Patricia Sosa dió su opinión sobre la marihuana
Patricia Sosa se diferenció del ambiente de la música y lanzó una dura crítica contra la marihuana, las drogas en general y quienes hacen una apología de su consumo. Incluso contó la dura situación que atravesó su hermano y ahora afecta a sus dos sobrinos. “¡Detesto las drogas! Es una porquería. He visto morir. Sufrí mucho la discriminación por no drogarme”, apuntó.
La cantante recordó: “En los 80 probar la droga era buscar aprobación. Eso te confina a la soledad. Viví una época muy sola. Y me la banqué forjando una personalidad que no tenía: la caracúlica, la mina que se ganó el lugar a grito pelado, a patadas. Saqué a muchos carpiendo. Siempre había alguien tentando a otros para que tomaran. Yo miraba en las alturas. Era un mundo decadente. Se morían”.
Aseguró además que en todos estos años jamás probó ninguno de los estupefacientes que circulan en el ambiente: “Nada. Detesto las drogas. Con la meditación podés volar más. Tuve un hermano internado por drogas. Al porro muchos lo podían dominar, pero para otros era el inicio de drogas pesadas. Y cuando yo lo decía, me dejaban de lado. Yo no tenía prejuicio con ellos, ellos sí conmigo”.
Por eso, pidió una mayor responsabilidad a sus colegas y los famosos en general, porque son muchos quienes caen en la adicción: “Habría que ser más responsable con el mensaje. En este momento tengo dos sobrinos internados en institutos de drogadependientes, de 17 y 25 años. ¡Mis nenes a los que tengo que ir a visitar!”, señaló, en una entrevista con la periodista Marina Zucchi en el diario Clarín.
“Yo opino desde mi familia que sufre. ¡Preparamos viandas como si fuerámos a un picnic para ir a una quinta donde hay 100 pibes internados que perdieron el cerebro! Los que hacen estas tapas, ¿no piensan en estos chicos?”, apuntó.
“Hay gente que puede con un porro. Otros no. El que puede que lo haga en privado. Tengo amigas que tienen hijos muertos. Posar en una revista es inmadurez. Es no pensar en el prójimo. No podemos negar que muchísimos en reuniones se prenden un porro. No digo que esté mal, ahora ¿qué hacemos con el que no puede parar? Estoy en contra de que se publicite como si fuera una gracia. ¿Somos más piolas por fumar?”, concluyó.