Un episodio marcadamente desagradable le tocó vivir a Martín Liberman. Muchas veces la ignorancia lleva a tomar actitudes que tienen que ver con la superstición y con el particular objetivo de querer, puntualmente, denostar a otra persona.

El periodista estuvo muy cerquita de pelearse con un turista que le hizo un gesto ofensivo al observar su presencia en la playa.

El individuo en cuestión se tocó un testículo a modo de “burla” y como una forma de contrarrestar a aquella gente definida de “mufa” (persona que trae mala suerte).

La situación no pasó a mayores debido a la intervención de la esposa del conductor. En relación con esta lamentable circunstancia, el propio Liberman dio su testimonio: “Fue una discusión en la playa al paso porque uno dijo algo (Mufa), mi esposa le respondió porque yo no lo había escuchado. Pasó otro y se agarró los huevos y yo le dije: ‘¿Por qué no venís y me los agarrás a mí?’ . Eran cuatro tipos, motivo por el cual arranqué a caminar y ahí terminó la historia”. Luego agregó: “La única cagada es que mi hijo vio todo, después me preguntaba qué pasó y demás. Yo lo tomo como un mal momento sin trascendencia. Yo no jodo a nadie, gratuitamente no me van a cargar”.

Recordemos que no es la primera vez que el conductor vive una situación de ese estilo, hace unos meses el periodista y el delantero del Barcelona Luis Suárez se encontraron en una zona del Camp Nou y se saludaron tímidamente con un golpe en el hombro. Pero cuando Liberrman siguió su camino, el compañero de Messi se tomó los testículos. Algo que el delantero hizo de espaldas al periodista y que, si hubiera sido cara a cara, seguramente terminaba en escándalo. En el gremio prensa, así como también en el universo artístico y, particularmente, en el musical, históricamente, cuando se ha querido perjudicar y agredir a alguien se le coloca el citado “San Benito” de la “mala suerte” (los innombrables). Muchos profesionales han visto malograr sus trabajos por esta situación. De ahí que comprendemos, la preocupación de Martín Liberman y también su lógica bronca ante la citada agresión. Por suerte, nada pasó a mayores.