Una creación periodística de Luis Pedro Toni

PEREGRINO Y SOÑADOR SE FUE A LOS 91 ALBERTO PODESTA, A CANTAR AL CIELO

ALBERTO PODESTÁ, PROTAGONISTA DE LA ÉPOCA DE ORO DEL TANGO, CUYO
CLÁSICO Y SENTIMENTAL MODO DE INTERPRETAR LO LLEVÓ A MOSTRAR EL ARTE
TANGUERO EN TODO EL MUNDO, MURIÓ ESTE MIERCOLES A LOS 91 AÑOS, Y SUS
RESTOS FUERON VELADOS DESDE LAS 18 DE AYER HASTA LA MEDIANOCHE EN
LAVALLEJA 1554.

El cuerpo de Alejandro Washington Alé -su verdadero nombre-, uno de
los grandes de la historia del tango y emblema de los años 40, será
trasladado mañana a las 10 al cementerio Jardí­n de Paz de Hudson,
donde descansan los restos de su esposa, Elsa Calimani.

La noticia fue confirmada por la manager, María Alejandra Podestá,
quien informó que el cantor falleció hoy a las 9.30 en un geriátrico
de esta Capital Federal, donde estaba internado desde marzo de este
año.

“Voy a seguir cantando hasta que Dios me diga basta”, había expresado
hace unos años Podestá a Télam, uno de los últimos sobrevivientes del
tiempo dorado del tango.

Fue íntimo amigo de Julio Sosa y desde niño era conocido como
“Gardelito” y, aunque no fue tarea fácil, nunca abandonó su oficio y
vivió del canto.

Nació en San Juan el 22 de septiembre de 1924 y dio sus primeros pasos
en la profesión a los 15 años en la orquesta de Miguel Caló, en 1942
se sumó a la orquesta de Carlos Di Sarli, con quien grabó éxitos como
“Al compás del corazón” y “Nada”.

Más tarde fue solista de Pedro Laurenz hasta que en 1945 pasó a ser la
voz de Francini-Pontier para grabar canciones como “Que me van a
hablar de amor” y el vals “El hijo triste”, a dúo con Julio Sosa. A lo
largo de su vida grabó unas 500 piezas.

A pesar de haberse sentido desvalorizado -“no he tenido la suerte de
otra gente, todos los trabajos que hice en mi vida los hice por mí
mismo”, dijo a Télam en una entrevista, pasó sus últimos años
recorriendo los escenarios, disfrutando de un reconocimiento inaudito
que coronó cuando festejó sus 90 años con un concierto en la Usina del
Arte.

“Me siento muy emocionado por todos estos homenajes por mis 90 años y
por los 74 de actuaciones, así­ que no puedo ser más que un agradecido
a Dios y a la vida de todo lo que me dio”, manifestó en aquella
presentación el cantante, reconocido por sus grandes versiones de
“Alma de bohemio”, “Percal” y “Nido gaucho”.

Su cálido modo de interpretar lo llevó a mostrar el arte tanguero en
todo el mundo, fue declarado “Ciudadano Ilustre de Buenos Aires” y
“Personalidad Destacada de la Cultura”, y participó del proyecto “Café
de los maestros”, que contó con músicos como Leopoldo Federico,
Rodolfo Mederos, Ernesto Baffa y Nicolás Ledesma.

“Una de mis más grandes satisfacciones fue el haber participado en esa
película y en el disco ‘Café de los maestros’ con tantos amigos de la
vida y de los escenarios”, subrayó en una entrevista con la agencia.

Con esa historia como aval, Podestá definió al tango como “el sentir
del pueblo argentino. Nosotros tenemos mucho sentimiento, estamos
dispuestos para todos y en otros paí­ses no están dispuestos para
nosotros. Los argentinos somos más sentimentales”.

En relación a los maestros que marcaron su vida, dijo: “No puedo dejar
de mencionar a Miguel Caló, quien me dio la primera oportunidad siendo
un mocoso, y después Di Sarli, Mafia y todos los que dirigieron
orquestas históricas para el tango argentino”.

Tras 15 años sin grabar, Podestá había vuelto al ruedo discográfico
cuando tenía 87 años con “Alta gama”, un cuidado trabajo que grabó
junto al trío de guitarras Las Bordonas, en donde interpretó un puñado
de canciones atravesadas por su impronta sentimental.

“Es una oportunidad maravillosa la que me dan estos músicos jóvenes de
Las Bordonas, estoy -confesó- muy agradecido con ellos, nadie me
habí­a ofrecido grabar en este tiempo”.

Su manager María Alejandra Podestá sostuvo que “a pesar de su edad,
era uno de los cantores más activos del circuito. Su vida era el
boliche, era como su segunda casa. Hasta su internación en el
geriátrico se lo podí­a ver todos los dí­as en los bares de Sadaic. Le
gustaba la bohemia”.

“El tango nació conmigo, yo canto desde que me parió mi madre, canto
con lo que tengo”, dijo alguna vez en una sublime autodefinición.