Luciana Salazar congeló sus óvulos
La modelo confesó que se sometió a un tratamiento para garantizar sus deseos de ser madre sin conversarlo con Martín Redrado.
“De mi vida se dice mucho pero muy poco se sabe”, con esa frase Luciana Salazar no pudo sintetizar de mejor manera su vínculo con los medios. Quizás por eso, la femme fatale de 35 años se animó a contar a corazón abierto en una entrevista exclusiva para Caras que el mes pasado congeló sus óvulos para prolongar su deseo de ser madre.
La confesión de la modelo, cantante y conductora sorprendió por un importante detalle que dejó a más de uno con la boca abierta. Sucede que en medio de una fuerte ola de rumores sobre una supuesta separación de Martín Redrado, la rubia que hace delirar a todos los argentinos con sus curvas confesó que sigue en pareja con el economista, con quien oficializó su reconciliación en septiembre del año pasado.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, Luli contó que la decisión de someterse a un tratamiento para garantizar sus ganas de convertirse en madre no fue charlada con el ex presidente del Banco Central Argentino. “No lo conversé con Martín, es que esas cosas no hay que preguntarlas. Son decisiones individuales, pero obviamente se lo conté porque es mi pareja, pero no influye su decisión”, reveló la blonda en la nota de Caras.
Salazar también explicó en qué consistió el proceso al que se sometió hace pocas semanas para demorar el momento de quedar embarazada hasta que sentirse completamente segura. “En mi último viaje a Miami, que se dijo que me había inseminado y estaba embarazada, me fui a hacer una congelación de óvulos, para prolongar la posibilidad de ser madre. Será cuando Dios quiera que sea, pero mi deseo está. Es una garantía para una saber que va a ser mamá en algún momento”, argumentó la mediática.
Y agregó: “El tratamiento lo hice con un médico argentino muy importante de Miami. Tuve que ir a diario a la clínica a sacarme sangre, justo a mí que me dan pánico las agujas y me baja la presión. Me pincharon los brazos todos los días, todavía tengo las marcas. Estaba llena de moretones. Y después me tenía que dar tres inyecciones en la panza casi todas las noches durante 15 días”.
Pero Luciana ya había comenzado con el tratamiento de congelación de óvulos en Buenos Aires, ya que el proceso completo demora casi un mes e incluye la ingesta de pastillas anticonceptivas para cambiar el ciclo menstrual de la paciente.
“Lo que tienen los americanos es que son más fríos que los argentinos, entonces les falta esa calidez. Por eso viajé con mi mejor amiga. Era un buen momento para hacerlo porque Martín se tomó unas vacaciones con sus hijos para compensar el tiempo que no pudo compartir con ellos. En esos 15 días además no podés hacer nada. No podés hacer mucho ejercicio físico y no te dejan tener relaciones porque estás tan estimulada que fácilmente podrías quedar embarazada”, argumentó.
En cuanto a su relación con el economista, la diosa argentina reveló que desde antes de su última separación, hace ya dos años, ellos realizan terapia de pareja. Y, según sus propias palabras, eso ayudó mucho a la relación “porque es difícil subsanar heridas”.
“Entendí que estoy en una postura más fácil que la de él porque soy soltera, no tuve matrimonios anteriores y no tengo hijos. Del otro lado hay que entender que la situación es diferente y conciliarlo con los deseos que tiene uno y si se pueden cumplir. Y a veces, por querer mucho a una persona y no perderla, uno promete cosas que no puede cumplir”, detalló la modelo, quien también aseguró que ahora se lleva mejor con los hijos de su pareja, sobre todo con el mayor de ellos, con quien después de una extensa charla hoy mantiene una estrecha relación. “Compartimos muchas actividades, vamos al cine, salimos a comer…”, indicó Luli.