El encuentro que el narcotraficamente mantuvo con Sean Penn y Kate del Castillo facilitó su captura. Dicen que el poder embriaga.

Pues de ser cierto, podría explicarse algunas actitudes y fantasías de Joaquín Guzmán Loera, conocido como El Chapo. Las narcoseries han traído estas los dueños de las drogas a la cultura pop. Cada una con su estilo, desde Breaking Bad a Narcos, pasando por El Cartel de los Sapos y La Reina del Sur, estas figuras todopoderosas en algún punto suelen mostrar algo en común, aunque sea por instantes: se creen simples trabajadores.

En cierto modo lo son. Se levantan temprano, tienen oficinas, empleados, negocian sueldos e inversiones y tienen que lidiar con la competencia interna y externa.

El Chapo durante muchos años negó que lo que hiciera está mal pero cuando le llegaron las preguntas de Sean Penn para el artículo que luego se publicaría en la Rolling Stone, pareció cambiar su postura. Admitió la destrucción de las drogas, aunque se puso casi en un lugar de víctima al excusare diciendo que donde nació no había oportunidades laborales y que el día que él no exista, la droga seguirá.

Cuando el 8 de enero las autoridades finalmente lograron arrestarlo, el mundo volvió a concentrarse en él. Pero fue 24 horas más tarde, que su historia cobró dimensión hollywoodense. La revista Rolling Stone anunció un reportaje exclusivo al narcotrficante mexicano realizado por Penn. Y además, Kate Del Castillo, protagonista de La Reina del Sur, fue -según diferentes medios- facilitadora de ese encuentro.

Según indica El Universal, la Procuraduría General de la República en México la actriz mexicana llevaba tiempo intentando producir una biografía acerca de Guzmán Loera, algo que hasta el momento había coincidido con los deseos del ego del narcotraficante. Los abogados del entonces preso del penal federal El Altiplano la contactaron con la supuesta intención de ofrecerle la producción de un film y un libro acerca de El Chapo. Así habría comenzado el contacto entre Kate y personalidades del cine para dar forma al proyecto.

El segundo encuentro con Penn nunca sucedió. El Chapo fue recapturado antes, el mundo se enteró de la noticia y Rolling Stone decidió publicar el artículo con el material que tenía.

Más allá de lo que la justicia de México y Estados Unidos logren comprobar acerca de la relación entre Penn, Del Castillo y Guzmán Loera, la curiosidad de Hollywood por un personaje que parece demasiado ficcional para la realidad seguramente derive en una megaproducción.