Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Para Paenza dos más dos es algo más que cuatro…

Detectives, el nuevo libro del matemático Adrián Paenza, propone develar 60 enigmas de la matemática recreativa a partir de un juego con el registro policial donde los problemas son contados como casos que el lector deberá resolver.
Publicado por Sudamericana, el libro surge con la intención de “socializar el conocimiento”, ya que, según Paenza, “la ciencia estuvo vista siempre como una cosa inaccesible; en los policiales, en cambio, uno se siente seducido porque tiene adelante un enigma. La matemática tiene mucho de eso: hay algo que no se sabe y que se quiere saber”.
 “Pero la vida no es así. Cuando uno va al colegio, le dan un problema y le dicen que encuentre la solución, pero el docente sabe la solución. En la vida uno hace de detective pero no sabe si alguien alguna vez pudo con el problema”, advierte el ganador del Premio Leelavati (2014) al mejor comunicador de matemática en el mundo.
 Paenza, autor de varios libros de divulgación matemática, cuenta que no trabaja solo: “hay un montón de gente con la que interactúo todo el tiempo a partir de cosas que me van pasando en la vida cotidiana. Hay historias detrás de los problemas que decido contar, forman parte de mi vida y por lo tanto de la construcción del libro”.
 Atento al aprendizaje de los más chicos, el autor de Matemagia sostiene que “cuando el niño va por un rumbo por el cual no hemos ido porque creemos que la solución va por otro lado, le decimos que ese camino está mal. Pero, en realidad, no hay nada que esté mal”.
 “Los científicos no publicamos los desaciertos en el medio, sólo se publica el acierto final, y todos los estadios intermedios son tanto o mucho más relevantes que la estación última”, apunta el ganador del Premio Konex de Platino a la divulgación científica en 2007.
 Según Paenza, los chicos se permiten divagar: “buscan todo el tiempo, van por todos lados. Si son curiosos, van a seguir buscando hasta que en un momento consigan llegar a algún lado, porque les interesa. El asunto es lograr captar el interés”.
 “El momento cuando uno pasa de no entender a entender es de una satisfacción interna muy particular” -indica el matemático-. Es bueno ser capaz de motivar a alguien que acepta entregarse, sentirse vulnerable, y de pronto sucede que se da cuenta cómo se resuelve el problema: ese es un momento de felicidad personal muy fuerte”.
 “En una sociedad que busca el éxito a través de etiquetar, encasillar y clasificar, hay que empezar a valorar más esos momentos”, considera el conductor de los ciclos televisivos “Científicos Industria Argentina” y “Alterados por Pi”.
 Según Paenza, “la cultura enciclopédica a lo mejor estaba bien en otra época, antes se valoraba mucho al sabio como la persona que tenía todo el conocimiento, pero eso ahora es impracticable porque mientras estamos hablando se está generando tanto conocimiento como el que hay desde que empezó la humanidad a registrar lo que sabía”.
 “Ahora existe Google”, señala el autor y se pregunta: “para qué tengo que guardar en mi memoria todo el conocimiento. Una vez elegidos los procesos que interesan, hay que dedicarse de lleno, y cada uno va sabiendo qué grado de interés hay en lo que hace. Es un desafío personal que no es un trabajo sino una gratificación”.
 “Todas las formas de comunicación son interesantes -afirma Paenza-. Hay muchas maneras, lo que me motiva es la capacidad para comunicar: si hay algo que me interesa, yo lo quiero compartir, no me lo quiero guardar. Si yo sé hablar por teléfono, pero el único que tiene teléfono soy yo, no sirve. Me interesa socializar el conocimiento”.