Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Marcos Carnevale, director de INSEPARABLES, hace cine para la gente

Marcos Carnevale tiene el privilegio de acreditar dos logros del cine nacional: que dos de su obras hayan logrado sumar cuatro versiones en el exterior y que él mismo se convierta en el primero en adaptar al idioma y la idiosincrasia porteña un éxito del cine francés bajo el título “Inseparables”, con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna.

En esta película, tomada de una historia verdadera, ya hace cinco años llevada al cine por Eric Toledano y Olivier Nakache aquí estrenada como “Amigos inseprables” y que en Francia fue una de las producciones más taquilleras de la historia, se trata del encuentro de un cuadripléjico millonario y un asistente en las antípodas.

Se trata de Felipe, a quien su mucho dinero, la tragedia que lo arrastró a la soledad y a vivir sin movilidad del cuello a los pies, su refinada cultura o su amor por el arte, no lograron todavía demostrarle que nada puede cambiar su vida si él no está dispuesto a cambiarla, incluso con una sonrisa cómplice.

Quien puede lograr que eso ocurra es Tito, mucho más joven que Felipe y caído por completo del sistema, con familia pobre y disfuncional con todo lo que eso significa, que por pura casualidad terminará convirtiéndose en brazos, piernas y también asesor en el difícil arte de tratar de ser feliz.

El de Felipe y Tito será el dúo menos pensado pero el más profundo y productivo, uno emocionado con Pachelbel o Vivaldi, el otro con “Bombón asesino”, que marcará un antes y un después para dos criaturas a las que la vida les ha pegado fuerte y quieren salir a la luz.

Martínez y De la Serna ya habían compartido una larga temporada teatral con “Amadeus”, de Peter Shaffer, donde uno componía al maestro Antonio Sallieri, y el otro a su discípulo Wolfgang Amadeus Mozart, una puja entre la mediocridad y la irreverencia creativa que lució en la calle Corrientes.

El mismo Carnevale, reconoce en diálogo con Télam, que cuando cumplió 40 años (nació en 1963, en Córdoba) hizo la cuenta de los años que le restaba vivir y decidió entonces que a partir de ese momento era necesario pensar en hacer todo aquello que era necesario hacer en vida.

No es casual que tras “Noche de ronda” y “Almejas y mejillones”, Carnevale haya dirigido “Elsa y Fred”, un éxito de la pantalla local en 2005 con China Zorrilla y Manuel Alexandre que superó fronteras y en Estados Unidos tuvo una remake con Shirley MacLaine y Christopher Plummer.

Esa idea acerca de la insoportable levedad del ser, y de que no hay que dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, sobre todo porque no somos eternos, movilizó a Carnevale en sus obras posteriores, como “Tocar el cielo”, “Anita”, “Viudas”, “Corazón de León” y “El espejo de los otros”.

“Corazón de León”, donde la limitación del protagonista era la de su extrema baja estatura, en la que se hablaba de la necesaria presencia de la felicidad en la vida de hombres y mujeres para poder contrarrestar lo corta de la vida, tuvo tres remakes, en Colombia, Francia y ahora México.

Carnevale asegura que su amistad con Adrián Suar es tan fuerte que llega a conversar con él de todo -de la vida, del cine, de la televisión- , al menos tres veces al día, un ejercicio que comparte con Daniel Burman, otros exponente del espectáculo local con personalidad.

Carnevale, con larga trayectoria en televisión y particularmente en la productora Pol-ka, donde cumple un papel clave, y fue director de contenidos de “Esperanza mía” y “Los ricos no piden permiso”, entre otras, reconoce en diálogo con Télam: “Soy un tano melanco por excelencia, pero no uno exacerbado, y eso aparece en mis películas.

Télam: ¿Cómo surgió la idea de hacer una versión local del filme francés?
MC: Me llamó Luis Alberto Scallela para decirme que tenía los derechos de esta película, y yo que la había visto, y me había convencido que bien podría haberla dirigido, acepté hacer la versión nuestra. Sentí una empatía muy grande con lo que había visto, por su temática, por la forma en que fue narrada, por la humanidad que trata, un tema que yo también sigo en mis películas

T: ¿Y las figuras centrales?
MC: El desafío era encontrar a las figuras principales a estos dos, y le dije el nombre de Oscar que es un amigo de larga data y hace poco había alquilado el DVD con la original, y a Rodrigo que se enganchó de inmediato, papeles muy difíciles que solamente ellos podría lograr.

T: Solo actores como el recordado Sergio Renán o Martínez podrían haber hecho este personaje…
MC: Si, es cierto, es un personaje que no actúa solo con la cabeza, tiene todo un trasfondo emocional, un trabajo de capas y de capas que no está dicho explícitamente en la película pero tiene que estar impreso en el personaje y que solo un gran actor puede hacer y después una cosa distinguida e intelectual que por más que sea un buen actor si no la tenés, es difícil de componer, y Oscar lo tenía todo.

T.: ¿Por qué una remake?
MC: Y si me “remaikean” a mí ¿por qué yo no puedo hacerlo también…? En un momento me lo planteé. Y me dije: ¿por qué no? Michael Radford no tuvo pudor en hacer “Elsa y Fred”, ¿por qué yo no puedo hacer una?, y ahí me mandé.

T: ¿Sos consciente que más allá de dirigir cine, televisión y teatro lo primero es que sos director de actores?
MC: Es mi fuerte, genero un buen vínculo con los actores, quizás tenga que ver con el material que manejo: más que las historias me interesan los personajes y cuento a partir de la problemática de los personajes, y es ahí donde uno hace empatía con el espectador, te identificás con algún personaje o su problemática, y por eso me ocupo de trabajar fino sobre ellos. No lo había pensado hasta ahora, pero es así.

T: ¿Y la temática de lo efímero de la vida?
MC: El tiempo es hoy. Y desde “Elsa y Fred” es así. Lo que tengas que decir decilo hoy. A los 40 me agarró una crisis existencial seria, y fue el día en que me di cuenta en que me iba a morir. Caí en esa cuenta. Hasta ahí viví pensando que era eterno. “¿Cuánto me queda?” con suerte… y Me contesté: “Tengo que empezar a hacer lo que hay que hacer”. Empecé a mirar a mi alrededor y veía gente más grande que yo que no había hecho lo que quería, sino lo que los demás pensaban que uno hiciera. Y me dije “¿para qué?”, “¿cuál es el negocio?

T: La diferencia entre el trabajo en televisión y cine…
MC: La televisión impone un ritmo muy intenso, me gusta mucho hacerla, pero debo confesar que la hago por la asociación creativa y personal que tengo con Adrián (Suar). No sé si haría televisión tan asiduamente sino fuera con él y te lo digo desde el corazón, porque es una faena muy intensa. Eso me facilita mucho todo, sino sería muy estresante y agotador.

T: ¿Y el cine?
MC: Es donde más feliz me siento. Empecé a filmar en Super 8 en un pueblito de Córdoba, y es el lugar donde tomo todas las decisiones, cuando en televisión no es así.

T: Y la idea es hacer películas destinadas a la gente.
MC: Cuando la gente se ve reflejada con los personajes y su historia, compra. Si no entiende, enseguida pregunta: “¿Qué es esto?”telam.
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