Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Premiaron a Christián Viña, sacerdote y periodista

“Para mayor gloria de Dios, comparto con todos ustedes el galardón “Cruz del Sur”; que recibí en la  en la XVII Exposición del Libro Católico en La Plata, de manos de nuestro querido y admirado Arzobispo, Mons. Héctor Aguer. Fue, en verdad, un profundo honor; pues el otro premiado, con la estatuilla “Padre Leonardo Castellani”, fue ni más ni menos que el Obispo de Mar del Plata, Mons. Antonio Marino; lúcido y valiente pastor de nuestra Iglesia, y referente de nuestra cultura nacional.”.Es lo que dijo Christian Viña sacerdote y periodista al recibir el premio.

La placa del reconocimiento dice “en testimonio de gratitud por su colaboración en la promoción del buen libro”. Y, en los considerandos de la decisión del Comité Ejecutivo, presidido por Manuel Outeda Blanco, se hizo referencia a mi participación en las distintas muestras; con conferencias y presentaciones de mis libros.
   

” En mis palabras de gratitud, le agradecí a Dios, que me llamó a la vida, a la Fe y al Sacerdocio; a mis padres, que fueron mis primeros catequistas; a los sacerdotes que me formaron… Y, por supuesto, al querido Mons. Aguer, que me ordenó Sacerdote; que depositó en mí una gran confianza, al confiarme la Oficina de Prensa del Arzobispado, y dos parroquias: Sagrado Corazón de Jesús, y Santos Mártires Inocentes, de Cambaceres, Ensenada”, añadió Viña
     

En referencia al lema de esta Exposición, “Buenos libros, para crecer en familia”, dijo que “debíamos volver a la lectura en familia, como lo hacíamos con nuestros padres y abuelos. ¡Quién no recuerda haber leído páginas inolvidables con su abuela, por ejemplo!. Ahora tenemos un problema: las abuelas ya no están en casa; están en los geriátricos… o en el bingo, o en el spa, ‘para sentirse bien’…”
    

Dijo seguidamente, que “por ejemplo, este fin de semana, en el día de Todos los Santos, les pedí a los chicos de catequesis, de la parroquia, que así como les piden insistentemente a sus padres que les compren zapatillas, ropa u otras cosas, les pidan también que les compren las vidas de sus santos. Por ejemplo, Catalina, la de Santa Catalina de Siena; Tomás, la de Santo Tomás de Aquino; Agustín, la de San Agustín. El único problema -bromeé- lo tenemos con una nena que se llama Wanda… Con tu nombre no tenemos a ninguna santa. ¡Vos tenés que serlo!…”.
    

Finalmente, agradecíó “a todos los periodistas, poetas y escritores que, a veces en circunstancias bien difíciles, se dejan guiar por la Cruz, para jugarse por la Verdad. Hoy, cuando quieren retirar la Cruz hasta de los lugares públicos, debemos levantarla más alto que nunca. Y, solo en ella, encontrar la Luz. Comparto esta distinción con todos ellos; y la recibo, también, como homenaje a la memoria del querido intelectual platense, Andrés Alemán, padre de una familia numerosa, padre de un querido hermano seminarista, a quien acabamos de darle el último adiós… ¡Bien alta, entonces, la Cruz!. ¡O santos, o nada… con profundo gozo, los bendigo en el Sagrado Corazón de Jesús; en quien -hoy más que nunca- la Patria espera”…