CARLOS VILÁN, triunfa en España
El Ballet Nacional de España rinde homenaje a una de las grandes figuras de la Danza Española, Antonio Ruiz Soler “Antonio el Bailarín”, reponiendo varias de sus coreografías más emblemáticas en el Teatro de la Zarzuela (Madrid)
El maestro Carlos Vilán ha colaborado en la reposición del Zapateado de Sarasate, y del personaje de El Molinero en El Sombrero de Tres Picos. Este bailarín, coreógrafo y director de escena argentino nos cuenta que se siente un privilegiado por estar viviendo en el mundo de la cultura española.
Fue en el Teatro Colón de Buenos Aires donde debutó bailando una muñeira a los cinco años y aún recuerda con emoción lo que sintió al ver cómo se abría el telón y que el público era, en la oscuridad, como una noche llena de estrellas. Desde entonces, ha diversificado su amor por la cultura y las artes con valentía e inteligencia. Fue Primer Bailarín de las principales compañías de danza de España, trabajó junto a estrellas de la talla de Maya Plisétskaya, Antonio Canales o Antonio Gades. “Estar en el arte es un aprendizaje constante, no una moda. Es un privilegio poder seguir y estar en este momento en la elite de la danza en España y en el mundo…¡estoy felíz!”, reflexiona Vilán quien como coreógrafo y director de escena es convocado por los empresarios y directores más importantes del panorama internacional.
Siempre ha llevado una suite de El Sombrero… en sus espectáculos porque es el único que tiene el permiso de Antonio el bailarín para bailar su papel del molinero. Por eso siente que esta convocatoria es como un obsequio de su maestro cuya energía y espíritu lo acompañan en esta tarea de recuperar su legado.
Antonio Najarro, director del BNE, destaca que se ha puesto especial interés en rescatar las escenografías y vestuarios originales que, en el caso de El Sombrero de Tres picos, eran diseños de Pablo Picasso. Obras de arte, que siempre identificaron la creatividad y puesta en escena de Antonio Ruiz Soler. Según recuerda Carlos Vilán: “él decía que su ballet lo debían bailar verdaderos artistas…”
Desde Madrid, Marcela Silva Núñez