Ricky Martín ha decidido, en es­ta etapa de su vida no permanecer solo nunca más. Tal como se puede observar en las imágenes, el ídolo se encuentra en las ca­lles de Nueva York, más allá del frío y un tiempo con las propias inclemencias del invierno, pase­ando con su nuevo novio luego de la frustrada relación con el nadador olímpico Ian Thorpe, que se había declarado homosexual a partir de su vínculo con el cantante.

Cabe recordar que la primera re­ lación que oficializó Martín fue con Carlos González, pareja con la que habían adoptado a dos hermosos niños. A partir de este vínculo, el cantante se declaró gay rompiendo de esta manera con las permanentes condiciones a que lo habían obligado las empresas discográficas en negar su verdadera identidad sexual.

Ahora Ricky comenzó una rela­ción afectiva con un joven arqui­tecto, a quien conoció, recientemente, en una fiesta de amigos en común. Según contaron allegados a la popular figura internacional, el flechazo fue inme­diato. Ricky y su actual pareja fueron a almorzar, días atrás, a un cono­cidísimo restaurante especializa­do en pastas y de ahí se dirigie­ron puntualmente al Central Park. El viento y la nieve se convirtieron en el paisaje ideal de fondo en medio de la calidez y rosas que expone esta bella historia de amor.

No perdieron oportunidad para fotografiarse junto a la placa que recuerda al inolvidable John Lennon, frente al edificio donde se produjo el asesinato del destacado Beattle. Según le dijo a sus amigos más íntimos, Ricky habría encontra­do a su verdadera “media naran­ja”. La mencionada salida tuvo como rúbrica el departamento de la estrella de la canción. En una de sus habitaciones, Ricky tiene instalado un microcine y paradojicamente, su nuevo novio es un gran admi­rador del séptimo arte mundial, con principal escala en los clásicos de Hollywood de los años de oro.

De acuerdo a lo que contaron allegados al artista, ambos luego de la salida, muy comodamente ubicados vieron una película fundamental que a Ricky y su pareja los apasiona. Se trata pre­cisamente de “Sunset Boule­vard”, clásico de Billy Wilder con los inolvidables William Holden y Gloria Swanson. Amo­res son amores y gustos compar­tidos, bienvenidos sean. Por lo menos, ese es el cuadro de situa­ción que experimentan Ricky y su novio, el joven arquitecto que enamoró a la estrella de la can­ción internacional.