Xipolitakis le escapa a las fotos
Ya no se esconde, pero vive agazapada. Ya apareció, pero todos la ven como una desconocida. En sus secretos mejor guardados está el motivo, ese que no podemos comprender por qué Vicky Xipolitakis, de la noche a la mañana, ha decidido cambiar su estilo de vida.
Vía Twitter muestra tímidamente -en contexto- fotos de sus apariciones públicas, en algún que otro evento y estreno, como el de “Las tres viejas”, que protagoniza su mentora Moria Casán.
Sin embargo, son contadísimas las ocasiones en las que se la puede ver a la griega, y, quiera reconocerlo o no, su rostro refleja incomodidad, letargo comparativo de lo que fue y que no puede volver a ser.
En estos días, tras guardar un riguroso -e inquietante, por qué no- silencio ante los medios, apareció en la discoteca de Cocodrilo y posó con Omar Súarez. Su llegada quiso pasar inadvertida, pero el arribo junto a 8 patovicas de gran tamaño que creaban un muro entre ella y el resto del mundo hacía imposible el camuflaje y llamó la atención de todos. En vano fue el intento de pasar sin ser vista, subiendo por una escalera trasera y evitando las luces y pegada a una pared.
La griega llegó a las 3.40 de la madrugada, fue directamente al VIP del dueño y no se separó de esos guardias que la alejaban del mundo exterior. Sólo algunos afortunados fans pudieron sacarse selfies con ella, cuando después de esperar como un peaje en hora pico, podían traspasar las montañas humanas y obtenían su foto de recuerdo. Quienes pudieron tener contacto con la vedette comentaron que estaba demasiado tranquila, y “parecía sedada”, según se escuchó. Lo que puede notarse a simple vista en las imágenes es que usó maquillaje muy natural, y su piel no poseía el color bronceado con el que siempre se la ve públicamente.
Con una actitud muy diferente a la que conocemos de ella, Vicky se hizo presente y, de la misma forma, intempestivamente, se esfumó a las pocas horas, antes de que amanezca. También quiso evitar la exposición y no quería fotos.
Una nueva era en la vida de la griega, sosegada y lejos del escándalo, ha llegado para quedarse.