento logro unir a dos oponentes como Libertad y Evita a través de dos de sus objetos preciados.