Adiós a Lucrecia Capello
Expresamos nuestro profundo pesar por el fallecimiento de la gran actriz Lucrecia Capello, quien trabajó en diferentes oportunidades en el Complejo Teatral destacándose siempre en sus interpretaciones, gracias a su enorme talento y versatilidad. En los últimos años participó -en los escenarios del CTBA- en obras tan distintas como La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, Toque de queda de Carlos Gorostiza, Fetiche de José María Muscari, El burgués gentilhombre de Molière o Sallinger de Bernard-Marie Koltès.
En una entrevista con Página/12, manifestó sobre su personaje en La casa de Bernarda Alba: “Amo a la abuela, la amo. Es un canto de liberación, es un grito en la noche. Creo que Lorca elige la locura porque para ese personaje es el único escape. Ella es loca, pero no incoherente, dice cosas que todos quisiéramos oír”.
Lucrecia Capello no sólo fue una actriz exquisita y talentosa, sino que su andar por la vida -más allá o más acá de la escena- la recortó como una persona comprometida, solidaria, “enorme compañera” según sus compañeros, sin doble discurso, amparada en la fortaleza de sus convicciones. Murió ayer, a los 77 años, después de batallar contra distintos problemas de salud (más de una vez se han pedido donantes de sangre para ella y llegaba más de lo que se necesitaba). Sería injusto despedirla como “una actriz de reparto”, como alguna vez la ha etiquetado el medio. Partió alguien que supo brillar en la ficción. Y en la realidad.