Rial : De Mariana Antoniale a La Fusta
“Por miedo a la soledad aguanté un montón de cosas. Por suerte ya no. Ya no estoy solo. La gente que está al lado mío me quiere de verdad. Logré armar una familia y un círculo de amigos de fierro. Escribí el libro como una manera de exorcizar esas cosas”.
“Usé un micrófono para defender a mi familia. Y a veces lastima más que un arma”
“Sufrimos mucho todos, pero aprendimos y lo reconvertimos en alegría, experiencia y el saber que no va a pasar nunca más”.
“Mariana tiene 27 años y mis hijas la adoptaron como madre. Ella tiene un nucleo grande de familiares. Se transformó mi vida. Me tuve que acostumbrar porque mi familia eran 3 personas: mis viejos y yo. En la muerte de mi viejo, yo fui a comprar el cajón sólo una semana antes”.
“Rehice mi vida en todo sentido. En lo sentimental y en lo económico. Me dejaron absolutamente en pelotas a los 50 años. Yo no me metía en los números. Tampoco pensé en eso en el divorcio. Uno pensó en los sentimientos y el otro en la plata”.
“En la crisis que tuvimos con Mariana (Antoniale) el año pasado sentí que había apostado todas mis fichas a un solo número y que podía perderlo todo. Y no quería perder. No me resignaba a eso. Sufrí de verdad. No la pasé para nada bien. Fue duro, venían las piñas de todos lados”.Es lo que fue contando Jorge Rial a Baby Etchecopar en C5N.Y siguio:
“Luis (Ventura) no es ese tipo que dijo lo que dijo. Me consta. Estaba entre dos fuegos y uno de ellos decía que diga eso. Yo estoy seguro. Viví la última parte y sabía lo que pensaba. Nunca la palabto apareció. Es duro verte todos los días en la tele rostizándote como un pollo vuelta y vuelta. Intrusos es un programa que te expone mucho y por eso tomé la decisión que tomé”.
“Fue muy dura la decisión. La tomé en soledad. El canal se entera después. Fue mucho más simple. Nos vemos casi todos los días. Charlamos. La relación es más distante. Pasaron muchas cosas en el medio y creo que todavía nos tenemos que acomodar”.
“Con Luis nunca fuimos un sociedad. Era un tipo muy generoso. A veces, demasiado. Él bancó gente durante años… Yo le decía ¡por Dios! Él se sacaba los pantalones y se los daba a otro. Todos tenemos un día de furia y por eso creo que no es la persona que dijo eso”.
“Me rearmé (sin él) porque lo tenía que hacer. Me tenía que poner fuerte. No digo que es difícil voltearme a mí porque me puede pasar, pero no soy de retroceder ni para tomar carrera. Sentí el fondo, me anclé. Rearmé todo, dejé de escuchar a la gente que hablaba boludeces y logré ver la foto”.
“En este ambiente, cuando piensan que estás caído, cualquier gil se te para de manos”.Entre otras cosas remato;
“Yo dormía en el almacén y me levantaba a las 6 porque venían los proveedores. Me bañé muchas veces con agua fría. Mi viejo era mozo de la Fusta. Iba todos los fines de semana a la zona. Me bañaba en la fuente de la plaza México”.
“Yo comía en la semana de la propina. Por eso dejo tanta propina hoy. Por eso, vivir a una cuadra de la Fusta es tan emblemático para mí. Siempre me acuerdo de mi viejo. Estoy en busca de su voz. No la encuentro”.